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Confesé lo que en años no pude hacer.

Liberé mi alma de lo que sentía en realidad.

Pero no me siento mejor.

Me mira detenidamente intentando que desmienta lo que acabo de decir, por alguna razón quiere que lo culpe de todo y no entiendo por qué.

─ ¿No dirá nada? ─pregunto volviendo a sentarme en el sofá y agacho la mirada.

Siento su presencia acercarse y observo sus pies frente a mí, empieza a agacharse hasta que su rostro queda a la altura del mío.

Usa su mano para quitar un mechón corto que cubre mi frente y lo pasa hacia atrás, acaricia levemente mi mejilla y puedo jurar que está muy nervioso.

Nunca ha sabido mantener sus manos quietas cuando se trata del estrés.

─Dong, por favor se honesto conmigo, no intentes hacerme sentir bien con mentiras.

─Ya le dije la verdad, yo quería continuar, no solo quería continuar, sino que tenía ganas de que eso sucediera hace mucho tiempo ─continúo alejando su mano quitándola con la mía bruscamente─ puede estar tranquilo, no pasó nada que yo no quisiera.

─Dong...

─Lo detuve porque la mencionó a ella ─interrumpo al borde del llanto─ quien no quería estar conmigo era usted así que tuve que apartarlo, ¿Lo ve? La mala persona soy yo.

─ ¿Por qué dices eso?

Suelto una sonrisa hueca y niego con la cabeza antes de ocultar mi cara entre mis manos por la vergüenza.

─ ¿No lo entiende? Yo quería que me hiciera suyo desde hace ya un buen tiempo, he estado enamorado de usted desde que sé el significado de la palabra amor y me tiene harto, las copas que haya tenido encima lograron que yo fuera capaz de parecerle atractivo y que olvidara que somos familia, eso no lo hace malo, pero yo he deseado ese momento con ansias.

Una vez más el silencio se instaló para llenarme de inseguridad e incertidumbre, me gustaría que me pida que me aleje.

O que solo salga de mi casa y me deje en paz, esto es demasiado para mí.

─ ¿Desde cuándo te sientes así? ─cuestiona tomando mis manos entre las suyas.

─Desde que supe que me gustan los chicos.

─ ¿La persona que me contaste el otro día, la del restaurante?

─Sí, es usted ─contesto resignado─ me referí a usted todo el tiempo que hablé del chico que no me ama.

─Sabes que yo te amo.

─ ¿Quiere dejar de usar esas palabras? ─pido enojado─ cada vez que usa esas frases tan cariñosas mi mente viaja a otro lado donde tienen otro sentido, por favor, no me haga sentir peor de lo que ya me siento.

Asiente y retira sus manos por fin, se levanta del suelo y cuando pienso que va a salir me extiende su mano nuevamente para hacerme levantar del sillón.

Con algo de miedo la tomo y me pongo de pie, es superior a mi altura y por eso debo mirar hacia arriba y el abajo para poder hacer contacto visual.

─Yo deseaba estar contigo así antes de beber, solo quería tomar el valor para hacerlo y sé que fue una idea tonta pero no encontré otro modo Dong, si dije su nombre fue porque cada que estaba con ella me mentalizaba para no nombrarte, lo dije por inercia y es que tú, el niño que he cuidado desde chico se ha vuelto un hermoso joven con el que he tenido sueños húmedos en más de una ocasión y tampoco supe manejarlo, cada cosa que te dije, cada roce, cada halago y coqueteo fueron totalmente intencionales.

─ ¿Qué?

─Sí, lo admito, me gustas Dongju ─confiesa abrazándome por la cintura y me acerca aún más─ me gustas y mucho, está mal y lo sé, pero esa noche quería mandar todo al carajo y sé que es egoísta que lo diga, pero me alivia demasiado saber que ambos estamos mal.

Los latidos de mi corazón van a todo lo que pueden dar, siento que estoy a nada de desmayarme.

Pero esa mirada.

La mirada que me regala es sincera, honesta, tiene ese brillo en particular que amo ver porque me hace sentir que todo estará bien.

─Dong.

─ ¿Sí?

─Por favor, permíteme olvidarme de que eres mi sobrino ─pide haciendo más presión en mi cuerpo─ quiero que hoy no recuerdes lo que somos, y que te hagas a la idea que lo único que importa es qué te entregues a mí.

Siempre ha sido un niño en muchos aspectos.

Odia las cosas de oficina porque se aburre muy fácil, disfruta los dulces y helados, prefiere mil veces quedarse a jugar videojuegos que ir a una cena de negocios.

Pero esta faceta.

Pero esa voz.

Tan dominante y grave, su actitud tan llena de hombría que puede llegar a intimidar.

Esta es la versión que más me atrapa de mi tío.

Es lo que más me gusta, de Geonhak.

Me pongo en puntitas para que mi beso sirva de respuesta, afortunadamente logra entenderme y me corresponde.

Siento sus manos colarse desde mi cintura hasta mi trasero y presiona fuertemente logrando sacarme un suspiro.

─Escucharte en todos mis sentidos no tiene comparación ─afirma encimándose haciendo que ambos caigamos al sillón─ continua.

Asiento y dejo que sus labios y sus manos se paseen por donde más le guste, tendré que pensar en esto mañana.

Pero disfrutare el ahora por más incorrecto que sea.

─Esto está mal ─susurra sobre mis labios.

─Lo sé.

─ ¿Te importa?

─ ¿Ahora? ─pregunto mordiendo mi labio inferior al ver como se quita la camisa dejándome ver su cuerpo tan duramente trabajado─ la verdad no. 

Paradise [leeon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora