Atrapando un Fantasma (WangXian)

Extras

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ATRAPANDO UN FANTASMA

 5.5 Extras

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—Wen Yuan —, dice Zizhen, mientras riega sus orquídeas —, ¿es mi idea, o Lan JingYi está actuando raro últimamente? 

Wen Yuan se detiene de arrancar las malas hierbas, y le mira por encima de su hombro. 

—¿Raro en qué sentido? —, cuestiona Wen Yuan. 

—Bueno, desde la semana pasada cada vez que me ve, parece como si estuviera haciendo una clase de examen mental, y hoy que le he comentado que me quedaría contigo empezó a tartamudear como si le hubiera revelado un secreto de alto nivel. 

Wen Yuan parpadea una sola vez, y comienza a reír. 

—Oh, hace poco se ha enterado que me confesé en secundaria —, menciona, como si fuese un recuerdo casual y no un rechazo amoroso.

—¿Es eso? Y pensar que se ha puesto celoso por algo de hace tanto  —bromea Ouyang, asentando el agua, mientras examina las flores —. Lan JingYi puede llegar a ser algo inconsciente de sus propios sentimientos, ¿no es así? 

Wen Yuan ladea la cabeza, confundido. 

—Mn… me parece que está algo asombrado todavía, pero, ¿a qué te refieres con "sentimientos", Zizhen-xiong? 

Ouyang Zizhen se detiene. Se levanta en el lugar donde estaba hincado y le dedica una larga mirada a Wen Yuan. Quizá… Lan JingYi no es el único  inconsciente. 

Toma la jarra y caminando hacia otra sección, le da una palmadita en el hombro al más joven. 

—Wen Yuan, amigo mío, te deseo la mejor de las suertes. 

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Mo XuanYu no sabe cómo llegó a la enfermería, pero la Señorita Luo le dice que debe vigilar mejor sus comidas, le da unas pequeñas pastillas de ácido fólico y lo deja irse poco después de que otros dos estudiantes se fueran. 

XuanYu aún estaba un poco aturdido, había imaginado haber escuchado una clase de discusión y sintió una presencia paranormal. Su curiosidad lo llevó al pasillo y desde ahí todo fue demasiado borroso. 

Esa noche tiene sueños extraños, primero son escenarios familiares, no particularmente alegres. Recuerda cuando su tía lo abofeteó por usar pintalabios por primera vez, solo estaba jugando, solo tenía ocho y no entendía por qué estaba mal. 

Recuerda, que cuando tenía quince trabajo en un café, y había un hombre que frecuentaba el lugar, recuerda que su cabello largo era hermoso y su forma de sostener el abanico era tan majestuoso que se encontró sonrojado. 

Recuerda lo enfermiza que fue su madre, y como no pudo escuchar sus últimas palabras por el tubo que había en su garganta, respirando por ella. Ella apretó fuertemente su mano, pero no pudo hablar. Él quería escucharla, aunque fuese una sola vez.