C l u b

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Gulf miró a su alrededor esperando encontrar las respuestas a sus preguntas en las paredes de la enorme habitación, pero solo encontró al atractivo millonario mirándolo socarronamente mientras sonreía hasta mostrar sus dientes frontales.

Y eso logró molestarlo sobremanera.

¿Qué hacía ahí en primer lugar?

Esa, definitivamente, no era su habitación en el condominio de mala muerte dónde vivía y tampoco lucía como la habitación de un hotel. Estaba en la casa del millonario y eso solo fortalecía su teoría de que lo había comprado como a un objeto.

Y eso le dolió...

Le lastimó en lo más profundo...

Después de haber vivido una infancia abusiva con su padre maltratador que lo vendía a sus amigos por cigarros, Gulf no podía creer que se encontrara otra vez en una situación así... Siendo vendido al mejor postor. Aquello solo revivió recuerdos dolorosos de su niñez y despertó un odio explosivo en él para con el millonario.

Se puso de pie como pudo, aún con lo doloroso que le resultaba caminar por los cayos que le dejaban los tacones, y tambaleándose se alejó todo lo que le fue posible del hombre frente a él.

Mew vió esto y supo que algo no estaba bien, porque había imaginado que la reacción del chico al despertar iba a ser diferente. Se lo imaginó emocionado y corriendo a sus brazos para besarlo ardientemente, pero lejos de eso lo tenía con una expresión molesta y alejándose de él todo lo posible.

— ... ¿Qué sucede? — se animó a preguntar, luego se puso de pie y caminó dos pasos hasta Gulf, pero éste lo detuvo poniendo su mano entre ellos.

— ¡Aléjate! — pidió el bailarín en un nudo de voz, luego rompió en llanto.

Mew hizo lo que le pidió y se alejó de él, pero no abandonó la habitación. Se quedó allí, frente a él, observando con impotencia como el chico se ahogaba en llanto y no podía hacer nada porque en primer lugar no entendía lo que estaba pasando.

— Oye, yo... — quizo decir, pero fue cortado de raíz por la voz airosa del bailarín.

— ¿Crees que tener dinero te da derecho a comprar personas? — inquirió en medio de su llanto.

Mew arrugó el entrecejo. Estaba confundido completamente y no ayudaba mucho que no se pudiera acercar al chico para calmar su malestar.

Las manos de Gulf estaban hechas un puño a un lado de sus muslos, su cuerpo temblaba mientras trataba por todos los medio mantenerse en pie, aunque Mew sabía que esto le resultaba doloroso porque había visto lo lastimados que estaban sus pies por el calzado que usaba para bailar.

Aquella imagen era dolorosa para el millonario, lo que le hacía sentir miserable ante el chico.

¿Qué imagen se había creado Gulf sobre él?

Mew no lo podía entender y eso lo acongojaba.

Él solo había tratado de ayudarlo, pero Gulf no parecía contento con ello.

— ¿A que te refieres con comprar personas? — se atrevió Mew a preguntar después de un largo tiempo en silencio.

Gulf bufó ante esto.

— ¿Todavía te atreves a fingir que no sabes de qué hablo? — espetó.

Mew cada vez estaba más irritado y molesto con la actitud del chico, pero luchaba por mantener la calma.

— Honestamente no sé de qué demonios estás hablando chico — aseguró con un deje molesto en su voz.

Gulf lo miró y sonrió falsamente.

Divine club ➸ Mewgulf.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora