La Heredera (2#VYHLI?)

Capítulo 31

(...)
... No se si esta viva aun.

POV. Leo

Estábamos todos abajo, esperando a que Jared, Shane, Samuel y Naira bajasen, cuando las puertas dobles del hospital se abrieron con un chirrido agudo. El primero en salir fue Samuel, con una cara tristona y deprimida. Fruncí el ceño y esperé a que saliesen los demás. Jared y Shane tenían el mismo aspecto demacrado que les aportaba a cada uno unos cuantos años de más. Aguardé impaciente a que saliese mi amiga para abrazarla corriendo, como en las películas, pero los chicos ya estaban cerca de nosotros y ella aún no salía. Esperé aún más y de manera inconsciente un razonamiento se empezó a formar en las profundidades de mi mente, provocándome así escalofríos. Miré esperanzado a Samuel, quien entendió a la perfección por dónde iban mis pensamientos y negó con la cabeza lentamente. Demasiado lentamente, como si fuera un muñeco que poco a poco se va quedando sin energía. Apartó la mirada cuando conseguí distinguir que sus ojos se cristalizaban y sentí cómo los míos propios lo hacían.

- Dónde está Naira?- preguntó la madre de mi amiga con ansiedad en la voz. Samuel volvió la cabeza hacia otro lado y no dijo nada, pero todos pudimos escuchar sus sollozos. Shane se mantuvo con la vista en un punto imaginario, hacia el horizonte, y se mantuvo con el rostro impasible, aunque se notaba que había llorado por sus ojos rojos de la irritación. Jared fue el único que se atrevió a darnos explicaciones, aunque con la voz rota por la angustia.- Donde está mi hija!?- volvió a preguntar Keira prácticamente en un grito agónico. Jared hizo una mueca y empezó a hablar.

- La luz se fue cuando solo quedaban Shane y Naira arriba. Samuel y yo los esperábamos un piso más abajo. Entonces la luz se fue. Intentamos subir las escaleras pero nos encontramos con Natalia y en medio de nuestro encuentro escuchamos un disparo.- Keira lanzó un grito ahogado por su propia mano y empezó a negar con la cabeza.- Natalia se desvaneció en el aire antes de que pudiésemos atraparla. Escuchamos un segundo disparo y cuando llegamos arriba, María había recibido una de las balas. Samuel y yo encontramos a Shane recién salido de la inconsciencia y había sangre por el suelo a parte de la que salía de la herida de la fae. Esa estúpida hada nos traicionó y no podemos hacerle pagar porque ya está muerta.- a medida que iba hablando, su voz se iba tiñiendo de ira, y sus puños de aquella entonces, se encontraban bien apretados a sus costados.- Shane nos dijo que se la había llevado Amanda, una asesina a sueldo. Es una diosa. Shane dijo que habían disparado a Naira y que... Y que...- él intentó continuar pero se le atascaron las palabras en la garganta.

- Y que no estaba seguro de si seguía viva.- Shane terminó la frase por él, sorprendiéndonos a todos. Lo miramos todos a la vez como si estuviésemos sincronizados y me habría reido de no ser porque estábamos en una situación tan deprimente. Y si, tenía ganas de deprimirme, pero no podía permitirme eso, si habían raptado a Naira había que buscarla y estaba convencido de que sus padres y los chicos estarían demasiado heridos o destrozados como para pensar en un principio con claridad, por lo que me hice a mi mismo jurar que dejaría a un lado mis sentimientos y pensaría con objetividad para poder rescatar a mi amiga. Me aclaré la garganta y me miraron todos de nuevo sincronizados. Me permití soltar una risita que hizo que muchos fruncieran el ceño. Puse los ojos en blanco y me forcé a esbozar una sonrisa.

- Bien, se que duele y todo eso, pero ahora hay que pensar con objetividad y pensar entre todos. Si fueseis un malvado, dónde llevaríais a vuestro rehén?- les pregunté realmente interesado. Shane se puso rojo de la furia y creo que habría saltado sobre mi de no ser porque Jared lo agarró del brazo con firmeza. Se lo agradecí con la mirada y él asintió.

- Tiene razón, hay que pensar con la cabeza y no con el corazón esta vez, chicos. Tenemos que salvar a nuestra amiga y hay que hacerlo pronto, por si está herida y no la curan.- Belén se calló antes de decir las palabras que todos estábamos pensando y que invadían el ambiente, llenándolo de tensión.