Las clases fueron canceladas debido a que habían torneos entre secundarias, y luego de mucha insistencia nos dieron la gran oportunidad de ir a ver los campeonatos, obviamente lo digo con sarcasmo, a mi ni siquiera me interesan sus partidos, solamente no quería pasar clases.
No tengo nada contra los deportes, admiro a los que los practican, solamente no me llama la atención verlos, prefiero otro tipo de ejercicio, fin.
Como la mayoría de personas se habían ido a ver los campeonatos, y otros directamente a sus casas o con sus amigos a otros lugares aprovechando el tiempo libre, el colegio había quedado casi desierto, yo preferí quedarme un poco con la excusa de adelantar un poco las tareas hasta que varios maestros se fueron, porque honestamente no quería llegar a casa.
Luego de un rato guardé todas mis cosas y bajé a los baños, y algo llamó mi atención, escuchaba sonidos un poco conocidos, unos suaves gemidos, intentaba distinguir si era de una sola chica o eran dos, con mucho cuidado e intentando hacer el menor ruido posible me acerqué al cubículo, seguro estaría tan concentrada o concentradas en tocarse que ni notarían mi presencia. Al agacharme sigilosamente pude ver su mochila a un costado, y solo un par de pies abiertos con la ropa interior a la altura de sus tobillos.
Perfecto, solo era una persona, me levanté rápida y cuidadosamente y salí de los baños por un instante revisando que no haya nada cerca, en ese momento agradecí demasiado a los campeonatos, seguramente el personal de limpieza ya había limpiado los baños y la mayoria se fue, habían otros estudiantes en el patio, pero eran muy pocos, y la mayoria andaba entretenidos con sus celulares o jugando. Entré nuevamente a los baños y dejé mi mochila en un cuvículo cercano a la puerta, por precaución.
Caminé casi al final del pasillo y escuché sus gemidos un poco más fuertes, probablemente ya estaría llegando al climax, así que me arriesgué y toqué la puerta, los sonidos se cortaron de golpe.
- Tranquila, puedo ayudarte - Murmuré con voz suave.
Hubo silencio por un rato, y luego finalmente escuché su voz, no era alguien de mi grado ni el paralelo.
- ¿Quién eres? ¿no sabes que espiar es de mala educación?
Iba a responder y la puerta se abrió mostrando una chica molesta, en pocos segundos se había arreglado lo mejor posible, y si no fuera porque la escuché desde hace un rato no notaría qué estaba haciendo. Me examinó por un instante y luego se relajó un poco, vio mis manos e intento ver el exterior del cubículo buscando a alguien más.
- Estoy sola, no era mi intención escucharte.
Aún me miraba con algo de duda, pero sabía que seguía caliente, yo misma me había mojado con sólo escucharla e imaginar qué estaba haciendo antes de que llegue, era obvio que la habia cortado antes de terminar, así que era ahora o nunca.
- Lo estabas haciendo bastante bien sola, pero ¿no crees que se sentiría mejor si alguien más te ayuda? - Murmuraba mientras poco a poco me adentraba en el cubículo y ella cedía - sé usar bien mi lengua y mis dedos.
- La puerta, cierrala bien - Murmuró con la voz un poco más suave.
Esa fue mi señal, obviamente no iba a desperdiciar esa oportunidad, entré y cerré la puerta con seguro, ella desabotonó su camisa dejándome ver aquellos preciosos pechos, eran más grandes que los míos, relamí mis labios observando cómo desabrocha su brasier, por suerte tenía el broche adelante, cuando ambos fueron liberados rebotaron suavemente, era imposible no mojarme al ver aquellas tetas perfectas rebotando ante mis ojos.
Sin más espera me puse de rodillas y abrí sus piernas levantando su falda, su ropa interior estaba mojada incluso sus jugos escurrieron un poco por el interior de sus muslos, froté la zona de su clítoris por encima de su ropa interior hasta que se mojara más, y cuando comenzó a removerse saqué su ropa interior y la puse en su boca, ella me miró confundida pero estaba lo suficientemente excitada como para reclamar.
Comencé a chupar su vagina con fuerza y luego a mover mi lengua sobre su clítoris de arriba a abajo con rapidez, escuchando como gimoteaba y su cuerpo comenzaba a retorcerse, alze la vista y vi cómo apretaba y jugaba con sus pechos, amansandolos y retorciendo sus pezones con los ojos cerrados mordiendo sus braguitas, sostuve sus muslos con fuerza para que no cierre las piernas, dejándo marcas de mis uñas sobre su piel.
Sus fluidos no dejaban de salir, se mezclaban con mi saliva cada vez que lamía sus labios vaginales y cada vez que los succionaba uno por uno, los separé y pasé mi lengua de arriba a abajo saboreandola, metiendo mi lengua en su interior de forma que hacía que sus caderas se muevan en dirección a mi rostro, tenerla tan excitada, tan desesperada por placer, me calentaba demasiado.
Escuché cómo balbuceaba entre gemidos, pero por su ropa interior no pude entenderla bien así que supuse que ya estaba llegando a su climax, aumenté el ritmo metiendo dos dedos en su interior de golpe y moviéndolos rápidamente mientras succionaba su clítoris con fuerza repetidas veces.
Ella tiró de mis cabellos empujando mi cabeza entre sus piernas, retorciendo todo su cuerpo y logrando que sienta cómo su interior se dilataba y se ajustaba, apretando mis dedos entre sus calientes paredes vaginales, llegando al fin a su glorioso climax, le tapé la boca de inmediato ahogando su grito/gemido, sintiendo las bragas de su boca completamente húmedas.
Cuando su respiración se normalizó un poco y su cuerpo dejó de tener espasmos quité mi mano de su boca sacando su ropa interior, la observé por unos segundos observando la sonrisa llena de placer en su rostro, sus pechos al aire, subiendo y bajando junto a su respiración, el interior de sus muslos y su vagina estaban completamente mojados, el uniforme del colegio la hacia lucir mejor, la falda levantada y la camisa abierta dejando ver sus zonas más íntimas, era jodidamente erótico, se veía mejor que los videos porno de colegialas.
- Sí que sabes usar bien tu lengua y tus dedos. - Dijo lentamente sin quitar la sonrisa de su rostro, intentando normalizar su respiración.
Luego quiso levantarse y arreglar su uniforme, no deje que lo haga, tomé sus dos manos y solo sonreí viéndola de abajo hacia arriba.
- Aún no me he corrido.
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Relatos y Deseos Eróticos Lesbicos
RandomLee y haz que tu imaginación vuele para que tu cuerpo lo disfrute.