》》Doppelgänger《《

Capitulo 12: Or'dinii (Lunatica)

Había viajado lo más rápido posible sin embargo aún le faltaba un día para llegar.

Dio un pequeño masaje a su cabeza la fuerza que había utilizado con Oberyn la había dejado exhausta.

- Por que tanto interés en salvar a ese tipo.

- Cierra la boca.

- Oh qué? Me asfixiaras o me estrujaras el corazón. Tu poder mágico se agotó cuando me hiciste decirte quien soy.
Como lo haces? Casi me matas y no me pusiste ninguna mano encima.

El pitido del comunicador sonó,un mensaje había entrado.

- Mi nombre es Joan Lannister,escucha con atención. Din está mal,muy mal. El veneno que Oberyn utilizó lo a dejado en coma. La cápsula indica que le quedan pocomas de dos días. No se quien eres pero si el te llamo para pedir tu ayuda creo que eres alguien importante. Trae a Oberyn lo antes posible es probable que el tenga el antídoto. - la chica se desvaneció del holograma y Jenna miro a Oberyn.

- Que le hiciste? - dijo tomandolo del cuello.

- Le inyecte un dardo en el cuello.-respondió riendo.- Las personas con armadura son como tortugas. Tienen partes blandas detrás de su coraza.

- Que veneno? Habla!!

-De un basilisco de Terra 10...

- Tiene hasta mañana.-Jenna lo azotó contra el suelo.- Por que Din?

-Sólo planeaba aturdirlo. Hasta que le saque el casco. El tipo era tan parecido a mi. Le inyecte una cápsula completa de ese veneno. Así cuando estuviera en Dorne,mi hermano creería que el veneno me volvería demente o que simplemente lo estaría engañando como muchas otras veces y después moriría. Me llorarian unos días y me quemarian al amanecer. Mientras estaría en un lugar apartado del sistema,con una nueva identidad,gozando de ser un mandaloriano.

-Din es el tipo más noble que conozco. Nunca hace mal a nadie. Y la vez que lo hizo se redimio. Dime. Donde está la cura?

-Que te hace pensar que te lo diré?

Jenna sonrió - Oh tu me lo dirás... no eres el único con juguetes bajo las mangas.-dijo abriendo un panel con frascos y armas extrañas en la pared.- Te gustan? No se si lo mencioné pero vengo de un lugar salvaje y de una familia de cazadores y asesinos. Has escuchado sin duda de Boba Fett y de J.J.M. Golton, uno es un cazarrecompenzas el mejor de la galaxia y la otra.

- Torturadora del imperio.

- Donde está ese antídoto? - preguntó de nuevo con una geringilla goteando un líquido negro.

-Pudrete...

-No... el que se va a podrir eres tú... Lo hueles... Ahhh!!

-Es saliva de una rana de los pantanos de Thar.

- Habla Oberyn.

-Sabes quien soy. Soy la maldita Víbora Roja de Dorne. Soy maestro en venenos y se muy bien que eso no me matará.

- Si lo se. El veneno inyectado no hace más que hacerte alucinar. Pero untado en una herida abierta. Infecta los tejidos y los pudre poco a poco.

- Que estas haciendo?- Jen se acercó y con su navaja hizo un corte en la mejilla de Oberyn.-No te diré nada. Ahh!!

Jenna dejo caer un par de gotas sobre el corte aún sangrando.

-Conozco mil y un maneras de hacerte hablar. No me hagas usarlas. Oberyn no contesto.- Bien.

Jenna se acercó a los frascos y tomo uno con una extraña criatura azul. La puso sobre el abdomen de Oberyn.

- Es imposible los gusanos Keos están extintos.

- Te parece que este extinto. Escucha estoy perdiendo la paciencia, así que es mejor que hables o dejaré que este pequeñín urge en tus entrañas.-Jenna sacó al gusano no debía medir más de 20 centímetros. La extraña criatura se retorcia encima del ombligo de Oberyn.-Solo tengo que soltarlo y...

-Hay una cura... se hace con las semillas de una flor. Las flores de Izamal. Su aceite puede inhibir el veneno en la sangre. Creo tener un poco en mi laboratorio. Ahora quita esa cosa de mi.

Jenna devolvió el gusano al frasco y lo colocó de nuevo en la pared.

- Si  mientes quiero que tengas en cuenta que ese gusano de Keos no es lo más horrible en esta nave. Y si Din muere no habrá lugar en la galaxia en la que puedas ocultarte de mi. Tengo ojos y oídos  en todas partes. Si el muere desearas la muerte para librarte de mi. Por que no podrás beber,comer o fornicar sin que te preguntes si tienes el antídoto a la mano.