XII

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Capítulos X y XI Disponibles en Inkitt

—Jin hyung—El peliplata hizo una reverencia al ver al mayor—Su hermano aún se encuentra muy ocupado, si no tiene ninguna molestia, puede esperarle aquí

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—Jin hyung—El peliplata hizo una reverencia al ver al mayor—Su hermano aún se encuentra muy ocupado, si no tiene ninguna molestia, puede esperarle aquí.

—¿Cómo va todo, Chimchim?

—Agh, lo mismo de siempre. Jungkook no deja de investigar acerca del caso 416. Desde que lo mandaron como castigo a ordenar todos los archivos en el antiguo almacén, no ha dejado de repetir que le parece injusto que el caso de cerrara tan a la fuerza, no quise entrometerme mucho, pero definitivamente ya me está hartando. El otro día llegó diciendo que se encontró a un chico en la calle bastante similar al de las fotos en los documentos, venía acompañado por un posible compañero de clases.

—Debió haberse vuelto loco ese día—Seokjin ya podía imaginarse toda la escena en su cabeza, y de cierta manera, le sorprendía.

—¡Ni que lo diga!—El hombre sobó su sien, suspirando—Aunque...—El hombre desvío su mirada, pensando—Ese día, un comentario de su parte llamó mi atención—Seokjin frunció el ceño entonces, confundido.

—¿A qué te refieres?

—¿Sabe algunos datos sobre el caso 416, hyung?

—Algo así, ya estaba por salir de la Universidad. Sé que no han pasado treinta años para decir que no recuerdo nada de las noticias que se transmitieron por los medios, pero tampoco es como para decir que el caso fue de lo más reciente. Tengo entendido pocas cosas, pero sé que nunca pudieron dar con el culpable del secuestro ¿no es así? Tampoco se tenía mucha información sobre los niños o sus familiares.

—Si, está en lo correcto—Jimin asintió a sus propias palabras, prosiguiendo—Los hechos ocurrieron en la madrugada a principios de Julio de dos mil nueve, cuando una mujer de alrededor de cincuenta años llamó a la policía diciendo que se escuchaban ruidos extraños y hasta aterradores en una especie de bodega cercana a la residencia donde ella vivía, ella añadió en ese entonces que los ruidos venían escuchándose con más frecuencia durante las noches, pero que solo eran "alucinaciones" según ella, para autoconvencerse de que nada malo estaba ocurriendo... Una noche ella se acercó a la bodega, aterrándose cuando escuchó claramente desgarradores gritos y llantos de niños bastante pequeños, incluso aseguró oler sangre desde donde se encontraba. Montó una denuncia—El hombre pasó una mano por su rostro, volviendo a suspirar. Ese tipo de casos siempre le llegaban a doler cuando los explicaba. Seokjin tomó asiento, repitiendo él la misma acción—Cuando la policía y el personal médico acogieron a los pequeños y los llevaron a emergencias, no se encontró ningún sospechoso o alguna evidencia que pudiera dar con la "persona" que los tuvo técnicamente a punto de morir. Lo extraño fue... Que los niños apenas duraron ese día en el hospital, ya que al caer la medianoche, ya no estaban.

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