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Igual que Cenicienta, y con muchas ganas de quedarnos un momento mas para ver el baile, tuvimos que salir justo a las doce, porque mis papas ya nos esperaban. Ana corrio a despedirse de un grupo de chicos de la escuela, entre ellos estaban algunos de los bailarines, y nos alcanzo en la puerta, para salir las tres juntas.

-Nos vamos como las princesas de los cuentos-les dije a Elizabeth y Ana entre risas.

-¿Acaso tu ya encontraste a tu principe azul?-pregunto Ana.

Me rei, sabia que eso no iba a suceder. O hasta aquella noche, era lo que pensaba.


Jukilop (la verdadera historia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora