-Mmm...¿ya amaneció?- bostecé y con el ceño fruncido, tape mi cara con la palma de mi mano, debido a la luz del sol que entraba por la ventana y me golpeaba justo en la cara.
Me tapé de nuevo hasta la cabeza e intenté dormir de nuevo, pero mi expresión de molestia desapareció y en su lugar se dibujó una sonrisa en mis labios al recordar el día de ayer.
Pero igual recordé lo cansada que se sentía Olivia, así que me destapé y rápidamente me levanté y cambié la ropa para bajar a desayunar.Abajo mamá ya estaba sirviendo la comida y Marcos aún dormía.
-Hola mi amor, ¿Cómo te fue ayer? Llegué de trabajar esperando verlos en la mañana y tú no estabas.- comentó mamá buscando una explicación, mientrás la saludaba con un beso en la mejilla.
-Bueno, ayer solo desayuné y me fui a la cafetería. Y ahí a que no adivina a quién me encontré.- dije ansiosa de contarle y me senté a la mesa.
-No se, ¿a quién encontraste?- preguntó curiosa, sirviendo un Homelet en mi plato.
-A David Gris- solté dando un pequeño grito.
-¿De verdad? ¡Que bueno!, ¿no es ese el escritor que tanto lees?
-SÍ, SÍ, SÍ, es él. Ayer hablé con él, y es súper amable y agradable y creo que hasta podríamos ser amigos, pero, claro que, ni siquiera sé si lo volveré a encontrar, pero fue genial poder hablar con él.
-Tanto así que se te fue todo el día en la cafetería, ¿no?
-Ahh, sí- reí nerviosa y comencé a comer tranquilamente, hasta que recordé a Olivia de nuevo y comí más rápido.
-Oye Ale, come más despacio, nadie te esta correteando.- me dijo mientrás ella también desayunaba.
-Es que, recordé que le dije a Olivia que iría a verla hoy, y sí, podría ir más tarde, pero ayer la ví muy cansada y me preocupa que se este esforzando demasiado, no tiene a nadie que la ayude.- expliqué mientrás terminaba mi comida.
-Bueno, esta bien, pero solo ten mucho cuidado, vete en tu bici para que llegues más rápido y no tengas que estar yendo en camión, luego regresas de noche tú sola.- dijo con preocupación.
-Tranquila, estaré bien, estoy queriendo caminar un poco más, así que no necesito la bici- mentí tratando de desviar el tema de mi bicicleta robada, que aún no le confesaba.
Me levanté de la mesa, terminando de desayunar y subí a mi habitación por mi mochila en la que guardé mi teléfono que aproveché a ver, y mandarle un mensaje a Olivia de que iría a la cafetería, ya que era algo temprano y no quería quedarme gritando fuera del lugar.
También le envié un mensaje para saber cómo le estaba yendo a Stephania, de quien no sabía nada desde hace dos días.-Espero que estés bien- dije al pensar en voz alta. -Ni siquiera le he podido contar lo que pasó el día que fui a la Plaza, ni ayer.
Continúe y metí un puño de caramelos que tenía en mi cajón de cosas privadas. Porque, uno siempre tiene que estar preparado para cualquier situación en la que necesite comer algo dulce y también por si llega a hacer frío, así que metí una chamarra a la mochila.
Tomé un poco de dinero por si acaso, y bajé a la cocina donde mamá se encontraba lavando los trastes.-¡Ay no!, olvidé lavar mi plato, lo siento.
-No te preocupes, ve a ver a Olivia tal vez necesite ayuda en la cafetería.
-Sí justo eso estaba pensando, quizás podría ayudarla con los clientes aunque sea unas horas, algunos días a la semana, después de todo sería entretenido para mí en las vacaciones.
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Fuera de Casa
AdventureUn día de verano Alejandra, una chica de 19 años, estudiante, que no suele salir mucho de casa, no es popular ni nada por el estilo, no tiene muchos amigos, tan solo es una pequeña persona en este enorme mundo, con una vida de lo más tranquila y mon...