Capítulo 30: Escape.

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La siguiente mañana Carter, hermano de Caleb y cuñado mío, me ayudaba a entrenar mis golpes en defensa personal, claro que yo no era tan fuerte como ellos pero quería enfocarme en poder tener la fuerza suficiente para enfrentar a quienes me quieran hacer daño, personas como el idiota de Brad.

Mis pies se pegaban un poco a la colchoneta cuando intentaba avanzar arrojandole golpes que solo rozaban el aire frente a su rostro pero nunca a él. Carel atrapó mi brazo izquierdo, antepuso el peso de mi cuerpo y me levantó por los aires dando una voltereta antes de caer de espaldas a la colchoneta detrás de él.

No solo me había bloqueado sino que también me hizo sentir patética.

–Eres muy lenta –dijo con burla, incluso intentaba ocultar una sonrisa pero no lo lograba del todo.

–Cállate, no es cierto –dije tomándolo de la mano.

–No, es enserio, hoy estás más lenta que de costumbre.

Fruncí el entrecejo en confusión.

–¿Estás bien? –apoyó una mano en mi hombro. Su parecido con Caleb a veces me asustaba.

–Sí, es solo que estuve distraída todo este tiempo y...

De repente el mundo se bamboleó a mi alrededor y todo tomó un tono borroso, mis piernas perdieron fuerza y hubiese caído al suelo si Carter no hubiese tenido los reflejos suficientes para atajarme.

–¡Hey, Thaily! –exclamó alarmado apoyando una de sus manos en mi mejilla.

Lucia asustado pero de algún modo yo no podía expresar palabra para calmarlo, todo se volvía lento y sentía que me iba durmiendo lentamente hasta que al fin mi vista se oscureció y todo se apagó.

****

Las puertas de la enfermería fueron abiertas de par en par y París ingresó casi corriendo en dirección a las camillas dónde Thaily Sanders yacía dormida, junto a ella estaba Cyrus, el hijo del líder y asistente de enfermería, quién cuidaba de la humana.

–¿Qué pasó? –preguntó con sus grandes ojos llenos de temor –¿Ella está bien?

Cyrus poseía una mirada vaga y adormilada que de algún modo transmitía calma.

–Esta bien, solo se desmayó.

París se acercó a la cama de Thaily, notó que su piel estaba más pálida y sutiles ojeras rosáceas lucían bajo sus pestañas inferiores.

–¿Por qué? ¿Qué sucedió?

Cyrus miró detrás de sí asegurándose que nadie más esté cerca aparte de la segunda al mando. Él no era tonto, sabía que algo tramaban Thaily, París y Carel, incluso había escuchado sin querer conversaciones comprometedoras, pero simplemente optó por ignorar todo ese tema y fingir que no sabía nada para no meterse en problemas.

–Es anemia –dijo encogiéndose de hombros.

–¿Qué? Pero si come bien, casi todo lo que tenemos aquí es para ella, para mantenerla sana –París tomó la mano de la humana sintiendo sus dedos fríos pero pudiendo oir el latir de su corazón.

–No puedes esperar que esté sana si pierde más glóbulos rojos de los que obtiene –exclamó el vampiro con un tono sarcástico.

París comprendió de inmediato y por ello no se animó a mirarlo a los ojos.

–No sé de qué hablas.

–Oh, vamos, no finjas. No tengo toda la información pero sé que tú estás involucrada en esto y que sabes porqué ella está así de mal.

Decadencia. [En Curso] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora