Antes de que el fuego se extinga.

Epílogo

Jayden

Hay un bullicio ensordecedor afuera. Mi entrenador, y también abuelo, me mira con diversión mientras me muevo por la estancia.

—¿Estás bien? —inquiere con una sonrisa—. ¿Estás nervioso?

Muevo el cuello lanzándole una rápida mirada.

—Algo así, es mi primera pelea —le recuerdo—. ¿Tú no estabas nervioso en tu primera pelea?

—Claro que sí —dice mientras se acerca con los guantes.

Extiendo las manos cuando él me coloca el guante derecho.

—Estaba muy nervioso en realidad —admite—. Pero no tienes nada de que preocuparte, te has preparado bien.

La puerta se abre y sonrío al ver a mis padres entrar. Papá se acerca con una mirada nerviosa y rio un poco al notar su estado.

—Ten piedad de tus padres y no dejes que te golpeen mucho —dice colocándose al lado del abuelo.

—Eh, ¿qué acaso no confías en su entrenador?

—Claro que confiamos —interviene mamá—. Pero nuestro bebé subirá a su primera pelea, ¿no es normal que estemos nerviosos?

—Por favor, no soy un bebé —reclamo—. Creo que, para bebés, tienen a Juls.

Mamá sonríe cuando menciono a mi hermana, Julieth tenía tres años y era un retrato de mamá. Tanta finura no podía ser posible en un pequeño cuerpo de tres años, pero la abuela Less y mamá la hicieron de ella una pequeña que irradiaba finura y elegancia.

—Listo —mi abuelo termina el vendaje y luego ajusta los guantes, cuando están listos muevo los músculos de los hombros y suspiro.

Estaba nervioso, a mis veinte años esta es la primera pelea oficial en la que participo, había estado en algunas otras de acondicionamiento, pero esta, esta sería el punto de inicio para poder pelear por un cinturón, para ser el campeón mundial, tal y como el abuelo lo fue.

He estado en el boxeo desde que tengo siete años, adoraba ir al club de boxeo del abuelo, papá nunca estuvo del todo de acuerdo que a los siete me pusiera unos guantes y subiera con Adam, el amigo del abuelo Luke y practicáramos.

Pero todos decían que tenía futuro, todos me llaman: "El siguiente gran Lewis"

Desde los siete he practicado, a los diez, papá me metió a concursos de boxeo infantiles, lo recuerdo tan nervioso y al abuelo diciéndole que dejara de preocuparse, que estaría bien, y no mintió, me lleve cada cinturón infantil hasta los quince, que fue cuando comencé con las peleas de acondicionamiento.

Tengo técnica, fuerza, habilidad.

Una parte de mí se siente orgullosa cuando el abuelo dice que está tan impresionado por lo que he conseguido, Adam dice que siempre quiso guiar a papá de este modo, pero mi padre nunca tuvo el deseo de ser boxeador, de ser un campeón mundial, yo sí.

Yo si deseo ser como él, deseo llevar en alto nuestro apellido, deseo ser tan malditamente bueno como Luke "thunderbreaker" lo fue.

Robie entra en ese instante, mi segundo entrenador me sonríe mientras camina la distancia.

—¿Estás listo Badbreaken? —inquiere con una sonrisa entusiasta—. El publico está ansioso por verte, ¿los escuchas?

Sonrío, prestándole atención al bullicio que brota de la arena.

—Estoy listo —respondo golpeando los guantes.

—Solo debemos esperar...

Uno de los réferis ingresa cuando el abuelo comienza a hablar, mis padres tienen que salir cuando él dice que solo puede permanecer el equipo dentro y mamá me envuelve en un abrazo, diciendo que confía en mí.