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¡Advertencia!: Mención del suicidio

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¡Advertencia!: Mención del suicidio.

Aquel día sería, hasta el momento, el más importante para ambos jóvenes. Era el día donde JiMin manejaría nuevamente por la calle donde se le había arrebatado la vida hace ya casi un año. Nuevamente iba en compañía de YoonGi.

Aunque ya había pasado ciertos meses donde el pelirubio había vuelto a manejar, este solo manejaba a los sitios cercanos y menos transitados. En todos esos meses, nunca se atrevió a caminar, menos manejar, otra vez por esa calle central.

El motor se prendió, la radió sonó y el auto comenzó a avanzar al momento en que JiMin empezó a manejar.

Park apretaba el volante fuertemente, enterrando sus cortas uñas en el proceso. Por otro lado, su copiloto apretaba aquella pelota antiestrés amarilla, ocultándola bajo sus brazos cruzados.

Las primeras calles fueron tranquilas, apenas pasaban algún que otro auto. Pero al momento de doblar en la sexta calle, los nervios y tensión aumentaron.

El auto se detuvo por el semáforo rojo junto a muchos otros autos. Veían pasar camiones, buses y otros vehículos moverse frente a ellos, aprovechando el semáforo en verde de la dirección contraria.

El color del semáforo cambió a amarrillo. JiMin aguantó la respiración y apretó más fuerte el volante con una de sus manos y la palanca de cambio con la otra.

— JiMin. —Nombró aquella voz grave que le tranquilizaba siempre. Miró a YoonGi con claros nervios.— Puedes hacerlo, tranquilo. —El mencionado asintió y volvió su vista a la calle frente a él.

El semáforo cambió a verde.

Los autos empezaron a avanzar.

El sonido de la radio se volvió baja ante los oídos de JiMin. Ahora solo podía escuchar sus latidos. Las bocinas de algunos vehículos de atrás, y el del motor de los demás.

El auto se movió por la calle, pasando justo por el lugar donde aquel camión chocó contra esas jóvenes que iban felices conversando, esperando dirigirse a casa como cada noche luego de sus jornadas de trabajo.

La voz del locutor de la radio volvió a escucharse, anunciando la hora una vez más. Las bocinas se disiparon y los latidos se calmaron al momento de cruzar aquella calle y seguir el camino sin interrupción.

Habían logrado pasar. Habían logrado cruzar la calle donde dejaron sus antiguos cuerpos, donde habían dejado atrás sus anteriores vidas únicamente por la irresponsabilidad de otra persona.

No soltaron suspiros aliviados, no todavía.

No fue hasta que llegaron al departamento que se permitieron sonreír y suspirar aliviados.

— ¡Lo hiciste! —Exclamó emocionado YoonGi, sonriendo feliz, soltando su pelotita antiestrés en el auto para abrazar al pelirubio.

— Lo hicimos. —Dijo JiMin, mirando sonriente al copiloto, correspondiendo el abrazo.

¡Este No Es Mi Cuerpo! ; JimSuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora