Once

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Pt. 2

<3
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Si lo pensaba bien, Mikey podría decir fácil, sin dudarlo ni un segundo que el haber creado a la Tokyo Manji Gang fue lo mejor que pudo hacer con las mejores personas a su lado. Durante los primeros meses donde fueron llegando miembros nuevos, donde peleaban en estacionamientos, santuarios, ideaban planes para irse a tener aventuras todos juntos eso era algo que simplemente le llenaba el corazón de calidez.

La que había perdido después de que Shinichiro se fuera.

Escucharlos pelear, que su piel se estremeciera por los gritos de guerra, por la voz profunda de su novio vociferando, Takemichi llorando, todo eso le causaba de cierta forma felicidad.

Solo quería que por fin Valhalla decidiera rendirse para que sus amigos y él fueran a esa cafetería de siempre a comer medio menú y después quedarse dormido para por último despertar en la espalda dura, musculosa y ancha de su novio. Que llegarán a casa y compartieran una linda y calmada "platica corporal".

Cómo solía llamarlo Baji.

Se permitió sentir un poco de paz y soltar otro suspiro, se permitió relajar el cuerpo, los músculos.

Los pasos acelerados, los gritos, las palabras antisonantes, las risas de algunos de TouMan, todo aquello que le indicaba a Mikey que todo estaba bajo control. Lo sabía, la TouMan era y había sido increíblemente fuerte en sus años, cuando las peleas eran cosa de todos los días, cuando se preocupaban de ir por la calle emanando superioridad. Ahora estaban preocupados de entregar trabajos, proyectos, tener calificaciones aceptables por estar con un pie en la graduación de la preparatoria, ahora tenían que pensar en que estudiarían, que universidades y demás cosas.

Simplemente ahora no tenían tiempo para las peleas.

Ya no tenían 15 años.

Estando sumido en su mundo.

Mikey no pudo escuchar un grito de advertencia.

Baji sonrió al ver a Chifuyu celebrar girando sobre su eje cual si fuera una bailarina

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Baji sonrió al ver a Chifuyu celebrar girando sobre su eje cual si fuera una bailarina. Era impresionante como aquel pequeño pedazo de rayo de luz se había convertido en su novio, en su compañero.

Hace no mucho, a lo mejor unos cinco días habían comenzado su relación, con esa pedida tan patética en el descanso de las escaleras. Le había prometido que le daría una mejor, mucho mejor. Y ciertamente, ya tenía una idea de cómo lo haría. Claro que esperaba todo ocurriera sin algún improvisto.

Y por eso nos referimos a Mikey.

Un puñetazo patético en su estómago le hizo salir de su ensoñación sobre lo que pasaría en dos días. Su mirada cambió completamente a una vacía y con sólo el objetivo de moler a aquel tipo a golpes.

Un golpe en su ojo, otro en su nariz, en su boca repetitivamente hasta hacerlo sangrar.

Su rodilla hundiéndose en el estómago con fuerza.

E f í m e r o || Bajifuyu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora