Capítulo 1

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Agnes

Sábado tarde, lluvioso, mis días favoritos. Quedan dos días para empezar la universidad y estoy de los nervios, mudarse al campus, gente nueva, clase nueva, instalaciones demasiado grandes...y yo tan pequeña puf menos mal que tengo a mi mejor amiga y compañera de habitación.

- Cariño, ¿lo tienes todo preparado? -me preguntó mientras se acercaba a mi habitación.

- Sí papá.

- ¡¿Todo eso?! Estás loca. -gritó sorprendido

- Nunca es suficiente. - le di un beso y me fui a por algo de picar.

Mi padre siempre se preocupa mucho por mí, soy su niñita, la que ahora se va, sé que está triste, aunque lo disimula muy bien.

Diiiiing Doooong

- ¡Esperas a alguien! - grité esperando que me oyese mientras me dirigía a la puerta.

- ¡No! - me respondió él desde arriba.

- ¿Se puede saber qué coño haces aquí con la que está cayendo?

- Simple, te echaba de menos.

- Vamos a vivir juntas durante un año Noora. – una chica morena que siempre viste tan arreglada y es más alta que yo, a la que llamo mejor amiga, se presentó en mi casa por cuarta vez esta semana. Ella estaba mas contenta que yo puesto que su novio estudia en la misma universidad a la que vamos a ir.

- Lo sé, pero no vamos a tener un padre tan guay. - dijo con su sonrisa característica de oreja a oreja.

- ¡Hola señor Wallace! - le gritó a mi padre -un hombre bajito de pelo negro corto y un corazón enorme- mientras entraba como si fuera su casa, puse los ojos en blanco. Si, tengo los dos apellidos de mi padre ya que mi madre nos abandonó prácticamente cuando era un bebé así que mi padre decidió ponerme sus apellidos, la verdad no me quejo, me encantan.

- Hola Hall, ¿otra vez aquí? -le preguntó mi padre sarcásticamente.

- ¿lo dudaba? - respondió guiñando un ojo.

Después de eso la cogí del brazo y nos fuimos a mi habitación para estar más tranquilas.

- ¿Sabes qué? Liam me ha enseñado fotos y me ha hablado de los chicos de la uni, son bastante guapetes, creo que deberías intentar ligarte a alguno. - me contaba mientras se sentaba espatarrada en mi cama.

- Noora, eres como el demonio en mi hombro. No quiero a ningún tío, ya lo sabes. Va a ser el año más difícil hasta que nos adaptemos y necesito estar centrada. - era verdad, como siempre he estado con mi padre ha sido al único chico que he necesitado.

- Pues yo tengo un buen presentimiento. - dijo encendiendo mi televisión para poner Netflix. - voy abajo a hacer palomitas. - añadió.

- Como si estuvieras en tu casa. - le dije sarcásticamente.

No podía parar de pensar en lo que me había dicho, nunca me había planteado conocer a alguien y enamorarme, tampoco quería.

Cuando llegó con las palomitas nos acomodamos en la cama y pusimos una película de nuestra saga favorita, Harry Potter y la cámara secreta.

*sonido de llamada del iPhone*

- Joder, ¿quién es? - pregunté sin ni siquiera saber en qué planeta estaba.

- Si, claro por supuesto allí estaremos - dije mientras me ponía en pie de un salto, colgué.

- Mierda mierda mierda joder ¡DESPIERTA NOORA NOS HEMOS DORMIDO! - grité mientras maldecía todo lo que se me ocurría y cogiendo ropa para cambiarme, ni siquiera me puse el pijama ni cenamos ni nada, que desastre.

- ¿Qué pasa, por qué tantos gritos? - preguntó con voz de dormida.

- ¡SON LAS NUEVE Y MEDIA DE LA MAÑANA Y HABÍAMOS QUEDADO A LAS DIEZ CON LA TIA ESA PARA INSTALAR NUESTRAS COSAS EN EL PISO! - seguía gritando no sé por qué.

- Espera, ¿ya es de día? -abrió los ojos de golpe y miró por la ventana. Se unió a maldecir todo mientras me robaba ropa de mi armario.

- Buenos días chicas, ¿tarde? -dijo mi padre asomando la cabeza por la puerta.

- Como siempre, ¿nos llevas? porfis - le dije poniendo ojitos.

- Claro, venga anda, sube las cosas al coche. Hall, espabila. - le dijo a Noora justo antes de que se tumbara otra vez en la cama.

Subimos al coche y fuimos a casa de Noora a que cogiera sus cosas, su madre casi nunca estaba en casa por eso la mayoría de los días estaba en la mía, lo bueno es que se ahorraba despedidas. Cuando llegamos al campus estaba Grace en la puerta esperándonos, la chica que se encargaba de repartir los pisos y las llaves. Nos llevó a nuestra habitación, nos entregó las llaves y nos explicó algunas normas, sinceramente no prestamos mucha atención. Cuando se fue bajamos a por nuestras cosas y mi padre nos acompañó también con cajas y maletas en la mano.

- Bueno cariño, tengo que irme a trabajar. Mañana te llamaré, suerte y pasadlo bien ¿vale? - dijo con casi lágrimas en los ojos, a partir de ahora estaría solo en casa y me daba bastante pena la verdad.

- Vale papá, te echaré de menos, iré a verte cuando pueda. - le dije mientras nos dábamos un fuerte abrazo, ya llorando ambos.

- Cuídamela eh y no me la metas en líos. - le dijo mi padre mientras se dirigía a abrazarla a ella, siempre había sido como otra hija para él, aunque yo soy su favorita.

- Por supuesto señor Wallace, yo también te echaré de menos. - se dieron un abrazo y mi padre se fue, mirándome y sonriendo triste. A Noora siempre le había gustado llamar así a mi padre, le hacía gracia porque mi padre se enfurruñaba porque le hacía sentir viejo.

Me limpié mis lágrimas y nos pusimos a colocar nuestras cosas, se pasaban las horas voladas.

El campus tiene una cafetería general donde comen todos juntos, así que bajamos a comer algo. No me imaginaba que fuera tan grande, era muy amplia y luminosa, con un montón de mesas y sillas y un buffet con comida, dulces y café. Nosotras elegimos una pizza y una hamburguesa y fuimos a coger sitio. Encontramos uno en una esquina, mejor, porque qué vergüenza, hay demasiada gente, y se nos quedaban mirando.

En cuanto terminamos de comer nos fuimos a la habitación a terminar de colocar cosas y de preparar la mochila para mañana. Eran las 10:00 p.m. y Noora se había dormido, bajé a por un Nesquik y subí enseguida, tenía que dormir ya, mañana sería un día muy largo.

LimerenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora