Capítulo 1

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Ella yacía sobre mis brazos, estaba a punto de desvanecerse lo poco que aún le quedaba de vida, había caído de las gradas de la casa, yo había llegado tarde para salvarla, la caída desde las gradas no fue lo que la mató, fue mi culpa, no pude darme cuenta de lo que pasaría. Mis lágrimas fluían precipitadamente por mi rostro, su voz casi marchita se desvanecía cada vez más, solo pude distinguir una pequeña frase "te amo", esa frase me afectó de tal manera que me perdí entre recuerdos, su mirada la permanecía en mi rostro, sus labios querían emitir unas últimas palabras, yo quise hacerla desistir, no quería que se esforzara, pero ella insistió.

-Gracias por todo lo que has hecho por mí- dijo mi querida Antonela con las pocas palabras que le quedaban por decir- sé que no fui lo que quisiste, pero aún creo que lo que me dices es verdad, jamás te olvidaré...

Sus palabras quedaron suspendidas en el aire, sé que ella nunca tuvo que existir, todo fue por mi culpa, su muerte es mi culpa, toda la desgracia que la acorraló después de que yo le confesara la verdad fue por mi culpa, solo le traje desgracia a su vida, ella no tuvo que haber existido, esto no estaría pasando, pero lo que más me duele, es que he tenido que pasar por esta misma situación dos veces, ambas muy dolorosas, mi primer gran amor murió, y ahora también lo hace ella, la única que me ayudo a sobreponerme de mi primera tragedia, su existir fue una simple desgracia, hubiera dado todo solo por el hecho de cambiar lo que ella era o por el hecho de que nunca la hubieran descubierto.

Los recuerdos de todo lo que viví con ella vienen a mi mente, es muy doloroso recordar, pero es la única forma en que puedo revivirla en mi corazón, debí de haber escuchado antes a mi padre, él me lo advirtió, pero no le obedecí, no sabía a lo que me enfrentaría después, no sabía que era por lo que tendría que pasar, él me lo advirtió, pero creí que era solo una mentira para que abandonara mis planes.

Recordar cada momento con ella, ese día, el día que ella me conocía sin saber que no me había conocido, ella no sabía quién era yo, pero al mismo tiempo lo sabía, siento que solo jugué con ella, al principio, para eso la traje a mi vida, pero ahora no quiero que se aparte de mí, sé que jamás hubiera tenido una familia al lado de ella, pero eso no me importaba ya, no me importaba si jamás podría darme un hijo, la amé y en el momento en el que supe que ya no podría vivir sin ella, ella está a punto de morir.

Recuerdo ese memorable día de mi vida, el día en que me conocía, pero no me conocía, escuché un sonido en su habitación, sabía que ella acababa de despertar, yo estaba ansioso por ver como reaccionaba al verme, abrí la puerta lo más rápido que pude y entré, ella se encontraba sentada a un la do de la cama, se veía tan natural, los rayos del sol le creaban una perfecta silueta e iluminaban su rostro, ella estaba un poco desconcertada, sus recuerdos aún se estaban acomodando, me acerqué con delicadeza a su lado y muy delicadamente le pregunté.

-¿Me recuerdas?- traté de sonar lo más calmado posible, pero su respuesta me abrumaba, quería saberlo lo más rápido posible que se pudiera, ella miró primero hacia la ventana de su habitación y en palabras casi inaudibles me respondió.

-Sí, tú eres Leonel... mi novio- su tono de voz en las últimas palabras fue muy diferente al resto, parecía dudar de lo que ella misma afirmaba. Me pareció extraño, pero no le dije nada al respecto- y yo soy Antonela ¿cierto?- preguntó ella, aún muy confundida.

-Tú eres mi hermosa Antonela- le respondí con la mayor naturalidad posible, me acerqué para besarla en los labios, pero ella me evadió, era muy extraño, en ningún momento pensé que me fuera a evadir.

-Sé que eres mi novio, pero siento que esto es muy precipitado para mí, aun me siento confundida y no sé a qué se debe, solo te pido que me des el tiempo suficiente como para comprender todo lo que pasa.

Amor artificial  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora