El Consejo

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ISIDORA

Chico estúpido, ¿yo celosa?, es una tontería, me siguió y me alcanzo antes de entrar al comedor, donde supongo debe de estar la señora paulina, me tomo del brazo y me detuvo.

_no te enojes_ dijo en un tono de disculpa_ era una broma, pero veo que no sonríes_ me soltó el brazo

_no pasa nada, es solo que no volveré a ver a nicol y me acabo de despedir de ella_ no lo mire a los ojos mientras hablaba, me pone nerviosa con tan solo su presencia

_¿estas segura que quieres ir al consejo? _menciono con lastima

_ ¿Por qué lo preguntas?, ¿no se supone que si no me llevas te mataran? _lo mire a los ojos

_solo si se enteran y podemos ser discretos_ sonrió

_no quiero arriesga tu vida_ mantuve la mirada

_soy yo quien quiere arriesgarla_ dijo con dulzura

_ ¿y porque?_ no entendía porque prefería mi vida a la suya

_porque no es justo_ asentí_ pero tenemos que fingir que te llevare, sino mama se encargaría de llevarte ella misma

_ ¿estás seguro de hacer esto?_ creo que no le está tomando el peso a la situación

_claro, tu no conoces el consejo, es por eso que quieres ir_me hablaba muy serio

_entonces muéstramelo_ le dije en tono autoritario cuando quiero puedo ser un tanto autoritaria

_ Lo hare pero primero tenemos que fingir delante de mama_ murmuró y asentí

En ese momento entramos al comedor y vimos a la señora paulina que se tomaba un café

_mama, es mejor que vaya en seguida al consejo

_en eso estoy de acuerdo_ asentimos y nos fuimos en seguida, tuve la sensación de que la señora paulina no había creído nada, pero Ignacio la conocía más que yo

Comenzamos a caminar en dirección contraria de mi casa.

_ ¿qué va a pasar entonces?_ pregunte mientras caminábamos

_te mostrare el consejo y si aun así te quieres ir, te dejare_ dijo mientras se acariciaba el pelo nervioso.

_ ¿y qué tal si no?_ me ponía nerviosa cada vez que peinaba su pelo con sus dedos

_simplemente te iras a tu casa y te olvidaras de todo_ me dijo muy seriamente

_bien, pero cuéntame de mis poderes o algo_ dije convenciéndolo

_no puedo, si lo haría podrías ocuparlos y te encontrarían_ al decir eso cruzo la calle hasta una plaza

_no lo hare, te lo prometo_ paro y se sentó en una banca_ ¿Por qué te sientas dijiste que me mostrarías el consejo?

_y lo hare, siéntate_ me indico la banca con la mano

_es mejor que me lo muestres ahora_ insistí sin sentarme

_y eso voy a hacer, ¿Qué creías que te llevaría al consejo?_ dijo como si fuera muy obvio

_ ¿cómo me lo mostraras entonces?_ me senté

_a través de cosas que ya vi, te las puedo mostrar_ parecía un enfermo psiquiátrico, diciendo tantas tonterías

_ya… y ¿Cómo lo harás?_ hable con sarcasmo

_tienes que abrasarme_ ¡obvio que abrazo ese tronco tan fuerte!

_ ¿ahora?_ pregunte tratando de ignorar mi entusiasmo

_si, pero no te aproveches_ me sonroje_ broma, ven abrázame_ estábamos sentados uno al lado de otro así que lo abrasé _ relájate y deja que mis visione te llenen_ asentí

En un par de segundos mi visión se volvió borrosa y comencé a escuchar susurros “cierra los ojos será más fácil” hice caso y los cerré.

Todo era más claro, había una puerta entreabierta comienzo a husmear y los vi, chicos y chicas rapadas al cero vestidos de gris y con las manos atadas a cada uno de sus costados, arañados, sus caras eran irreconocibles, alguno tenían la boca cocida, me di cuenta por el hilo  negro que se veía encima de sus labios, un hombre hablaba

_otro muerto, si siguen así, no quedara ninguno, saben perfectamente las reglas_ tosió_ aquí quien manda somos nosotros, ustedes escucha y hacen caso, si quieren seguir viviendo, ¿entendido?_ el grupo asintió, eran como cincuenta y uno entre ellos hablo

_prefiero morir, a ser un esclavo de ustedes_ era una mujer, si no hubiese hablado no me habría dado cuenta de su sexo

El hombre que antes hablaba hizo un gesto a una mujer del costado que vestía un vestido rojo ella asintió y serró los ojos, al instante el mujer comenzó a retorcerse, y gritaba sin parar, luego de unos segundos estaba muerta.

_ya puedes abrir los ojos_ era Ignacio quien me hablaba

_¿cómo son capaces de hacer eso? _ Reproche mientras abria los ojos

_ellos pueden hacer lo que quieran_ lo solte me pare

_¿porque no hacen algo?_  me alteré, últimamente me alteraba muy rápido

-porque nadie quiere terminar como aquella mujer_ asentí no lo podía creer

IGNACIO

Luego de la visión que le mostré a Isidora, la acompañe hasta su casa, no había hablado nada en todo el camino, pero di por sentado que había decidido no ir al consejo.

_ ¿tienes WhatsApp?_ caminábamos hacia su casa

_obvio_ asentí

_tienes que darme tu número_ me miro

_ ¿por qué?_ su expresión cambio, trataba de evadir su alegría

_lamento matar tus esperanzas, pero es para saber si vuelves a soñar y ocurre en realidad_ asintió

_no mataste ninguna esperanza_ dijo, pero era obvio su cambio de tono_ dame tu celular_ se lo di y anoto el numero

_no se te ocurra contarle algo a alguien_ era una advertencia

_bien, no pasa nada_ se detuvo y me entrego el celular

_hasta nunca_ dijo, se despidió de un beso en la mejilla y entro a su casa

Me quede mirando su casa, durante bastante rato, no sabía nada de lo que pasaría, pero dejar de verla para siempre, era imposible, nunca había conocido a alguien que me hiciera perder la razón, por ella estaba haciendo una locura, me di la vuelta y me fui a mi casa

(…)

_ ¿no la llevaste al consejo cierto?_ estábamos sentados en el comedor, mientras cenábamos

_ no pude, sé que no es peligrosa_ deje de comer y la mire a los ojos

_ no intervendré, eres lo bastante grande como para saber lo que haces y sabes perfectamente las consecuencias_ termino de comer

_mama, no pasará nada_ se paró de la mesa

_ no te confíes e consejo siempre se entera de todo_ me dejo solo

Era muy clara su advertencia pero ya era tarde para arrepentirme.

"El guardián y mis sueños"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora