Capitulo 3- Cat

419 47 0
                                    

Era...era lo peor. La odiaba. ¿Porqué tenía que hacer eso?. No entendía cómo podía oscilar su temperamento de un momento a otro. Tenía que hacer y decir esas cosas. No había sido mi intención meterme en esa habitación. Las cortinas eran translúcidas, no había apenas nadie y me entró curiosidad, sólo quise echar un vistazo y me encontré con esa chica, con unos rasgos muy parecidos a los míos y resultó ser de........ Me estuvo contando cómo terminó en este lugar y no me fijé en el tiempo. En que Vi llevaba mucho tiempo desaparecida. Hasta que cruzó el umbral haciendo que mi cara pareciera un arcoíris, pasando por todos los colores posibles.

No me fijé en las personas que me cruzaba, sólo quería salir. Quería dejar de sentirme siempre tan estúpida e insegura a su lado. Una niña jugando a juegos de adultos. Así me sentía con Vi. Totalmente inexperta.

Un fuerte agarre me desvió de mi camino, justo cuando estaba a punto de alcanzar la puerta de salida de aquel maldito lugar que te embotaba los sentidos con sus olores y los sonidos. Vi me metió en una de las habitaciones vacías de un empujón, cortándome la respiración del susto.

–¿Pero qu....?

–¿A dónde creías que ibas?. ¿Pensabas salir tú sola por ese callejón, y luego qué?– Paró cuando vio mi cara. No podía sostenerla la mirada. Con la vista en todas partes y a la vez en ninguna. –ey, qué ocurre.–Dijo alzándome el mentón con la mano.

–¿Por qué tienes que ser así?

–¿Así cómo?, no voy a disculparme por algo como eso, y ¿sabes por qué?.–Hizo una pausa. No me había dado cuenta de que íbamos poco a poco moviéndonos hacia atrás, hasta que mi espalda chocó contra la pared. Ella colocó una mano a cada lado dejándome totalmente acorralada. –Porque ese vistazo que echaste antes al grupito de la primera habitación en la que te paraste me hizo darme cuenta de que no podías quitarle ojo. Te costó apartar la mirada Cat.

Dioses, mi nombre en sus labios. No pastelito, no ningún otro estúpido apelativo. Mi nombre. Eso definitivamente me hizo alzar la vista a su rostro. Su mirada estaba en mis labios. Retiró una mano de la pared para rozar con el pulgar mi labio inferior y no pude evitar cerrar los ojos y abrir la boca de forma instintiva para pasar mi lengua alrededor de su dedo, chupándoselo. Sentí como Vi se estremecía.

–Ahh, joder. No me lo pones nada fácil.

No sabía a qué se refería, sólo que su mano ahora descendía lentamente hasta alcanzar mi cuello, mojándolo con mi saliva en su dedo. Hizo presión hasta que tuve que inclinar un poco la cabeza hacia atrás. Acercó sus labios a mi piel y mordió fuerte, arrancándome un gemido. Al sentir la presión de sus dientes contra mi cuello, empecé a notar una bola de calor en la parte baja de mi vientre, era puro fuego que descendía más y más. De forma descontrolada moví mis caderas hacia ella, maldiciendo mentalmente por esto. Entreabrí los ojos para verla con una estúpida sonrisa adornándola el rostro. Su otra mano descendió por mi cuerpo hasta mi muslo donde su agarre aumentó hasta que levanté mi pierna para rodear sus caderas.

Nada de esto era normal para mí, la vida en Piltover era un ajetreo constante de quehaceres y el deber. Pero Vi siempre encontraba la forma de tener momentos robados, aunque estuvieramos inmersas en una maraña de responsabilidades y la misión... No entendía como podía seguir acortando la distancia entre nosotras en tan pocos segundos, cómo su tacto aceleraba mi respiración cada vez que la tenía tan cerca.

–Bésame. –dijo con la voz cargada de deseo.

Su orden caló en mi mente, cómo si sus palabras tuvieran unos hilos atados a mí que me empujaran a hacer lo que ella me pidiera. Me incliné hacia delante para hacerlo, mientras rodeaba su cuello tatuado con mis brazos, entrelazando mis dedos en el nacimiento de su hermoso y llamativo pelo. Una pequeña parte de mí seguía enfadada por lo de antes, esa parte me hizo dudar cuando nuestros labios se encontraban a escasos centímetros. Ni siquiera sabía que estaba haciendo, no quería incitarla a que se cabrease ¿o sí?.

Vi emitió un gruñido y acortando la distancia me besó. De forma brusca, agresiva, pidiendo más de mí. Nuestras lenguas se encontraron, enredándose fuertemente, como si nos robáramos el aliento. 

"Secretos rojos en Zaun" (Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora