CAPITULO 28

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Yeon Jun manejaba lo más rápido que su motor de permitiera acelerar, no le importaba en lo más mínimo volarse los semáforos o algún accidente que pudiese tener o provocar por ir a exceso de velocidad. Salvar a Soo Bin era lo único que le importaba en estos momentos.

— ¡¡Ya voy, solo espera un poco más!! — le pidió sin dejar de ver a Soo Bin atraves de sus celular. — Espérame... — le volvió a pedir.

Lo único que Yeon Jun desconocía, es que Soo Bin estaba encerrado en un enorme refrigerador.

Una pequeña luz de esperanza, alivio a Soo Bin al saber que Yeon Jun llegaría a cualquier momento para salvarlo o almenos es lo que quería creer

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Una pequeña luz de esperanza, alivio a Soo Bin al saber que Yeon Jun llegaría a cualquier momento para salvarlo o almenos es lo que quería creer.

— Se fuerte — la voz de Yeon Jun hizo eco por todo el refrigerador.

— Lo haré... — respondió, aún sabiendo que  no lo escuchaba — Solo no tardes...

Cada segundo que pasaba su cuerpo lo sentía menos, ya le era imposible mantener sus ojos abiertos, sus labios le ardían debido al frio, su respiración se volvia más difícil y la herida de su pecho se hacía insoportable.

No quería morir, quería estar a lado de Yeon Jun, quería ser feliz.

— ¡Mira, que me sorprende lo fuerte que eres! — dijo Woo Young soprendido — ¿Qué dices si le bajo un grado más?, ¿si?, bueno... — se autocontestó— Esperó que lo estes disfrutándo, ¡Jaja!. Ten una feliz muerte — sonrió — No sabes cuanto deseo que Yeon Jun no llegué a tiempo, quíero ver como sufre al no tenerte a su lado — se quedó en silencio por unos minutos — ¿Sabés?, todo esto pude evitarse si no hubiera aparecido, pero supongo que morir es tu destinó.

— ¡SOO BIN POR FAVOR PERDÓNAME, LO SIENTO, NO QUERÍA ESTO PASARÁ! — gritó el señor Lee golpeando la puerta de refrigerador — ¡TE SALVARÉ, TE LO JURO!

— No sea estúpido, yo me encargaré de que eso no pase — la voz de Woo Young sonaba tan tenebrosa — Nos vemos en el infierno.

— ¡SOO BIN!

Un estruendo de bala se escucho. 

Enseguida que Yeon Jun llegó al bosque donde Woo Young tenía a Soo Bin, un ruido de bala hizo que la sangre de Yeon se congelará, su imaginación le hizo pensar lo peor

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Enseguida que Yeon Jun llegó al bosque donde Woo Young tenía a Soo Bin, un ruido de bala hizo que la sangre de Yeon se congelará, su imaginación le hizo pensar lo peor.

— ¡SOO BIN! — gritó bajando de su auto para correr a la puerta de la vieja cabaña. — ¡SOO BIN, SOO BIN, ESTOY AQUÍ, SOO BIN! — gritaba patendo la puerta — ¡Soo Bin! — logró derribar la puerta.

Yeon Jun miro hacía todos lados de la cabaña, todo estaba tan tranquilo y en silenció. Silencio que le provocó aun más miedo.

— Soo Bin... — sus ojos se llenaron de lágrimas, tal vez había llegado tarde. — ¡Soo Bin! — subió al segundo pisó, reviso cuarto por cuarto, pero no había ningún rastro, volvió a bajar al primer piso, revisó la cocina, el baño, el bar pero nada.

— ¡SOO BIN, ¿DÓNDE ESTAS?! — gritó.

Un pequeño ruido es escucho en el sótano.

— ¡Soo Bin! — corrió hasta el sótano encendiendo la luz — ¡Soo... — se quedó sin habla.

Woo Young estaba al final de las escaleras apuntándole con una pistola.

— Te estaba esperado, Junnie — sonrió de lado.

— Woo... — se sorprendió al ver el cuerpo del señor Choi llego de sangre en el suelo, y a unos cuantos metros, un enorme refrigerador blanco. — ¡¿DÓNDE ESTA SOO BIN?! — preguntó serio, Woo Young no lo intimidaba.

— ¿En verdad no lo imaginas? — dijo burlón — Está ahí — miro el refrigerador — Tu amado Soo Bin esta congelándose.

— ¡SOO BIN! — Yeon Jun quizo correr para poder sacarlo, pero Woo Young se lo impidió.

— ¡Ni se te ocurra, por que te disparo! — lo amenazo — Mejor, esperemos su muerte.

Yeon Jun se sintió tan impotente por no saber que hacer, tenía que salvar a Soo Bin a como diera lugar, así tuviera que dar su propia vida.

— Por favor Woo Young, deja ir a Soo Bin, el no tiene nada que ver en esto, suéltalo.

— ¡No! — dijo firme — El tiene la culpa de todo, se lo consiguió, me quitó tu amor, me fallo como amigo y ¡YO ODIO LAS TRADICIONES! — gritó — Soo Bin debe morir.

— ¡No!, si Soo Bin muere yo también lo haré — trato de chantagerlo, estaba consiente de Woo Young lo seguía amando y si decía este tipos de cosas, Woo no dejaría que eso llegará a pasar.

— No, Junnie no puede morir, tu... Tú tienes que estar vivo, tienes que estar vivo.

— Entonces si no quieres que muera, debes dejar a Soo Bin...

— ¡NO!, ¡YA TE DIJE QUE NO LO HARÉ!

— Te lo ruego Woo Young — se arrodilló — Te pido que me dejes salvar a Soo Bin, si lo permites yo... — se mordió el labio — Prometo que nos cazaremos, me alejaré de Soo Bin si así lo deseas, tú y yo volveremos a iniciar de nuevo.

— ¡Mientes!, solo lo haces para salvar a Soo Bin, pero no lo permitiré.

— Te digo la verdad, yo volver a ser tuyo, pero por favor deja salvarlo.

Woo Young se quedó un silenció por varios minutos, minutos que se le hicieron eternos a Yeon Jun, pensando en lo que le había dicho, sabía que cumpliría con su palabra con tal de salvar la vida de Soo Bin.

— Aceptó — sonrió sin dejar de apúntarle com ls pistola — Dejaré libre a Soo Bin, pero no podrás llevarlo a un hospital, solo lo sacarás y huiremos — comenzó a caminar hacía Yeon Jun — pero antes de eso, tienes que pedirme perdón, besarme como lo hacías antes y decirme que me amabas — aventó la pistola.

— Lo haré — Yeon Jun se levantó, sabía que no tenía otra opción. — Woo Young yo te am...

— No iré solo al infierno — habló el señor Choi disparándole varias a veces a Woo Young, sólo fueron cuestión de segundos para el cuerpo sin vida de Woo Young cayera al suelo. — Toma — le enseñó unas llaves a Yeon Jun — Salva a Soo...

Yeon Jun no lo pensó dos veces, tomó las llaves que el señor Choi tenía un sus manos, y abrió lo más rápido que pudo la puerta del refrigerador.

— ¡Soo Bin, estoy aquí! — corrió hasta el — Por favor, no me dejes — sus ojos se llenaron de lágrimas, Soo Bin estaba tan frío — Por favor — le pedía mientras le retiraba la cadena de su pie.

Enseguida de que le retiro la cadena, Yeon Jun cargo en sus brazos a Soo Bin para poder sacarlo.

— No te me dejes, no lo me dejes.

Acostó a Soo Bin en el piso retirandole la bata del hospital, mientras que, Yeon Jun se quitó su camisa, pego su pecho al pecho de Soo Bin y lo abrazo para poder transmitirle calor.

—  Por favor, abre tus hermosos ojos. Estoy aquí, no puedes dejarme amor, me lo prometiste — se aferró aún más al cuerpo de Soo Bin — Por favor...

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Bueno, ha llegado el fin de esta historia...

UNA PELIGROSA OBSESIÓN - YEONBIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora