La Heredera (2#VYHLI?)

Capítulo 36 [Maratón 3/3]

(...)
Me hacían más falta de la que nunca habría imaginado.

POV. Naira

Desperté por el vaivén que sentí en todo mi cuerpo, como si estuviese en un barco en medio de una tormenta. Abrí un ojo un poquito, lo justo para distinguir el rostro serio de Jared. Nunca lo había visto tan serio y concentrado, a excepción tal vez de cuando me observaba desde las sombras al comienzo del viaje de la compañía Analocutermi. Que lejos me quedaban aquellos días, a pesar de que solo había pasado poco menos de una semana! Traté de mover mis labios para formar una sonrisa cansada pero éstos no me respondieron. Emtonces los recuerdos de la casa de mis padres en Colombia, Lilian, su padre, Natalia, el no poder moverme a causa del disparo en la cabeza... Si, al parecer me quedaba inconsciente bastante a menudo. Gemí con desesperación al tratar de mover la cabeza y no desplazarla ni un ápice. Con ello saqué a Jared de sus profundos pensamientos y me miró con preocupación hasta que se fijó en mis ojos abiertos.
- Vaya Bella Durmiente, por fin has despertado...- dijo con burla pero noté cómo trataba de ocultar su cansancio con una sonrisa falsa. Yo no quería aquella sonrisa, yo quería una que le llegara a los ojos. A aquellos hermosos ojos rojos que tenía.
- Y se supone que tu eres mi príncipe?- le pregunté con la voz más ronca que había tenido en mi vida. Él rió con suavidad, haciendo que todo mi cuerpo vibrase con su sexys carcajadas.
- Donde esta Leo? Está bien? Y Zack? Y Lilian?- le pregunté con una mala sensación en mi cuerpo dormido. Su sonrisa divertida fue sustituída por una mueca de evidente tristeza.
- Zack está ahí atrás, lo lleva Shane en brazos. Estamos yendo hacia un coche que el padre de Belén nos ha prestado para llevaros a los cuatro al hospital.
- Y Leo?
- En brazos de tu padre.
Las malas vibraciones se incrementaron al no oírlo hablar de Lilian. Lo miré con ojos suplicantes. Los suyos solo me devolvieron una mirada de pesar y tristeza cuando supo lo que iba a preguntar a continuación.
- Y... Y Lilian?
- ....
- Jared, dónde está Lilian.- le exigí saber con voz temblorosa. Él apartó la mirada antes de hablar en apenas un murmullo audible.
- Murió. Se interpuso entre un cuchillo y tu padre. Christian mató después a su padre, fue él quien lanzó el cuchillo.
Lo miré como si me estuviese hablando en ruso. Miré hacia un punto en el infinito y no tardé en empezar a llorar. Era muy estresante porque no podía esconder mi cara en el hueco de su cuello para evitar que me viese llorar. No podía secarme las lágrimas y fingir que me había entrado algo en el ojo. Parpadeé todo lo rápido que pude para detener el río de lágrimas y miré fijamente a mi pelirrojo favorito.
- Y tú que tal estas?- le pregunté con la voz un poco menos ronca que antes. Él me miró confuso antes de reir con ganas.
- Eres tú la que acaba de recibir la noticia de que una amiga suya ha muerto, eres tú la que está em mis brazos porque hasta hace poco estaba inconsciente. Eres tú la que está paralizada porque le han metido una bala en los sesos, y me preguntas a mi cómo estoy?- me preguntó incrédulo. Conseguí fruncir un poco el ceño antes de decirle que si con los ojos. Él rió suave antes de negar con la cabeza.
- Eres increíble.- dijo estupefacto.
- Y así me quieres.- exclamé con felicidad. Él volvió a reir justo en el instante en el que llegábamos al monovolumen de nueve plazas. Se sentó en uno de los asientos de atrás de todo, conmigo en brazos. Al poco rato se subió Shane a nuestro lado con un Zack inconsciente cogido como a una princesa. Me rei suavemente por la escena y Jared me miró con curiosidad y Shane con sorpresa.
- Ya estás despierta? Pero si tan solo han pasado diez minutos desde que Keira nos llamó!- exclamó claramente confuso. Hice ademán de encogerme de hombros, pero mi puñetero cuerpo anestesiado se negó a obedecerme.
- Supongo que mi cuerpo ya se esta acostumbrando a que me quede inconsciente cada dos por tres...- comenté distraída.- Jared, te importaría colocarme de forma que pueda ver a alguien o algo más a parte de tu hombro? No te ofendas, tu hombro esta muy bien formado, pero me gustaría ver cómo va Leo...- cuanto más hablaba, menos ronca sonaba mi voz y más movimiento facial conseguía realizar. Conseguí hacer que mis labios se curvaran en una pequeña sonrisa cuando mi cuendi me sentó sobre su regazo mirando al frente. En los tres asientos de delante nuestra se encontraban Samuel con Leo inconsciente y sangrante en el regazo, Zack en un estado algo menos crítico sobre el regazo de David y Natalie inconsciente en el de Andrea. Delante de todo iba mi madre conduciendo y mi padre a su lado. Andrea con cadq curva hac8a una muecq de dolor al rozarse su espalda con la tela del asiento. De mi garganta salió una especie de grito ahogado cuando inspeccioné mejor las heridas de mi amigo. A parte de la evidente en el estómago, tenía un par de cortes profundos en los brazos y otros más superficiales por el resto del cuerpo. Su ojo derecho estaba empezando a colorearse de morado en la piel de alrededor y le había salido ya otro cardenal en la mejilla izquierda. Quise alargar mi mano para rozarle las heridas con suavidad pero tal y como esperaba, tampoco aquella vez me respondió el cuerpo. Gruñí con frustración, llamando la atención de todos los ocupantes del vehículo. Mi padre se giró en su asiento y me ofreció una sonrisa cargada de culpabilidad antes de hablar.
- Lilian me dijo... Antes de morir... Que no te preocupases, que no ha sido tu culpa. También me dijo que tienes más poderes de los que imaginas y que tienes que desarrollarlos para... Por que aún tienes algo que hacer...- masculló pensativo mientras fruncía el ceño. Imité su gesto.
- Algo más que hacer?- le pregunté confusa. Él salió de su ensimismamiento para asentir.
- La luz se fue de sus ojos antes de que me dijera qué es lo que aún tienes que hacer.- me dijo con evidente fastidio. Me quise reir, pero en vez de eso me salió más bien un sollozo medio reprimido. Jared me abrazó con fuerza y yo me deleité con su olor, pasándome el resto del trayecto al hospital en completo silencio. El resto de personas que estqban en el coche conmigo también se evadieron cada uno a su mundo, quedando así entre nosotros un silencio sepulcral.

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- Por favor, tráiganlos por aquí.- nos dijo una enfermera con cara de preocupación cuando nos vió entrar a todos magullados por las puertas dobles de cristal que formaban la entrada principal del hospital. Un enfermero me condujo hasta una sala toda de color blanco en la que me echó alcohol en las heridas (que por cierto escocía muchísimo) y a pocos segundos de que abandonase la sala, lo llamé con voz ronca de nuevo. Aún no podía moverme y estaba tumbada en una camilla. En ningún momento le había visto la cara ni ninguno de nosotros por culpa de la mascarilla que llevaba sobre la boca y más de tres cuartos de su nariz.
- Enfermero cuyo nombre no se.- le llamé con voz apagada. Él se rió pero no dijo nada.- Tengo que decirle que he recibido hace poco un balazo en la cabeza y que me lo han curado, pero me gustaría que me lo revisases, por favor.- prácticamente le rogué que me revisase que la herida estuviese en condiciones. Él frunció el ceño antes de aproximarse a mi con rapidez. Me giró con cuidado la cabeza y palpó hasta dar con los puntos que me había puesto Lilian en la herida. Sus ojos se abrieron de par en par, dejándome ver mejor sus lindos ojos marrones. Se bajó lentamene la mascarilla, dejándome ver un rostro que se me hacía tremendamente familiar.
- Joder, Naira, has tenido suerte de que la bala no te alcanzase ninguna zona del cerebro. Por la zona en la que se encuentra le herida, supongo que estarás sin poder moverte hasta dentro de al menos dos días, aunque no creo que tengas demasiados problemas en moverte en tu forma lobuna...- señaló él pensativo mientras se pasaba una mano por la barbilla. Entonces, con aquel simple gesto que Samuel tantas veces repetía, supe quien era.
- Baren? Eres Baren, el hermano perdido de Samuel?- le pregunté mientras a cada segundo que pasaba, más similitudes les encontraba a ambos.