¡¿Dónde estás Takemichi?!
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Los personajes son propiedad de Ken Wakui, sin embargo la historia es mía, no acepto plagios.
¡Feliz 14 de febrero para todos! Este es mi regalo para todos ustedes.
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Ya había pasado una semana desde aquel día, una semana en la cuál Manjiro actuaba en piloto automático, tenía que esperar a que Koko terminara su pedido, pero maldita sea, ¿Por qué tardaba tanto? Había hecho peores cosas en menos tiempo, esto no era nada para alguien como él.
Camino fuera del dojo hasta entrar a su casa, ya había terminado de dar todas sus clases del día, no fueron muchas realmente, está semana había estado dando la mitad de sus clases diarias, es que simplemente no podía concentrarse en algo que no fuera Hanagaki Takemichi, ¿Él estaba bien? No lo sabía y eso lo llenaba de culpa, él era quien más merecido tenía un final feliz, por ello no se perdonaba haber olvidado su existencia por tanto tiempo. Sonó su teléfono, así que sin muchos ánimos lo reviso, sus hermanos lo llamaban a diario para asegurarse que estuviera bien, desde lo sucedido en el taller y la tienda de mascotas todos estaban muy preocupados, le habían contado hasta a Izana, bufo al recordarlo, lo preocuparon de forma innecesaria, sí, era innecesaria su preocupación, porque en cuanto encontrará a Takemichi todo terminaría, miro la pantalla ensanchando su sonrisa mientras sus ojos tomaban el brillo como de un niño emocionado, por fin.
—Koko.
⟨—Sal a abrirme, traje todo lo que me pediste. ⟩
Entonces colgó la llamada y salió corriendo hasta la entrada de su casa, por fin, pronto vería a Takemichi de nuevo y lo traería con todos, no importaba que nadie lo recordara, él iba a hacer que todos lo reconocieran. Abrió el portón de la entrada dejando pasar a Hajime quien se frotaba las manos, pues ese día hacia algo de frío ya que apenas estaba entrando la primavera, Manjiro guío a su recién invitado hasta su morada, las palmas le picaban, su corazón latía cómo si fuera a salir de su pecho en cualquier momento.
—¿Quieres algo de tomar? —ofreció el más bajo como cortesía, además de alguna forma que alargar más el tiempo pues sus nervios comenzaban a comerle la cabeza, ¿De verdad debería buscar a Takemichi? Digo sí el quisiera verlos los habría buscado ¿No?
—No gracias, tengo que llegar con Inupi lo más rápido posible —explicó—¿Mi dinero?
—¡Cierto! Espera aquí.
Manjiro corrió hasta su habitación, no estaba seguro de que debería hacer luego, pero ya no importa, ya estaba lista la dichosa información, primero la leería y luego decidiría si traer a Takemichi o no.
—Toma —le entrego un sobre con dinero, él cuál Koko recibió pero antes de entregarle el sobre que él traía contó el dinero—. Esta completo, no planeo estafarte.
—Mejor prevenir que lamentar —dijo una vez estando seguro que la cantidad era correcta, así que le pasó el sobre con la información solicitada—, ya sabes lo que dicen, cuentas claras amistades largas.
