Shen Yuan

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Shen Yuan estaba preocupado dando vueltas por la pequeña habitación que había alquilado. Envases de sopas instantáneas y bebidas energéticas se encontraban por todo el cuarto, haciéndolo ver más desordenado de lo que estaba.

Momentos antes acababa de hablar con su 'tamagochi' para disculparse por los problemas causados gracias a su increíble experiencia como sistema.

Sin embargo, cuando ésta personita esclava del sistema ni siquiera terminaba de suspirar de alivio, un problema más grande se hizo presente.

Estaba apunto de comer otro tazón de fideos instantáneos cuando algo mágico sucedió.

Literalmente fue mágico, en todo el sentido de la palabra.

Una grieta suspendida en el aire del tamaño de una persona se formó en la esquina de su pequeño cuarto.

Tirando los fideos que llevaba en sus palillos y volcando su lata de coca-cola, el señor de la cumbre no podía dar crédito a lo que estaba viendo.

En su mente rezaba para que no fuera lo que el pensaba.

Para su desgracia ni siquiera Dios lo escuchó.

De la grieta salía un hombre joven vestido con túnicas negras y rojas, su cabello largo y rizado estaba atado en una coleta. La marca de su frente ardía de un rojo intenso.

Aún manteniéndose en alerta, el joven hombre caminó alrededor del lugar entecerrando los ojos y tensando su mandíbula. Sus ojos estrellados eran negros y profundos.

El nítido sonido de los palillos al chocar con el piso llamó rápidamente su atención, dirigiéndole una mirada profunda al rostro joven de Shen Yuan. Escudriñando las facciones de su cara con profundidad.

En cambio, Shen Yuan en shock aún no podía creer que la escena frente a el fuese real ¿Los fideos estaban caducados? ¿Confundió los hongos Shiitake por hongos alucinógenos cuando desayunó?

"¿Shizun?". La voz familiar se acercó más a él. Shen Qingqiu no tuvo más remedio que levantar la cabeza.

"Vamos finge demencia". Se dijo a sí mismo.

El aspecto asombrado en la cara del señor de la cumbre era difícil de cambiar a pesar de querer fingir que todo estaba bien. Esta vez no podía actuar.

"¿Quién eres tu?". Preguntó intentando imitar un acento local.

El rostro de Luo Binghe se hundió.

La mirada obsesiva en los ojos del cachorro no pudo evitar hacer temblar al estricto Shizun.

"Shizun no mientas, se que eres tu". Dio un paso adelante intentando tomar la mano del joven. Cosa que este rechazó.

"No sé quién sea usted, se equivocó de persona". Aún a estas alturas se atrevió a fingir, tenía miedo de admitir ser el Shen Qingqiu que Luo buscaba. Tenía miedo de que una vez admitida su identidad fracasara la misión de Wei Wuxian por su culpa.

Pero Luo Binghe no conocía los pensamientos de su esposo, malinterpretando su actitud.

"Así que es verdad... la razón por la que te fuiste es porque estás cansado de mí ¿Shizun? No quise hacerle caso a Liu Qingge pero es verdad... Shizun me odia tanto que prefirió irse a un mundo dónde no existiera yo...". Las lágrimas llenaron sus ojos exudando una profunda tristeza. Como a un cachorro al que no se le permite entrar por la puerta de la casa.

El corazón de Shen se ablandó como tofu suave...

Realmente era su pequeño cachorro llorón, era su Bing-mei.

Wei Wuxian Y Shen Yuan Molestando Al SistemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora