18

174 20 0
                                    

El resto de la semana fue más que un alivio para mí.

Wheein dejó de venir y eso me dejó muy en paz, Geonhak no me ha dicho cuál es el acuerdo al que han llegado, pero todo parece apuntar a que se hará cargo del pequeño o pequeña.

No me molesta para nada, debe hacerse responsable y el hecho que lo acepte solo aumenta mi amor y respeto por él.

─Dong, ven un momento ─pide por el comunicador.

Extrañaba esto.

Me levanto de la silla y entro a su oficina, señala la silla y me acomodo frente a él.

─ ¿Cómo te acoplas en tu nuevo trabajo? ─pregunta bromeando y ruedo los ojos.

─Ya era mi trabajo, solo fue reingreso.

─Sí, pero cuenta como que fueras nuevo, ¿Cómo te va? ¿Te agrada tu jefe?

─Bastante ─aseguro asintiendo mientras río─ es muy amable, y muy apuesto.

─Apuesto a que él piensa lo mismo de ti ─asegura guiñando un ojo─ lamento haberte tratado mal antes.

─Ya está olvidado, gracias por dejarme volver ─agradezco sincero─ pero tengo curiosidad, ¿Por qué lo hizo?

─ ¿No tienes una idea? ─pregunta arqueando una ceja y niego con la cabeza─ bien, estaba celoso.

─ ¿Celoso, por qué?

─Empezaste a salir de más, dijiste quedar con alguien y noté que Seoho te llevó el día que me negaste a mí que lo hiciera, de verdad creí que había algo entre ustedes, la mayor parte lo hice sin pensar, jamás te haría daño conscientemente, pero me molestó pensar que alguien más te tenía.

Lo miro fijamente, me sorprende la forma en que el brillo en su mirada suele delatar sus sentimientos, se ve arrepentido, yo sabía que no me haría daño a propósito, aunque igual me dolió.

Pero ya no.

─Es lo mismo que yo sentía cuando lo veía con Wheein pero ya está olvidado lo juro, hagamos como que nada de eso pasó.

─Es justo por lo que te traje aquí ─afirma extendiéndome un folleto.

─ ¿Vacaciones invernales? ─pregunto sonriendo─ lo siento, tengo escuela.

─Solo será un fin de semana, nos iremos hoy mismo en la noche y volveremos el domingo en la noche ─sugiere levantándose de la silla─ sé que es muy drástico, pero no se me había ocurrido hasta esta mañana, ¿Qué dices?

─Bueno, creo que me hará bien estar a solas con usted de nuevo ─hago saber parándome también─ ¿Algo más en lo que pueda ayudarlo?

Muerde su labio mirando como humedezco los míos usando mi lengua.

Asiente y cierra las cortinas antes de rodearme, se para detrás de mí y se pega hasta que siento su erección tanteando mi trasero.

─Sí, mejor vete antes de que mande todo a la mierda, te desnude y te empotre contra el escritorio hasta que me canse ─susurra la advertencia delineando mi oreja─ ¿Sí?

─S-sí ─obedezco saliendo de la oficina.

Cielos, no esperaba ver esta faceta de él en la oficina.

Y me encanta.

Me fascina como puede pasar del hombre tierno al que no teme hacerme suyo donde sea y cuando sea.

Termino de trabajar viendo como todos se van a sus casas, se supone que hoy me quedaré hasta tarde para ponerme al día, pero no me fui mucho tiempo, todo está como lo había dejado.

(...)

Y cuando menos pienso al fin estamos en el bello lugar que me prometió.

No es el mismo al que fuimos las últimas vacaciones, tendríamos que salir del país y no tenemos tanto tiempo como para eso.

El lugar es acogedor, una linda cabaña cálida que se mantiene tibia con la chimenea, el olor de la madera se hace presente ayudándome a entrar en ambiente.

Es hermoso.

Siento unas manos rodear mi cintura, me toma por detrás y pone su barbilla en mi hombro.

Su respiración es calmada y veo de perfil son sonrisa dibujada.

─Gracias por venir conmigo.

─Gracias a ti por traerme.

Deja un beso en mi mejilla y comienza un camino hasta mi cuello, la forma en la que respira se vuelve tosca con cada contacto y la mía también con solo sentir sus labios recorrer mi piel.

Sus manos suben de mi cintura a mi abdomen, acariciándolo lentamente hasta que una se escurre por mi playera sintiendo mi piel por fin.

Camina de ese modo hasta llegar a la cama, me da la vuelta y me empuja haciéndome caer y cayendo él conmigo.

Toma mi mano con la suya y la presiona, su boca ataca mi boca dejándome sin respirar correctamente.

Mi mano libre va a la parte trasera de su cuello y lo acaricio levemente, jugando con sus mechones de cabello mientras su lengua tortura mi garganta.

Se separa para poder respirar apropiadamente y dejarme a mí hacerlo, sus mejillas están rojas y su cabello desordenado.

Es tan atractivo que no hay forma en que se vea mal.

Sostiene su peso en sus brazos y me observa con esa gran sonrisa que me vuelve loco, sonrío también y me deja un beso superficial en los labios.

─Dong, sé que lo que hacemos se supone no es correcto ─susurra delicadamente─ pero, si tú estás dispuesto, me gustaría que durara mucho tiempo.

─Sí quiero, es lo que he querido desde siempre.

─ ¿Seguro?

─Completamente.

─Entonces, ahí afuera, frente a todos, seré tu jefe, seré tu tío, pero en tu alcoba o en la mía, en mi oficina, en la habitación, cualquier lugar en el que estemos solo serás mío ─pide volviendo a dejar besos en mi cuello─ seremos amantes, seremos novios, seremos todo lo que no podemos mostrar.

─Ah ─gimo cuando su mano acaricia mi erección.

─Eres tan caliente que juro que así debe sentirse el infierno ─maldice comenzando a desabotonar su camisa─ pero al mismo tiempo, tu boca se volvió mi paraíso.

No importa que suceda, no me interesa ser juzgado ni que esto esté mal.

Lo que me importa es él, es hacerlo sentir bien, es complacerlo con mi cuerpo hasta que sienta alivio.

Es acompañarlo hasta que la vida nos dé permiso.

Es esperar el infierno si es que existe, pero por el momento vivir el paraíso en sus brazos.

Fin

Paradise [leeon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora