𝟬𝟬𝟮

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Pov. Hoseok

4 días después

Miro sus cuerpos. Primero mamá y luego papá. Parecen personas de cera. No reales. Papá tiene rubor en sus mejillas, qué con eso? . Si él hubiera sabido que en la funeraria lo maquillarían tan mal, hubiera perdido la cabeza. La imagen de papá sentándose para limpiarse el rubor me tenía soltando risitas.

Inapropiado.

— Hoseok. — Taehyung me advierte con tono irritado.

Él está parado cerca del ataud de mamá y le acomoda el flequillo para que no este sobre sus ojos. Ella tampoco luce como ella misma. La peinaron al estilo video musical de los 80's, si no estuviera muerta, se moriría al verse peinada así.

Se me sale otra risita.

— Hoseok. — sisea Taehyung furioso, lanzandome una mirada.

Me trago la risa porque hay gente que se está acercando a ver los cuerpos. En qué clase de sociedad enferma vivimos que esto es algo que se hace? Mamá y papá ni siquiera se ven como las personas que solíamos conocer y amar. Pero aún así miran sus cuerpos y susurran cosas que ellos no pueden escuchar.

Es estúpido.

¿Dónde estás, papi? ¿A dónde fuiste después de dejar este cuerpo?

Mi pregunta no es contestada. Como siempre.

— ¿Como la estas pasando? — Me pregunta una voz dulce. Y sin levantar la vista sé que esa voz pertenece a Jeon Jungkook. El novio de toda la vida de mi hermano. Su perfume invade mis fosas nasales y trato de no sentir escalofríos.

— Bien — finalmente le contesto alzando la vista hacia él.

Su brillante cabello Negro está peinado modestamente. El simple traje negro que está usando no hace nada por ocultar sus curvas. Siempre observo su trasero e muslos y deseo que yo hubiera sido bendecido en ese departamento. Mamá siempre me decía que no necesitaba un gran trasero o muslos gruesos, que tenía una gran sonrisa.

Pero ahora no estoy sonriendo.

Y estoy deseando un trasero más grande también muslos gruesos.

En el funeral de mis padres.

Jungkook me abraza de lado mientras me pregunto sí Taehyung estará obsesionado con sus muslos. De alguna manera Jungkook ha mantenido a mi hermano atado todo este tiempo, y no con su bonita personalidad.

Una sonrisa empieza a jalar mis labios.

— Ese es mi chico — Él me arrulla. — Tus padres estarían muy orgullosos de verte sonreír

Miro más allá de Jungkook, a mi hermano, y veo su mirada de desaprobación. Se me cae la sonrisa. La desaprobación en la mirada de mi hermano es demasiado a veces. Lo entiendo. Él es el chico dorado y yo el jodido. El fin.

Taehyung es el hijo que irá a hacer grandes cosas mientras yo me quedo preguntándome el significado de la vida.

A veces pienso que Dios se equivocó, que accidentalmente me dejo aquí en la tierra cuando en realidad pertenezco a un lugar más oscuro.

Jungkook me sonríe. Es demasiado brillante aquí.

Dándole la espalda a su sonrisa y a la mirada fría de mi hermano, empiezo a tratar de quitar el rubor de las mejillas de mi padre con mi pulgar. Su mejilla está fría y se siente asquerosa. En cuanto lo toco, desearía no haberlo hecho. Pero ahora que veo que el rubor no se quiere quitar, estoy decidido a hacerlo.

"Animate, cariño"

Fueron las últimas palabras de mi padre para mi. No entendía porque se irían de cena de aniversario sin mi. Yo era su hijo. Si me hubieran llevado con ellos yo estaría en un tercer ataúd, finalmente conociendo el significado de la vida. Estaría bailando en la oscuridad. Solo. En paz. Feliz.

Taehyung tendría que pelear con el servicio funerario porque de seguro intentarían teñir mi rojizo cabello, y yo le dije a Taehyung que era mi estilo y que estaba de moda, él intentaría honrar eso. Les diría que me quitaran el traje aburrido que de seguro me pondrían, e insistiría en que me dejaran usar mi camisa de franela roja favorita, que me robé de él antes de que se fuera a la universidad.

Alguien deja salir un fuerte sollozo y me río de ellos. Me río hasta que me doy cuenta que estoy llorando.

Jungkook intenta abrazarme pero lo empujó lejos de mi. Papá luce como una niña en estos momentos y estoy intentando arreglarlo. Sus labios están sellados en una puchero permanente.

— Animate, papi — Susurro, mis lágrimas cayendo sobre su rostro mientras intento que no lo entierren pareciendo más mujer que mamá.

— Hoseok — Taehyung me advierte, su calor corporal detrás de mí, haciéndome saber que está cerca. — Detente..

Ignorandolo, sigo tallando y tallando, las lágrimas en mis ojos haciendo a papá borroso, hasta que unos brazos fuertes me envuelven y me alejan de él. Grito y pataleo, pero mi captor es demasiado poderoso. Me arrastra hasta la habitación privada y cierra la puerta detrás de nosotros.

Sin fuerzas para seguir luchando, colapso contra el abrazo de Taehyung.

Afortunadamente, él es lo suficientemente fuerte para sostenernos a los dos. Yo no soy capaz de mantener una cara valiente como él lo hace. Él sí puede controlar sus sentimientos. No es justo.

Me aferro a su traje, sin duda llenándolo del maquillaje de papá, mientras lloro contra su pecho. Mi hermano y yo siempre peleábamos, pero en estos momentos él es la fuerza que necesito. Me abraza ferozmente. Me susurra promesas de que cuidara de mi, que juntos no estaremos solos.

Dios, como quiero creerle.

Pero en cuanto se acabe el funeral, todo se habrá terminado, él empacará y nos dejará. Dejará a su hermano muerto por dentro y a su novio muslon. Me quedaré aquí a recoger las piezas mientras él se va a lanzar pelotas y a honrar América.

Mi corazón duele tanto que se empieza a entumir. La sensación viaja a través de mis venas hasta mis nervios. Estaré bien solo.

— Todo va a estar bien — me promete Taehyung, imitando el molesto dicho de la tía Hyuna. Sus palabras provocan mi ira.

— No, Taehyung.. — le escupo. — No va a estar bien, nuestros padres están muertos.

Él se estremece y mira detrás de su hombro, como si estuviera avergonzado de mis palabras. Siempre la misma reacción. Siempre que sus amigos, entrenador u otros padres veían a su molesto hermanito hacer algún desastre, él veía atrás de su hombro. Con un gruñido furioso lo empujó lejos de mi.

Y aunque es un poco más alto que yo, y pesa casi 10 kilos más que yo, lo tomo desprevenido y casi se cae sobre su trasero. La furia invade sus ojos negros y mientras se acerca a mi y encaja sus dedos en mis bíceps.

— Maldita sea, calmate, Seok — me grita.

Intento safarme de su agarre para empujarlo de nuevo, pero me acerca nuevamente a él. Sus brazos fuertes me encierran en un abrazo del que no puedo salir. Mi gran, malévolo hermano me sostiene cerca de él y me susurra promesas de que todo estará bien.

Por un momento, le creo.

Juntos, creemos estas mentiras.

Pero nada volverá a estar bien, nunca.

࿔⠀⠀𝗞𝗂𝗆⠀「 𝐕𝐡𝐨𝐩𝐞 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora