Capítulo 17: El beso y la mordida.

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⚠️No se asusten pero estuve pensando en borrar este libro y su precuela, porque creo que no está teniendo tanta fama quizás; ya que no hay tantos comentarios y ★ como antes.
Y yo no sé si realmente les gusta o no la novela 💔 Ustedes diganme que piensan

Peeeero eso lo pensaré un poco más.
Si decadencia y desastre vampírico suben un poco más sus vistas, comentarios y estrellitas es probable que no las borré (por eso recomienden la novela a quienes puedan), de todos modos yo les avisaré.

No voy a quitar la novela sin anunciar previamente, no obstante si todo va bien, si aumentan las vistas, comentarios y votos no hará necesidad de eliminar las novelas y de igual modo yo les avisaré, para que no estén asustad@s.

Por ahora solo es algo que estoy pensando, todo dependerá de como vaya la cosa en un par de semanas.⚠️

Besos 💕

***********

Cuando la noche cayó, el clima se sintió distinto dentro de la sede, los vampiros eran muchos más activos, oía más risas y movimiento; se sentía seguro y cómodo además de divertido como una especie de reunión familiar gigante.
Salí de una reunión privada con Héctor, hablé con él sobre lo sucedido aquella vez en el campamento, más bien se sintió como un interrogatorio, le conté todo lo que sabía aún que por alguna razón tuve la sensación de que buscaba saber más, como si pensará que yo le ocultaba algo y eso me hizo preguntarme ¿Qué estaba pasando por su mente?

Iba en camino hacia el gran comedor, tenía un poco de hambre y además quería encontrarme con mis amigos pues desde que comenzó el día solo me encontré con Penny, Carel y Cyrus, aún que él es solo un conocido. Tarareaba una canción de un viejo dorama que veía hace un par de años justo cuando estaba cruzando por uno de los caminos rodeados de árboles y en ese preciso instante ví por el rabillo del ojo un rápido movimiento de algún sujeto que de inmediato me tomó de la muñeca y me enfrentó a él, tirando de mi cuerpo hacia él, dejándome a escasos centímetros de su rostro.

Y mi corazón se aceleró al ver el rubí en su mirada, un rojo brillante que jamás podría confundir.

La atractiva simetría de sus rasgos me hacía pensar que él era una especie de ángel caído; con una apariencia perfecta por fuera y una esencia maligna por dentro.

–¿Ciro?

–Ven conmigo.

Sus palabras se oían graves y llenas de seguridad.

Estuve por preguntar a dónde quería que fuéramos cuando jalo de mi brazo y me guió por un camino opuesto al gran comedor, siguiendo un sendero que normalmente no tomaba y cruzando por la negrura de la noche hasta un sector vacío además de lejano a la civilización donde vivíamos.
Aún estábamos dentro de los perímetros de la sede Rebelde, sin embargo el lugar donde estábamos parecía ser una especie de jardín de cultivo; supongo que aquí Caleb perdía parte del tiempo, ya que su trabajo no solo consistía en asegurarse que hubiese alimento para todos en el almacén, sino el poder producir el nuestro para no depender de otros y así evitar una posible redada como la anterior que vivimos en el campamento.

Aquí el cielo se veía despejado de nube y lleno de estrellas, además de una inmensa luna llena que iluminaba de un tono plateado todo bajo ella.
Apenas nos detuvimos me solté con brusquedad de su agarre y retrocedí más confundida que molesta.

–¿Qué diablos pasa contigo? –pregunté –¿Por qué me trajiste aquí, Ciro?

Él estaba de espaldas a mí, era alto y aún con su camiseta algo holgada podía notar los surcos de sus músculos bajo ella. Su cuerpo era un encanto como su perfecto rostro, lástima su personalidad.

Decadencia. [En Curso] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora