Checkmate | Levi Ackerman

III

Animal — Sir Chloe

— ¡Ya te lo dije más de diez veces! — se había aflojado la corbata negra mientras Anna lo miraba desde el sillón con los puños cerrados.

— ¡Es mentira! — repitió alzando la voz.

— ¡Ya te dije todo lo que sabía, Taylor!

Anna se talló el rostro con frustración, Levi le había explicado todo lo relacionado a Zeke como una forma de disculparse por haber considerado asesinarla.

— ¿Cuánto te está pagando? — preguntó de forma acusadora. — Te pagaré el doble si...

— ¡No estoy haciendo esto por dinero! — el grito del azabache causó que Anna retrocediera. — No vine aquí por la suma de dinero que me ofreció Zeke, ni me interesa lo que tú quieras darme. — se masajeó la sien agachando la cabeza. — El único motivo por lo que consideré hacer esto es por Isabel.

Se arrepintió de inmediato de haber nombrado a su amiga, había bajado demasiado la guardia ante la mujer sin pantalones frente a él. Tal vez habían sido las horas sin dormir o la presión de haber decidido no obedecer a Zeke, pero comenzaba a sentirse como si él fuera la víctima de la situación.

— ¿Es tu novia?

— No, es como mi hermana menor. — suspiró. — Zeke, bueno, la mujer que me contactó en su nombre, sabía sobre ella y amenazó con hacerle daño. No quiero que ella se vea envuelta en estos problemas.

Ambos se quedaron en silencio. Anna aún no estaba segura de que Levi no cambiaría de opinión y completaría el trabajo, pero se había presentado ante ella una pista que no podía dejar ir.

— Puedo ayudarte. — murmuró. — Y ayudarla. — agregó caminando con pasos cautelosos hacia él. — Claro que tú, tendrás que ayudarme a mí. Sin dinero de por medio.

— ¿Cómo? — espetó. — Ni siquiera has ganado las elecciones.

— Es verdad, y existe la posibilidad de que no gane. — respondió con un suspiro. — Pero, conozco a alguien que ya ganó sus elecciones y que estará muy interesado en atrapar a este "Zeke". — hizo comillas en el aire con sus manos delgadas.

— Tu padre, el presidente.

— Veo que hiciste tu investigación.

— Zeke me dio mucha información sobre ti, para... bueno, tu sabes.

— Asesinarme.

— Sí, pero si vas a ayudarme suena mal decirlo. — respondió encogiéndose ligeramente de hombros.

— Suena mal bajo cualquier contexto. — dejó escapar una pequeña risa irónica.

A Anna le pareció que una media sonrisa se dibujaba en los labios del misterioso hombre que había entrado a su casa. Ambos estaban inmersos en el pequeño trato que estaba surgiendo entre ellos, Levi lo estaba considerando, la oferta de ayuda del presidente podía darle más seguridad a sus amigos y ayudar a los gobernantes le traía muchísimos menos problemas que colaborar con un criminal.

Se puso de pie, dispuesto a caminar hasta la azabache. Se dobló las mangas de la camisa blanca hasta los codos y le tendió la mano. Al estar parados frente a frente a Levi le pareció que se veía mucho más pequeña de lo que se veía en televisión, debía ser porque en ese momento no llevaba zapatos, debían tener la misma estatura.

— ¡Anna!

Levi había bajado la guardia, por lo que no pudo hacer mucho para evitar que una patada en el estómago lo arrojara al suelo, alejándolo de Anna. Mientras recuperaba el aire levantó la vista para encontrarse con un joven de cabello oscuro recogido en una coleta desordenada, al igual que él, vestía un traje negro sin saco y le estaba apuntando con una pistola.