Saturn

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《Me enseñaste el coraje de las estrellas antes de irte.》

Desperté, estaba en mi cama. Adormilado y confundido caminé hacia el escritorio, ya que no recordaba haberme movido hasta la cama.

La computadora estaba cerrada y apagada, al revisarla no encontré el escrito de la noche anterior, cuyo cada vez se hacía más lejano de recordar. Y entonces entendí que había sido un sueño. Reí, eran muy normales los sueños vívidos para mí, sin embargo, aquél sueño se me hizo muy atractivo, tanto que escribí todo lo que pude en el computador en un nuevo archivo sin título, ya que todavía no sabía qué era con exactitud.

Luego de asearme, tomé mi móvil, tenía un mensaje. Y para mi tranquilidad, era de mi esposo.

"Te amo, y feliz cumpleaños."
03:23 am.

Sonreí contento. Decidí empezar bien mi día y bajar para hacerme un buen y digno desayuno. En cuanto me puse un delantal limpió, el timbre sonó.

¿Jimin?

No, aún era muy temprano. Fui camino hacia la entrada y no, no era mi marido, era un repartidor.

—Entrega para el Señor Park Jeon Jungkook —anunció el chico de uniforme azúl. Un gran ramo de rosas blancas en sus manos, casi tapando su rostro.

—Ese soy yo. Muchas gracias —dije tomando como podía el gran ramo—. ¿Necesita que firme en algún sitio?

—Sí, por favor.

El empleado me extendió un papel con una pluma, el cual firmé y luego de darle una propina, el chico se marchó. Dejé el ramo sobre la mesa y lo miré con más detenimiento. Tenía un sobre en el medio de color rojo.

"Buenos días, mi amor. ¡Feliz cumpleaños! Mi regalo para ti hoy, son doce rosas, recibelas todas, ¡por favor! Ellas te harán compañía mientras yo no esté.

Te ama, tu esposo Park Jimin..."

Di mil saltos como un adolescente enamorado. Conté cada una de las rosas, pero no había doce, sino once. Pensé que había sido un error en el pedido y que probablemente Jimin se molestaría con la tienda de rosas si se enteraba, así que decidí no contarle y sólo disfrutar el bellísimo presente.

Luego de desayunar, mientras leía una y otra vez la nota de Jimin, decidí salir al jardín en busca de aire fresco. El espacio se veía bien cuidado como siempre, podría decirse que el jardín detrás de la casa era nuestro pequeño bebé al que cuidabamos mucho. Caminé hasta el columpio de madera y me senté en él.

Me columpié un poco, sonreí sintiéndome tranquilo, ¿y por qué no? Aumentar un poco la velocidad.

Me columpié tan alto, que casi podía tocar las ojas de árbol. Reí a carcajadas recordando las competencias que hacíamos Jimin y yo para ver quién se columpiaba más alto. Y fue justo ahí, cuando se me vino la imagen de Jimin en el cumplio gritando mi nombre. "Jungkook... ¡Jungkook!"

Pum.

Me había caído, se había roto una de las cuerdas del columpio. Me sentí algo mareado por el golpe y en lo profundo de mi mente, todavía escuchando la voz de Jimin llamando mi nombre. A pesar de estar aturdido y adolorido, hasta mí llegó el sonido del timbre. Tan rápido como pude me puse de pié y fui a toda prisa.

Saturn ||JiKook[✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora