٬ 🎨 ․⠀Ethereal beauty. ˚ . ✦ (Hyunlix)

Epílogo

Hyunjin llegó al aeropuerto después de correr como un desquiciado por varios minutos, ganándose la atención de varias personas al no estar con sus guardaespaldas.

Vió el montón de 'felixistas' dentro del establecimiento y supo que Felix estaba ahí, revisó el cartel de los vuelos y el de el australiano saldría en quince minutos, por lo qué apuró el paso hacía migraciones.

Claramente llamó muchísimo más la atención de todas las personas que se encontraban ahí, tanto la prensa, como los paparazzi y los propios fans, nadie entendía que hacía Hwang Hyunjin ahí.

Pero mejor, tendrían más chisme para contar luego.

Cuando vió al rubio de lejos, corrió hacía el con el corazón latiendole a mil, por la adrenalina que le generaba la situación y los nervios de qué el rubio se fuera.

Por qué a pesar de conocerse hace un día, Felix lo había dejado completamente encantado, y eso lo asustaba.

—¡Felix!— Gritó y uno de los hombres de seguridad lo retuvo, sujetándolo de los brazos, a lo qué Hyunjin casi chilla del dolor en su mano derecha.

—¿Hyunjin?— Se dió la vuelta impresionado. —Suéltalo.— Ordenó al hombre y este cumplió. —¿Que haces aquí?

—No te vayas, por favor.— Le rogó.

—No hay razón para quedarme, Hwang.

—¿Y yo?— Con su mano izquierda levantó el mentón del rubio.

—Hyunjin..— Apartó la mirada.

—No puedo pintar sí no estás aquí.

—Pero sí tú pintas obras de arte, desde mucho antes qué yo llegara.

Detrás de ellos una multitud de gente escuchaba, todos los canales de noticias transmitiendo en vivo, los paparazzi grabando y sacando fotos lo más cerca posible, los fans chillando emocionados por todo el chisme, era un verdadero desastre.

—Por más que yo pinte cuadros, la verdadera obra de arte eres tú, hiciste mi mente volar con tu belleza etérea.

Felix sonrió, tomando la mano del pelinegro, tal vez no era tan hetero como pensaba y rió ante tal pensamiento, decidido a quedarse, por qué ese beso con Hyunjin, estaba seguro de querer repetirlo un millón de veces más, pero está vez sin esguinzarle la mano.

Fin.