Noviembre 4, 2021
Marian
Un mes había pasado entre salidas al cine, al estadio, eventos, fiestas y momentos compartidos con sus amigos. Hoy teníamos una cita especial. Me invitó a un picnic en un parque privado. Eso era todo lo que sabía; mencionó que tenía una sorpresa más, pero no quiso adelantarme más detalles. La emoción y los nervios me invadían todo el tiempo.Después de bañarme, me sequé el cabello y le di un poco de volumen antes de hacerme ondas suaves. Elegí un outfit lindo y casual, perfecto para la ocasión. El maquillaje, esta vez, lo había hecho un poco más cargado: sombra nude y un labial naranja-rojizo con un acabado radiante.
Esperé pacientemente a Carlos. Mientras tanto, mi mente viajaba hacia recuerdos de varias citas que ya habíamos tenido, pero la antepenúltima, esa fue la que más me dejó suspirando.
Flashback
—Las estrellas iluminan todo el cielo. Es tan hermoso... —comenté, acomodando mi cabeza sobre el hombro de Carlos, quien imitó mi gesto, juntando nuestras cabezas.
—Contigo todo es más bonito, Mar. Me haces tan bien. —Me miró a los ojos, y sus pupilas estaban dilatadas—. Llegaste a mi vida en el momento exacto. Siempre has estado conmigo... Te a— ador... —susurró mientras nuestras narices se rozaban. El aire entre nosotros se volvía más denso, ambos deseábamos un beso. Pero al final, nos separamos, seguimos mirando el cielo, sonriendo de una manera que no podíamos ocultar.
Fin del flashback
El timbre sonó. Sabía quién era. Me levanté rápidamente del sofá, corrí hacia el espejo y me aseguré de que todo estuviera en su lugar.
El timbre continuó sonando, y finalmente abrí la puerta. Ahí estaba él. Su sonrisa perfecta, una camisa que siempre resaltaba sus músculos, el cabello cuidadosamente acomodado. A esa distancia, pude oler su exquisita loción.
Se acercó, me tomó del hombro y me dio un beso en la mejilla. Su aroma me envolvió, tan varonil, tan característico de él. Desearía que esos segundos hubieran durado un poco más para poder disfrutarlo aún más.
...
—No me cansaré de decirte que esto que hiciste es hermoso —dije, admirando a mi alrededor. Las rosas rojas, las velas, la comida, la decoración. Todo estaba perfecto.
—Y yo nunca me cansaré de decirte lo hermosa que eres y lo mucho que me encantas. —Su comentario me tomó por sorpresa. "Me encantas." Mis mejillas se pusieron al rojo vivo.
—¿Por qué te ruborizas? —preguntó, riendo mientras yo cubría mi rostro con las manos, nerviosa.
—Será porque tengo enfrente al hombre más guapo, perfecto y coqueto... —sonreí. Al final, él también se ruborizó, demostrando que, a pesar de su carácter seguro, seguía siendo tímido y coqueto. Eso me encantaba.
...
—Wow, contigo el tiempo se me pasa volando —comenté mirando el reloj. Las velas ya iluminaban nuestro alrededor, y el cielo estrellado completaba el cuadro perfecto.
—Marian, tú sabes lo mucho que me gustas. Desde que te vi en la preparatoria, defendiéndome, apoyándome y siempre recordándome lo mucho que valía y lo guapo que era. —rió.
—Eres... —interrumpí, riendo también.
—Desde ese momento me enamoraste. Me enamoré perdidamente de ti, de la mujer más hermosa, simpática, amable y gentil. Tal vez te suene apresurado, pero sinceramente, me encantaría pasar toda mi vida a tu lado, que sigas siendo parte de mí y de mis sueños, al igual que yo contigo.
—¿Quieres ser mi novia? —finalizó, acariciando mi mejilla. Mis ojos se llenaron de lágrimas de alegría y felicidad.
—Esperé tanto este momento. Siempre imaginé que sería bonito, pero me equivoqué. Esto es mucho más hermoso, maravilloso y perfecto. Es un sí. Quiero estar siempre a tu lado, Carlos.
Nos acercamos y nos besamos. El beso fue lento, dulce, suave y, en ese momento, completamente necesario. Su mano acariciaba mi mejilla, su pulgar me rozaba de manera cálida y acogedora. Era un beso poderoso a la vez que reconfortante.
Mis manos descansaban sobre sus hombros, tan firmes y fuertes, una sensación única al tacto. Su perfume me envolvía, embriagándome con su esencia. Mi corazón latía a mil por hora. Estaba sumida en los encantos de aquel hombre, y la forma en que besaba era adictiva. Jamás nadie me había besado de una forma tan especial y fascinante. Sentía que me quitaba la respiración. Me apartaba del presente, y yo, completamente decidida, estaría dispuesta a darle mi futuro, si él lo quisiera.
Narrador
Ambos se abrazaban y se llenaban de besos, sumidos en su amor. Eran tan evidentes en su felicidad que hasta la persona más indiferente podría sentirse conmovida. Ellos se habían encontrado, dos almas destinadas a estar juntas, a vivir una eternidad de amor.

ESTÁS LEYENDO
Creo en ti - Carlos Acevedo
Fanfiction"Eres mi tempestad y mi paz. Si tú estás conmigo, todo se calma." "Prometo amarte ahora y siempre, en todas tus versiones y en todas tus etapas." [6/12/21] comienzo