The Night

40 9 0
                                    


(La noche)


El mundo es un lugar cruel, la sociedad es una masa despiadada, y la vida... La vida es injusta con muchos e imparcial con todos.

Después de que el imperio casi tiránico del sol fue derrocado, Lan Zhan creyó que todo se solucionaría, esperó con anhelo a que la conclusión fuera benéfica para él y para Wei Ying, planeaba llevarlo a donde quisiera, quedarse a su lado como hasta ahora y vivir una vida pacífica, una donde pudiera verlo despertarse sin que sus ojos cargaran preocupación, una donde fueran de casería nocturna juntos y donde no tuvieran que separarse.

Wei Ying esperaba algo similar, pero cuando las cosas se desviaron del rumbo que quería, de inmediato arrojó a un lado a Lan Wangji, impidiendo que él quedara manchado por el barro que salpicaba, logrando salvarlo del precipicio profundo, sin saber que Lan Zhan con gusto caería hasta el fondo solo para estar con él.

Hizo cosas que provocaron a las demás sectas, cometió errores tan graves que lo incriminaron como un rebelde que estaba imitando a la secta Wen, un maldito que traicionó a su familia solo por el poder enfermo que deseaba obtener.

Lo rebajaron a algo peor que la escoria, lo humillaron de todas las maneras y formas posibles, incluso, Wei Ying creyó que inventarían nuevas solo para hacer de su vida un vil tomento, lleno de constantes ataques.

Y de todos los pecados cometidos, solo se lamentaba de no haber vuelto a besar con más intensidad aquel fruto prohibido que eran los labios de Lan Zhan.

Ah, su Lan Zhan, su buen Lan Zhan, su amado Lan Zhan.

La expresión dolida, derrotada, abatida, destrozada, que puso cuando Wei Ying decidió terminar todo lo que había entre ellos solo para que no pereciera en un infierno, aún permanecía grabada en su mente, como una pintura gris que lo atormentaba día y noche.

Su corazón lloró desde esa noche en la que dijo el adiós. 

Wei Ying tenía la mala costumbre de sufrir en silencio, y  ahora no era la excepción, los talismanes de sangre y la flauta en su cintura eran los únicos testigos de lo quebrado que estaba por dentro, de cuando lo extrañaba.

Añoraba su cariño del mismo modo que un niño añoraría su peluche favorito, suspiraba cada que recordaba su sonrisa, y derramaba lágrimas cuando recordaba que él fue el culpable de poner un fin a esa fantasía hermosa que estuvieron viviendo por los últimos años.

En el tiempo que pasó con su amado Lan no volvió a tener pesadillas tan feas, no se sintió abatido o preocupado, y mucho menos le importó lo que los demás dijeran acerca de él, fueran buenos o malos comentarios. Ahora que volvía a estar solo tropezaba en ocasiones, caminaba con todos sus sentidos en alerta, quedaba sumido en sus pensamientos largo rato hasta que Wen Qing lo sacaba de su ensoñación con un grito o un tirón, no muy amable.

Wei Ying lo extrañaba, extrañaba a Lan Zhan, pero sabía que lo mejor para ambos era estar separados. 

Dejarlo le partió el alma y el corazón, pero era mejor a verlo manchado de barro, sucio y siendo el blanco de todo el odio, tal y como lo era él ahora. Eso sí que no podría soportarlo. Lan Wangji tenía un porte digno, no nació para ser burlado de esa forma, Wei Ying no quería verlo rebajado de esa forma solo por él.

Pero el Lan era persistente, más de lo que se imaginó. Lo buscó desesperadamente, rogó a Wei Ying intentando hacerlo recapacitar, fue a verlo a los túmulos, pero nunca lo encontró. Wei Ying huía de él igual que un ciervo de su depredador. Ya lo había rechazado una vez, no tenía ni el corazón, ni el valor suficiente para rechazarlo dos veces.

For one nightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora