Londres, Enero 11-1845
Era una mañana como cualquier otra, nada inusual, el sol entrando por la ventana, la gente hablando afuera y el sonido de las carretas. Mi madre vivía en otra ciudad y no me dejaba ir a visitarla, decía que era muy peligroso pero para mantener el contacto, nos enviáramos cartas a lo cual yo acepte y así fue, incluso la casera sabía la hora exacta en que me llegaría la carta así que ella me la entregaba.
Hoy recibo otra carta de mi madre, estoy muy emocionada sobre que me va a contar, si tomo el tren correcto o como le va en su trabajo, pero lo que más me interesa es que aun siga recibiendo cartas de ella, me alegran mucho el saber que se encuentra en bien.
Tengo muchas cosas que hacer pero por ahora iré a comprar más papel que se me esta terminando aún hay tiempo antes de que llegue la carta, un paseo por la ciudad no hace mal de vez en cuando, llegue a la tienda y me atendió Sarah, la dueña de la tienda, ella era uy amable además de hermosa.
—¡Amy no me digas que se te terminó el papel de nuevo!— Decía poniendo los brazos cruzados y esbozando una sonrisa
—¡Sarah, cuanto tiempo! Y si, se me terminó el papel, entre tanta cartas, notas, todo se va volando— afirmaba mientras reía, Sarah se dispuso a buscar el papel y apilarlo para asimismo colocarlo en una bolsa.
—Son 3 Pequines Amy— Decía mientras sacaba una caja con dinero. Le entregué el dinero y salí de la tienda mientras ella me deseaba buen viaje.
Aún no era la hora, así que fui a ver las tiendas de vestidos, todos eran tan bellos pero valían una fortuna y no tenia lo suficiente, además prefiero ahorrar por si en algún momento mi madre me deja ir a visitarla, comprarle algo lindo para ella.
Y finalmente llegó la hora en la que llegaría la carta, regrese lo más rápido que pude a la casa, con ansias de que la casera tenga en sus manos la carta o al menos que me diga que esta en mi habitación. Llegué a la casa, la casera me recibió pero me miraba extrañada, le pregunte que pasaba hasta que me dijo:
—Amy, que bueno que llegas, tengo que decirte algo y es que la carta aún no ha llegado, tal vez se atrasó— Dijo mientras se arrodillaba para estar a mi altura y me tocaba el hombro
—¿Cómo que no ha llegado? Mi madre nunca se retrasa y si no la va a enviar ¡ELLA ME AVISA!— mi corazón estaba latiendo muy rápido, tenía miedo ¿Y si le paso algo? ¿Ella esta bien? ¿Su carta si llegará?, me formulaba mil preguntas pero ninguna tenía respuesta
—Amy tranquila si llegará, ¿Qué te parece si esperamos un rato? tal vez el cartero se retraso, pero estoy segura de que esa carta si va a llegar— Justo después de eso me abrazo y me dio galletas que había horneado, eso me tranquilizó por un rato.
Pasaron las horas y esa carta nunca llegó...
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El ¡Color! de las Cartas
Mystery / ThrillerHabía una linda joven de nombre Amy, ella y su madre acostumbraban a enviarse cartas de distintos colores, pero hubo un día en el que la carta de su madre no llegó, a Amy se le hizo extraño puesto que su carta nunca faltaba, decidió esperar. Pasaron...