8. Sin memoria

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-Alejandra

Escuché en susurro.

-¡Alejandra!

¡Ayy, mi cabeza!

-¡¿Por qué no despierta?!- oí una voz preocupada.

-Va a estar bien, tranquilízate.- escuché otra voz histérica.

¿Por qué todo está tan...obscuro?

-¡No, no, esto fue una mala idea!- volví a escuchar la voz preocupada.

Comencé a abrir los ojos poco a poco y la imagen se fue haciendo cada vez más clara. Hasta ver a... dos chicos.

-Está abriendo los ojos- ahora reconocí la voz, era ¿...David?

-¡Ouch!- pude expresar finalmente, poniendo mi mano en mi cabeza.

-¡Estas bien!- exclamó Louis y sonriente me abrazó. -Si lo estás, ¿verdad?- me soltó y comenzó a verme muy detenidamente.

-No lo sé, ¿Lo estoy?- dije confundida.

-¿Cómo te sientes?- me preguntó David, muy cerca de mi.

-No lo sé, me duele la cabeza y todo- traté de sentarme apoyándome del piso...pero, no había piso. Esto que tenía en las manos era...tierra. Mis manos y mi ropa estaban sucias. Miré a Louis y a David confundida -¿Qué pasó?- los aparté del frente mío, haciéndolos a un lado. Y pude ver...que TODO era un desastre. ¿Pero en qué clase de lugar estábamos?

-¿Dónde estamos?- pregunté finalmente.

David y Louis se miraron el uno al otro, algo desconcertados, incluso me atrevería a decir que preocupados.

-Tú, ¿no sabes dónde estamos?-Louis se acercó a mí y me tomó el hombro. Su cara mostraba algo de angustia.

-¿Se supone que debería saberlo?- entonces yo me preocupe.

Me levanté el suelo y comencé a mirar alrededor.
Todo estaba muy obscuro, la noche ya había caído, lo sabía, porque había unos enormes agujeros en las paredes y en el suelo había tierra y plantas creciendo en las esquinas de...¿la casa? ¡Ay no! Dime que no estamos en esa vieja pocilga abandonada. Ni siquiera el diablo se atreve a meterse aquí.

Cerré fuerte los ojos con miedo de ver más allá.
Miré hacia arriba, y si me quedaban dudas, ahora las aclaraba. Estábamos en la antigua casona. Con escaleras rotas, muebles de madera podridos, ventanas oxidadas por las que la lluvia, sol y en realidad cualquier cosa, o persona podía entrar.

Este lugar sin querer, es como un secreto, del que sólo la gente que ha estado toda su vida en Cuidad Seda, conoce. La abuela de Stephania solía contarnos historias sobre este lugar, leyendas, supongo que era para asustarnos y que no entráramos. Y debo decir que funcionaron. Entonces ¡¿Por qué rayos nos traje aquí?! Ni siquiera es un sitio que me guste, no hay nada que ver aquí más que madera podrida, escombros y animales que vienen del bosque.
Hace años que no venía aquí. Desde que Stephania se fue. Y odiábamos venir al bosque por esta casona y las historias que solían contarnos.
¡Dios mío, debí estar drogada cuando los traje aquí!

-Esta bien chicos. Quiero saber, ¿Qué pasó? Desde el principio. ¿Cómo es que vinimos aquí y porque estaba en el suelo?

Entonces David se acercó a mí preocupado.

-¿Enserio no recuerdas nada?

-Solo que salimos del restaurante, después de ayudar a Olivia. Nada más que eso.

Louis se acercó también.

-Bueno, salimos del restaurante y no nos dijiste hacia dónde íbamos. Solo que no estaba demasiado lejos. Por eso vinimos a pie.- explicó Louis.

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⏰ Última actualización: 7 days ago ⏰

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