Sabiendo que el espantapájaros te acecha en la oscuridad decides avanzar como si nada.
El viento sigue soplando, las hojas y el trigo casi maduro se siguen meciendo y el maldito espantapájaros no te deja huir.
Te acecha como si su vida dependiera de ello, aunque es algo irónico ya que vivo no esta. Se mueve entre ese gran campo abierto y en la desierta noche te recriminas el haber salido, el haber desobedecido, el tentar a tu suerte y salir de tu lugar seguro en plena madrugada.
El cansancio comienza a aparecer y tus divagaciones empiezan a agrabarse. ¿Porqué saliste si mamá dijo que te quedarás?, ¿porqué apuntaste cuando mamá te pidió que pararas?, ¿porque sigues pensando que tienes que huir cuando el que va de espantapájaros eres tú?
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Historias de un alma en soledad.
Short StoryMicro, nano relatos de una mente bastante loca :)