"El guardián y mis sueños"

otra muerte

IGNACIO

Todos luchaban, pillamos al consejo distraído y nos ayudaba mucho que hubiesen infiltrados que luchaban por nuestra misma causa, me aislo para poder buscar a Isidora, entró por los túneles y me encuentro con uno que otro sujeto del bando enemigo pero me escabullo para evitar una pelea y el riesgo de ser atrapado, al final del túnel veo una puerta blanca sobre el un cartel con letras grandes en negro CONDENADA por lo que intuyo debe estar Isidora, corro y abro la puerta que para mi sorpresa esta sin seguro y ahí estaba en un rincón de la habitación, en el medio una cama con cables esparcidos y el suelo ensangrentado.
Al acercarme veo sus ojos inyectados en sangre, pero no me mira
_ yo la maté, yo la maté..._ susurra una y otra vez en voz baja le intento limpiar las lágrimas pero me saca de un empujón_ no te acerques_ me gruñe.
_ amor, soy yo_ le digo y levanta la mirada para verme a los ojos
_ alejate_ me grita
_ isi, no es sano para Ayline_ le digo y al escuchar estas palabras se pone a gritar y llorar
_ amor, por favor_ le pido pero hace caso omiso de lo que digo y sale corriéndo
_Isidora_ grito y la salgo persiguiendo
Corre por lo pasillos sin detenerse, se encuentra con dos guardianes enemigos que al verla chocan entre ellos y comienzan a luchar, es en ese momento que veo sus pantalones manachados en sangre
Se detiene al ver la lucha y luego de unos segundos la alcanzó percatando como nuestros enemigos comienzan a flaquear
_ Isidora_ la tomó del brazo y me mira directamente
_ sueltame_ me dice
_ no te voy a soltar_ le respondo
_ como quieras_ dice y se voltea a ver la lucha
Poco a poco veo como mis músculos comienzan a dormirse hasta caer al piso, aunque intento pararme no lo consigo y me rindo
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ISIDORA

Enfrente de mi, se gira y al ver mi rostro pude persibir miedo o mas bien terror, en mi mente solo hay un sentimiento venganza y al verlo solo detrás de un escritorio y desarmado, se me ocurren mil cosas
Quebrar pienso y escucho cada crack que hacen sus huesos al quebrarse junto con sus aullidos de dolor, tomo un desodorante ambiental y al ver encima de su mesa un encendedor lo sujeto con fuerzas
_ permiso_ le susurro_ solo lo ocupare por unos segundos.
_¿que vas a hacer maldita bastarda?_ me grita_ ya maté a tus padres biológicos y adoptivos junto con tu hija, matame si quieres ya te destruí la vida
Al escuchar esas palabras toda misericordia en mi voló por los aires, prendí el encendedor y al rociar desodorante a la llama que apunta al líder del consejo, incendie cada una de sus prendas para continuar con cada una de sus extremidades y terminar con su tronco, mi cerebro grabó cada uno de sus aullidos que me marcarán para siempre.