Me había molestado en sobremanera por la risa de aquel niño.
—Muy bien Lui— pero la profesora continúo como si nada—, vuelve a tu asiento, más tarde se te explicará lo que no entiendas.
Asentí a lo que dijo, pero sin mucho interés debido a que yo estaba aún atento a ese niño que había reído, o más bien se había burlado de mí.
Yo no tolero eso.
—Y chicos, cualquier cosa que Lui no entienda sean amables de ayudarle.
Ja... que estupidez.
Cómo si yo necesitará apoyo de alguno de estos idiotas...
Durante el siguiente par de horas la maestra me aplicó un examen que sin ninguna dificultad resolví; yo tenía una ventaja superior a la de mis compañeros debido no solo a mi inteligencia, sino que las clases de mi anterior escuela me dieron una ventaja sobre está escuelita barata.
La maestra noto que al parecer no tendría problemas para adaptarme al curso. Creo que más bien sería que yo podría darles una mano de apoyo a mis compañeros.
Cosa que no iba a hacer.
Pero luego te das cuenta de que las cosas no son lo que parecen, hasta que claro, como se dice por ahí "metes la pata".
El timbre escolar anunciando el inicio del recreo resonó por todos lados y los alumnos aún dentro de los salones festejaron por su bien merecido descanso.
Yo no tenía mucha intención de hacer amigos, por lo que tome mi almuerzo y camine por el patio bajo la mirada atenta de algunos de mis compañeros y unos tantos extraños de otros grupos.
Terminé llegando al área verde y tome asiento para comer, no tenía mucha hambre pero solo picotear un poco la ensalada de fruta y darle un par de mordidas a mi sandwich bastaba para mí. Mi madre no es muy adicta a la cocina así que el hecho de que otros cocinaran mi comida no me hacía sentir satisfecho.
Minutos después me di cuenta que alguien se acercó.
El niño que se había reído de mi.
—¿Que quieres?
Había preguntado sin obtener respuesta.
—¿Que?— Me moleste—. Di algo.
Pero únicamente me sonrió sin decir algo... aunque, había algo extrañó... Su expresión, su mirada...
Su rostro tenía un semblante diferente al que había visto antes en otra persona.
Me causaba algo... indiferencia, no se...
Era desagradó.
—Largate.
En vista de que no me hizo caso tome mis cosas y me fui empujandolo por el hombro. Solamente se me quedó observando.
Las clases se reanudaron y note a ese niño, me di cuenta que chocó con un compañero que no se dio cuenta de que había pasado por detrás y lo había tirado. Me burle en silencio debido a que ese peli-azúl no era de mi agrado.
—¡Lo siento Valt!— El joven que lo tiró enseguida se apresuró a ayudarle—, ¿estás bien? ¿no te lastimaste?
Me había parecido un poco extraño ello... Fue Valt el que había chocado, el de las disculpas debía ser otro, sin embargo otra compañera se acercó a ayudarle al niño que lo tiró; dándose cuenta que no se lastimó y asintió con una sonrisa todo estuvo bien. Valt, como se llama el niño de mi desagradó comenzó a caminar hacia su lugar.
Pero nuevamente había observado un detalle más en él: al caminar estaba ligeramente encorvado y tenía flexionadas sus manos de una forma un poco extraña para mí: tenía los codos pegados al cuerpo al caminar pero sus manos, las tenía ocultas dobladas de un modo que para mí sería un poco incómodo. El sin embargo, caminaba con tranquilidad y se sentó en su lugar.
Era un poco extraño ya había dicho. Y cuando te das cuenta de lo especial de la situación es cuando notas que metes la pata cómo dije.
Después de las horas de clase, todo acabo con normalidad. El timbre escolar sonó anunciando el fin de la jornada escolar y los alumnos se dispusieron a tomar sus cosas para irse.
—Los chicos que llevan abrigos no los olviden— Habló la maestra señalando con la cabeza el perchero que estaba al entrar al salón—, también no olviden repasar lo que vimos hoy en clase que mañana haremos un pequeño ejercicio de evaluación.
Todos afirmamos sujetando nuestras cosas, yo no llevaba abrigo así que tome mi mochila para irme.
—Aquí tienes Valt.
Otro compañero le dio su chamarra a Valt... ¿que no puede agarrarla el solo?
Al parecer a ese niño todo mundo le ayuda, lo que me parece ridículo.
Creo que está idiota...
Nunca me había retractado de lo que decía... hasta se día.
Pues cuando me dispuse a pasarles por un lado a mis compañeros para salir del salón sentí como alguien me tomaba de la playera.
—¿Qué?— Voltee, sorprendiéndome pues Valt me había sujetado—. ¿Que quieres?
Nuevamente no me dijo nada, pero sonrió de tal manera que tenía babita en la comisura del labio. Aunque, olía rico y estaba bien arreglado. Pero ese detalle me alteró.
—¡Ya!— Asusté a los otros dos chicos que estaban ahí, ¡¿Que carajos quieres?!
—Ser.. tu amigo...
Valt hablo con lentitud, diría torpeza... pero debido a que desde que se había reído de mi al presentarme en clase ya estaba alterado de su presencia.
—¡¡Pues yo no quiero!!
Lo empuje de tal manera que se fue para atrás y creo que se lastimó, no lo sé...
—¡Valt!
—¡¡Oye no empujes a mi hermano!!
No alcance a reaccionar pues una niña menor que yo me empujó y no solo eso, se me vino encima.
—¡No toques a mi hermano!— Habló aquella niña de cabellos rosados—, ¡él está malito!
—¿Que?
Tartamude, pude notar como otro niño del mismo tamaño que aquella niña pero de cabellos aguamarina se acercó a ayudar a Valt también apoyado de mis compañeros que vieron todo.
Valt estaba asustado y había comenzado a llorar. Juraría que temblaba.
—¿Pero que tiene?— Murmuré más para mí que para ellos.
—Tiene síndrome de Dawn— Me respondió aún sobre mi su hermana.
¿Pero que es esa enfermedad?
Sea lo que sea...
Me había hecho sentir mal por haberlo tratado de esa manera.
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Un sitio entre tú piel ~ Lualt [Lui & Valt]
FanficTodos somos iguales, según la sociedad... Y es algo que debe fomentarse desde la niñez; aprender a respetarse y también aprender que no todos estamos de acuerdo con las cosas y gustos diferentes o bien... Aprender a ver a través de los ojos de algui...