Único

439 74 27
                                    

Solo un Kazutora que cree que es débil sin Baji a su lado.

Hanemiya Kazutora está consciente de que no es el mejor expresando sus sentimientos, tampoco el más estable mentalmente y tampoco viene de una familia tan amorosa como lo son los Baji, en realidad, está demasiado consciente de eso, pues el pelinegro fue el que lo sacó de su inocencia juvenil y le mostraba una vida que, según él, es la que debería vivir. Una vida feliz.

Siguiendo con lo que se espera de Kazutora, él no ve al chico de pelo largo como su salvador, anteriormente sí, ahora lo ve como un ancla a sus sueños.

No le gusta admitirlo, pero está enamorado del menor, no sabe cuando empezó a sentirse distinto a su alrededor, realmente tampoco le importa mucho, supone que era algo que con el tiempo iba a pasar teniendo en cuenta cómo lo cuida el otro, toda su atención y también sus momentos juntos a solas, así que cuando gracias a una plática en donde Draken confesaba su amor a Emma, diciendo cómo se enteró; algo en su mente hizo clic.

Todos esos sonrojos no eran normales.

No era normal que no pudiera ser él mismo a su alrededor.

No era normal que su corazón latiera tan rápido, sus nervios, sus sonrisas cuando hablaba.

Y como decía Mikey, no era para nada normal su forma de mirarlo.

Cuando se dio cuenta de cómo se sentía no supo qué hacer, pero agradece que su amigo más bajo entendió rápidamente lo que sucedía y lo interceptó para sacarle todo lo que ansiaba decir a alguien.

—Yo sabía que no lo mirabas como un amigo —Habló mientras comía un dorayaki, tenía una sonrisa juguetona—. Siempre me dije, que tu mirada era distinta a su alrededor

—¿Distinta? —Preguntó el bicolor.

—Lo observas como si quisieras darle el mundo y mucho más, tus ojos son de amor, lo miras de aquella forma, incluso me haces sentir incómodo —Seguía masticando sin mirar a los ojos al otro chico, pero sabía que seguramente estaba sorprendido por haber sido tan obvio—. Se siente como si cuando están ustedes dos, los demás fuéramos solo de sobra.

Y no sabe por qué, pero eso hizo que algo dentro suyo se removiera con emoción, la idea de tener algo con Keisuke era realmente un sueño hecho realidad, podía sentir sus manos picar por tocar su cabello y hacerle trenzas mientras él le contaba su día, una rutina que solían tener en el pasado, Keisuke siempre ha sido un chico hablador, habla y habla sin descanso, y Kazutora está ahí para escuchar, porque él suele esta callado la mayor parte del tiempo.

—...Y entonces ese gatito negro se acercó a mi ¿Sabes? Mamá no me deja tener gatos, pero si fuera por mi lo adoptaría y le daría cariño todo el día —Habló el pelinegro con su cabeza descansando en los muslos ajenos—. Ah, y me lamió la mejilla

—¿En serio? Wow —Sonreía de forma suave, una sonrisa ladina era la ofrecida y su mirada casi brillando de amor—. Tienes ese encanto sobre todos siempre, realmente cautivador.

—Andamos halagadores —Bromeó Baji, sin levantarse, pero si girando su rostro para observar desde abajo al otro chico—. Te ves lindo desde acá ¿Cómo es que no tienes novia?

—¿Ah? —Se desconcertó—, tú también eres lindo y no tienes novia, no jodas, Keisuke —Se defendió rápidamente, no podía decirle la verdadera razón.

En su mente se imaginaba decírselo. Un "Tú eres la razón por la que sigo soltero" pero nada salía de su boca, no quería hacerlo tampoco, se sentía inseguro, no iba a arriesgar su amistad por algo así.

Algo que Kazutora no aprendió con Baji, pero sí con su padre, es que los sentimientos son mejor escondidos.

Como las noches en las que su mamá gritaba que no le tocara ni un pelo, mientras él se escondía bajo su cama temblando, la ira retenida era demasiada, pero sería todo mejor si él solo estaba callado.

Sabe bien que no es el que tenga la mejor estabilidad mental entre sus amigos, no sabe si puede ser el ancla o un tipo de consuelo para Baji, tampoco sabe si es realmente capaz de cuidar un corazón puesto en sus manos; pero puede ser la persona a la que Baji ame, de vez en cuando.

¿Qué pensaría Keisuke?

El chico al que salvó en la niñez y ha sido su mejor amigo desde entonces, está enamorado de él ¿Keisuke siquiera apoyaba a los que gustaban de su mismo sexo?

Teme la respuesta.

La sociedad no ha avanzado en ese aspecto, pero Draken siempre se burla de él por pensar cosas tristes, diciendo que Baji jamás lo dejaría, ni porque fuera gay. Aunque no se considera gay, se considera abiertamente Bajisexual.

Y mientras observa a Baji siendo fiel a su título como el ex capitán de la primera división de la Toman, golpeando salvajemente a un tipo que intentó intimidarlo, piensa cómo sería tomar su mano o besar sus labios luego de toda esa adrenalina.

Jamás será el chico coqueto que lo lleve a su casa en la noche en un auto de lujo luego de una genial cita, pero cree que puede ser el que lo acompaña a casa en moto, claramente la del menor mientras él se aferra a su cintura y termina durmiendo en su casa.

No es exactamente el chico perfecto, un príncipe azul que lo cuidará de todos, ya que, Keisuke es mucho más fuerte que él (y tiene experiencia desde muy pequeño).

¿Qué es el amor?

La gente siempre intenta escapar del amor ¿Pero por qué hay que escapar del amor? No tiene sentido para Tora. Están desperdiciando millones de oportunidades, de sonrisas que estarán impregnadas en sus corazones, de una felicidad emblemática, aunque tenga fecha de caducidad. 

La gente sigue adelante para sanar sus corazones sin esperanzas, y él ya no es un niño pequeño, no es un chico débil que no pueda sobrevivir a unas palabras, Baji lo tiene así, lo hace demasiado fuerte, sabe que jamás lo dejará caer, no se va a seguir resistiendo, no quiere seguir huyendo, ha estado toda su vida huyendo.

Entonces es cuando decide dar el paso, mientras observan el atardecer recostados en la zona verdosa, Kazutora dejó de temerle al amor. ¿Espera estar seguro de lo que está haciendo? No realmente, eso será problema del Kazutora del futuro.

—Baji...

—¿Ah? —Murmuró el otro, dando a entender que le estaba poniendo atención.

—Si te gusta quemar autos cuando tienes hambre, y si te gusta tener pequeñas escapadas a la noche —Empezó su discurso, volteando en unos segundos, recostando su cabeza en la palma de su mano, con el codo clavado en el pasto—. O si en general, te gusta hacer cosas que sabes que no deberíamos hacer, creo que soy perfecto para ti.

Una risita baja se escapó del azabache, sus colmillos en una sonrisa, aún mirando hacia el cielo mientras tiene una perfecta vista del sol escondiendose en un estado de paz.

—Entonces empecemos ahora mismo.

Kazutora no sabía si eso era una aceptación a su sencilla declaración, pero cuando se acercó aún más y vio los ojos cristalizados de su menor, supo que tal vez tardó mucho en dejar de temerle al amor, dejar de temerle a no ser fuerte.

Lo abrazó y lo estrujó contra su pecho, intentando calmar su corazón, pero entendía que estaban en una misma sintonía.

Puede que no sean lo que siempre soñaron, para Baji, Kazutora no es una princesa de cuento, ni siquiera es una chica, pero es la persona que hace saltar su corazón, incluso en ese mismo instante, siente miedo de que el otro pueda llegar a percibir los látidos desenfrenados intentando escapar de su pecho.

Pueden vivir el momento, sin detenerse a pensar si son o no son.

¡Kazutora ya no le teme al amor! ; Bajitora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora