Your Blood Calls Me (Jikook23)

Capitulo 4

El día realmente era aburrido, apesar de ser jueves, casi viernes y sintiendo el fin de semana. Todos estaban decaidos, las clases parecían más largas, y la mayoría de los mortales, solo dormían a mitad de ellas.

Jeon solo golpeaba el lápiz sobre su libreta, y miraba el reloj colgado sobre el pizarrón, necesitaba salir ya, eh ir al bosque.

Jimin lo había notado nervioso en todo lo que iba del día, de la nada se perdía en su mente, se quedaba viendo un punto fijo, y no decia nada; Park tuvo la intención de preguntar si se encontraba bien, pues durante 43 minutos, el rubio no dejaba de sonar el lápiz y mucho menos sus zapatos.

—Bueno jóvenes, para dentro de 8 días, requiero me entreguen el trabajo que solicité, calificare el que ambos integrantes hayan participado, es todo pueden salir —concluyo la profesora

Jeon reaccionó

¿Trabajo? ¿Que trabajo? ¿Que integrantes?

Este se enderezó, y miro al castaño, quien se estaba acercando a él, acomodando sus lentes y la mochila en su hombro

—¿Dónde haremos el trabajo? —pregunto tímido

—¿Que cosa? —respondió confuso

—El trabajo, la exposición

—Lo siento, no se nada

—Ya ví, bueno, si quiere vamos a tu casa o a la mía, dónde quieras

—A la tuya, en la mía, mis hermanos no dejarán que nos concentremos

—Bien, el sábado a las 4 ¿te parece?

—Si, Jimin, más tarde me explicas, debo irme —tomo su mochila y salió del aula, pero regreso— mándame tu dirección —le dictó el número y se marchó de nuevo, dejando al castaño solo, parado en medio salón

—Bien —susurro para si mismo y guardo su teléfono. Pero el tenía curiosidad, de dónde el rubio iba con tanta prisa

Jungkook casi corría por los pasillos, asegurándose que nadie lo siguiera, se adentro al bosque.
Camino por unos cuantos minutos, hasta llegar, a  lo que parecía a un lago; y ahi, topandose con una chica. Delgada, de facciones delicadas y finas, ojos miel y cabellera larga y rubia; así fue como Jimin la describió, y de la misma forma, desanimando se un poco.

—Charlotte, no crei decir esto pero, me alegra verte —oyo al chico dirigirse a la rubia

—Mi amor —saludo animada— ¿por qué te alegra?

—No me digas así, Charlotte, por favor

— Bien, ¿para que me llamaste?

—Vladimir

Esa simple palabra, se llevó la alegría que desbordaba la chica

—¿Que?

—¿Tú sabías que el llegó a Busan?

—¡¿Ese infeliz está aquí?! —pero sonó más un grito de enojo, que a una pregunta

—Si, llegó a mi casa ayer

—¿Que dijo?

—Tu ya sabes

—¿Te pidió que te casarás con el?

—¡¿Que?! ¡Estas locas Char! ¡Por milésima vez, no voy a casarme, ni contigo, ni con el! Por dios, me hacen ver tan...

—¿Debil?, eres un lindo conejito

—Ja, sere todo, menos un lindo conejito

—Lo eres Kooki —la rubio apretó las mejillas del chico