1.- Dejarse ir.

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Es necesario haber leído primero "Atracción Mortal" para entender esta historia. 

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2 de julio

Julieth.

El cáncer es una maldita enfermedad que llega para arrebatarte todo, la salud, la felicidad, la alegría, los momentos felices, llega un día y de pronto, todo se esfuma.

Los pronósticos alentadores no sirven de nada porque de pronto cambia, porque un día el rumbo se desvía hacia un resultado desalentador.

Un día piensas que lo has vencido, pero al siguiente, el maldito ha vuelto.

Eso fue lo que ocurrió conmigo, creí que lo había vencido, creí que al fin me había librado, que podría volver con mi familia y vivir la vida que siempre quise, pero no fue así.

—Juls, ¿estás segura? —Brisa me observa con súplica.

—Necesito que él lo tenga —le entrego el sobre sellado—. Asegúrate de dárselo en su graduación, ¿sí? Quiero que me tenga presente.

—Me aseguraré, pero Juls...

—No, Brisa, he tomado una decisión —mi voz brota tan estable como puede—. No sabes cómo detesto que esto tenga que ser así, porque él es tan pequeño, porque va a necesitarme y yo no estaré para él.

Antes de que pueda decir algo más, la puerta de la habitación se abre. Mi pequeño ingresa corriendo, una sonrisa adorna su rostro y no duda en lanzarse contra mí.

—Ha querido venir a ver a mamá —Patrick viene detrás de él—. ¿No es verdad, Derry?

—¡Si! —Dereck exclama con entusiasmo—. Mamá, ¿Cuándo volverás a casa?

Soy consciente de la mirada que mi esposo me dedica, Brisa coloca el sobre con discreción en el interior de su bolso y se despide.

—Hay algo que tenemos que hablar, mi niño...

—No —Patrick habla con firmeza acercándose—. No le harás esto.

Toma a Dereck en brazos y se aparta.

—Patrick...

—¿Quieres hacerle esto? ¿Realmente vas a dejarnos?

—Patrick silencio —casi suplico—. Déjame hablar con él.

—¡No! —Dereck se sobresalta y se abraza al cuerpo de su padre, soy consciente de la manera en la que esconde el rostro en el hueco de su cuello, Patrick lo envuelve con uno de sus brazos, y se aleja—. No vas a hacerle esto. Eres su madre, Julieth.

—Entonces, ¿qué? ¿Planes que lo deje sin más? —inquiero—. Necesito hablar con él, Dereck, cielo...ven con mamá.

Apenas y soy capaz de alzar los brazos para invitarlo a venir conmigo, la debilidad en mi cuerpo parecía ser cada vez mayor, cada vez menos fuerzas para luchar en contra de esto.

Esta vez Patrick no pone objeción, me lo entrega y cuando nuestro hijo se ha acomodado sobre mi regazo, él se marcha.

—Cariño, necesito que me escuches —acaricio su cabello, acomodándoselo sobre la frente—. Mamá está enferma, lo sabes, ¿verdad?

Él asiente.

—Bueno, mi niño, es probable que tengas que dejar de verme por un tiempo.

—¿Por qué? ¡No quiero! —forma un mohín en los labios que me parte el corazón—. Mami no quiero.

—Escucha, cielo, debes ser valiente ¿sí? —acuno su rostro entre mis manos—. Prométeme que vas a ser valiente, por mí, por ti, por papá. Necesito que seas el niño más fuerte sobre la tierra. ¿Puedes prometérmelo?

—¿Por qué?

—Porque necesito saber si serás valiente cuando mami no esté —acaricio su cabello con dulzura, mi visión se nubla y me obligo a recomponerme—. Eres mi niño brillante y te amo tanto, no lo olvides nunca, por favor.

—Yo quiero estar contigo —dice y se remueve sobre mi regazo—. No quiero ser valiente, quiero que vengas a casa.

—Dereck...

—Mami —se acerca y sus manos se colocan al costado de mi rostro—. Vamos a casa.

No lo entenderá. Es demasiado pequeño para hacerlo.

No respondo, con las últimas fuerzas que mi cuerpo parece tener, me aferro a él, intento grabar en mi memoria su sonrisa, sus ojos iluminados, el sonido de su voz, la manera en la que se siente que me abrace con amor.

—Derry, tenemos que irnos a casa —Patrick ingresa, no me mira cuando entra. Tiene la atención fija en Dereck—. Vamos, hijo.

Dereck no duda en extender los brazos hacia su padre, Patrick no mira sobre su hombro mientras salen, pero mi pequeño si lo hace.

Voltea, sacude la mano y dice las palabras que se quedarás conmigo hasta mi último momento:

—Adiós, mami. Te amo.

Eso fue lo último que escuché de él, la sonrisita que me dedico antes de salir de la habitación, fue el último gesto que gravé en mi memoria.

Luego todo empeoro, abandonar el tratamiento desgastó a mi cuerpo más rápido de lo que pensé, así que no quise verlo de nuevo, no quise que la última imagen que tuviera de su madre, sea alguien que no podía hablar sin requerir una máscara de oxígeno.

Patrick volvió, vino a suplicarme que no los abandonara, pero era demasiado tarde.

—Dime que no vas a culparlo —es una súplica sin fuerza—. Cariño, dime que no lo harás responsable.

—Juls, por favor —siento su mano aferrarse a la mía—. Acepta el medicamento, los doctores solo esperan una palabra tuya para intervenir.

—No puedo...

—Julieth, eres su madre, si lo amas tanto no te atrevas a abandonarlo —la manera en la que me mira es una extraña mezcla de emociones—. Elígeme a mí, por una vez, elígeme, Juls.

—No se trata de elegir —susurro débilmente—. Patrick, se trata de que no puedo más.

—Lo eliges a él de nuevo —un dejo de amargura se deja oír—. Julieth, te estoy suplicando...

Dejo de escucharlo, mi cuerpo parece haber agotado hasta el último gramo de energía, siento sus manos aferrarse a mi cuerpo, los gritos de desespero se escuchan lejanos.

—¡Julieth!

El sonido de su voz es un eco lejano, como si de pronto fuese absorbida por alguna fuerza que, por más que resisto, me atrae hasta el fondo.

Un fondo del cual no puedo emerger otra vez, las fuerzas se van, la mente se apaga, la oscuridad envuelve.

Y desearía no haberme arrepentido, de haber sabido todo lo que ocurriría a continuación, jamás hubiese elegido dejarme ir.

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Hola, hola. 

Bueno, como ya había dicho antes esta será una historia relativamente corta de extras que no se añadieron en "Atracción mortal", ya que no eran "necesarios" en esta historia. 

Sin embargo, aquí tocaré temas que si son algo importantes para entender el actuar de varios personajes, así como escenas que ustedes como lectores me estuvieron pidiendo luego del epílogo. 

Mis días de actualización serán: Lunes, miércoles y viernes.  

¡Espero que les guste tanto como a mí!

Antes de que el fuego se extinga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora