"......¿Su Majestad?"
Meredith miró al emperador sosteniéndola con una mirada perpleja.
Pareció sorprendido por un momento, pero pronto volvió a su habitual rostro inexpresivo y preguntó.
"¿Estás bien?"
"Ah, sí."
"Entonces baja".
"¿Qué?"
"Es un poco difícil durante el día".
"Ah".
Solo entonces Meredith se dio cuenta de que el sol aún no se había puesto.
Rápidamente descendió de los brazos del emperador, asustada como si hubiera cometido un gravísimo error.
Y preguntó con una mirada preocupada.
"¿Estás bien? Tal vez sientas dolor en el pecho. ······."
"Me miras como si fuera un paciente gravemente enfermo".
"Estás gravemente enfermo durante el día".
"......"
No estaba mal, pero de alguna manera me sentí mal y el emperador parecía algo infeliz.
"Dado que estás hablando de dolor en el pecho, debes haber conocido a Sir Jerome".
"Sí. Lo llamé anoche, usando el insomnio como excusa.
En realidad no escuché mucho, pero.
No me molesté en hablar de eso porque temía que el emperador pudiera mirarme con ojos poco confiables nuevamente.
"Pero, ¿qué te trae por aquí....... ¿Cómo supiste de este lugar?
preguntó Meredith con una voz llena de asombro.
"Es una esquina muy pequeña en el segundo piso, y no había nadie alrededor".
"No eres muy bueno actuando, pero también mirando a tu alrededor".
"¿Qué?"
"Estaba detrás de la estantería antes. ¿No te diste cuenta?
"Ah, sí."
Meredith tenía una mirada de gran desconcierto.
"No tenía ni idea."
"Me alegro de que haya sido yo".
"Pero no creo que haya hecho nada demasiado malo".
"Casi te caes".
El emperador señaló lo que eso significaba.
"¿Qué pasa si te rompes un hueso?"
"Mientras mis manos estén intactas, no tendré ningún problema para trabajar y leer".
"......Eso es muy positivo."
El emperador respondió con una expresión de absurdo.
"Entonces, ¿estás herido?"
"Gracias a ti, estoy bien. Gracias por salvarme la vida, Su Majestad."
"Solo vine porque estaba ansiosa porque la silla crujía".
"Tal vez la biblioteca es muy silenciosa y puedes escuchar todo tipo de cosas".
Meredith murmuró con una mirada ligeramente incómoda.
"¿Se encuentra bien Su Majestad? ¿Estás seguro de que no te sientes peor?
"Está bien. Tal vez sea hora de que el sol se ponga pronto".
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Me case con un marido enfermo
RomanceMi padre, ciego al poder, me obligó a casarme con un emperador enfermo. Está tan débil que ni siquiera puede pasar la primera noche. No esperaba mucho cuando entró en el dormitorio pero... "Oh querido." Había asesinos caídos por todas partes y mi es...