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— Bueno, Clase el es su nuevo compañero, sean amables con el — Hizo una pausa para luego mirar al pequeño niño — Si gustas puedes presentarte al resto —
— Em- Claro — con su voz algo temblorosa hizo una pequeña pausa — H-hola, Soy Karl-, Karl Jacobs, un gusto c-conocerlos — Dijo de manera tímida y rápida
Karl era un niño algo alto, era castaño y vestía el uniforme de la escuela, cabello algo desordenado, ojos color celeste cielo
Después respondió una de sus nuevas compañeras
— Hola Karl, un gusto para nosotros también el conocerte — Dijo la voz femenina, de manera dulce
— Ok, Karl, puedes ir a sentarte junto a el, Alex, siempre anda solo — Dijo el maestro señalando a Alex
— Oh, está bien —
Se dirigió a él recién señalado y se sentó al lado de este, no intercambiaban palabras, solo algunas miradas incómodas, hasta que Alex decide romper el silencio antes de que la clase empiece
— Eh, Hola Karl, soy Alex, un gusto — Extendió su mano al contrario, esperando una respuesta
— Oh, Hola Alex — Nuevamente dijo esto de manera algo tímida
— ¿Cuántos años tienes Karl? — Pregunto el más bajo de los dos
— Oh, tengo 11, ¿y tú? — Repreguntó Karl al otro niño
— 10, tengo 10 años — Respondió a la pregunta, esas preguntas eran normales después de todo.
Durante toda la clase no pararon de hablar, como si sus vidas dependieran de ello
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Era hora del primer receso del día
Los dos niños salieron juntos, y se dirigieron hacia la misma banca en la que Alex estaba todos los días, pero ahora era diferente, hoy tenía alguien con quién hablar
— ¿Trajiste algo para comer Karl? — Pregunto Alex al contrario, ya que parecía que tenía hambre
— No, me la olvide en mi casa — Respondió algo triste
— Tranquilo, si gustas te doy un poco de lo mío —
— ¿Enserio?, ¡Gracias!, ¿y qué trajiste Alex?— Agradeció y volvió a preguntar el más grande
— Traje unas galletas y un juguito de manzana, ¿Cuál gustas? —
— Creo que las galletas están bien —
Alex agarró algunas de sus galletas y se las en las manos dió al castaño
El castaño agarró una de las galletas y la llevo a su boca, masticando y saboreando esta — Es deliciosa, ¿En dónde las compraste? —
— Las hace mi madre, son ricas no?, Me dice que las hace con su corazón, y que por eso son tan ricas —
Siguieron hablando de más cosas durante el día, hasta que llego la hora de ir a sus respectivas casas
Esperaba ansioso el día de mañana, al fin tenía alguien con quién hablar, reír, etc, hoy fue su mejor día en la escuela
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