4.- Pasado

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Después del almuerzo, Camilo y Mirabel fueron los primeros en levantarse e irse a la habitación del primero.

es como dijiste, ¿Qué deberíamos escoger? – Pregunta el joven

– Primero deberíamos saber el por qué nos dejó ¿No crees? –

Camilo asiente y los dos van a la habitación de Bruno.

– Tío Bruno - Dicen al mismo tiempo – ¿Papá? – Dudando si estaba bien haber dicho eso – Emm...¿Cómo deberíamos llamarte? –

– Oh, como se sientan más cómodos – Responde – No los voy a obligar a verme como su padre, después de todo, no estuve con ustedes durante mucho tiempo –

– Justo por eso estamos aquí – Dice Mirabel – ¿Podríamos hacerte unas preguntas? –

– Las que quieran –

– Queremos preguntarte el por qué nos dejaste – Continua Camilo – ¿Y por qué nos separaste si somos hermanos? –

– Nunca fue mi intención separarlos. Yo quería que crecieran juntos como hermanos y se apoyaran mutuamente, así que los dejé al cuidado de Pepa. Supongo que ella no podía hacerse cargo de dos niños pequeños –

– ¿Y por qué nos dejaste? –

– Ustedes saben que todos le temían a mi don. Me sentía presionado, así que decidí huir, pero no quería que ustedes tuvieran que perjudicarse por mis decisiones –

– ¿Y nuestra madre? – Preguntan juntos

– Cuando ella se enteró que estaba embarazada, me confesó que estaba comprometida y no quería hacerse cargo de ustedes. No podía dejar que una persona cualquiera se hiciera cargo de ustedes, así que decidí cuidarlos yo –

Wow... - Dice Camilo

– Bien, muchas gracias –

– De nada – Responde Bruno

Los chicos se van y Bruno se queda pensando.

– Ha pasado mucho tiempo – Dice para sí mismo

Flashback:

– ¡Hola! – Dice una chica con ojos ligeramente grises – Bruno ¿Verdad? –

– S-sí – Responde algo nervioso

¡Wow! ¡Un Madrigal! ¡¿En serio vez el futuro?! – Bruno asiente – ¡Es increíble! –

Y así continuaron hablando y encontrándose casi todos los días hasta que Bruno se dio cuenta de que sentía algo más que amistad por Carolina.

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– Carolina, tengo que decirte algo – Dice con un tono serio

– Yo también - Responde la chica – Te amo, Bruno –

¿E-en serio? – Incrédulo

– En serio – Sujeta las manos de Bruno – De verdad te amo –

– Y‐yo... – Hace una pausa – Yo también te amo

Se quedan una rato en silencio y luego Bruto toma el mentón de Carolina para acercarla y darle un corto pero tierno beso.

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– ¡Hola Carolina! – Saluda Bruno alegremente – ¿Qué es lo que me querías decir?

– Bruno, yo... – Se queda pensando – Tengo que decirte algo –

– ¿Qué pasa? – Dice preocupado

– Estoy embarazada... ‐

– ¡Eso es genial! Así podremo-

– ¡No es genial! – Interrumpe – ¡Estoy comprometida! –

– ¿Qué estás dicien-? –

– ¡No puedo casarme con un niño recién nacido! – Grita la chica

– Estás comprometida... –

– No lo quiero... –

– ¿Qué? Espera – Dice algo confundido

– ¡Que no quiero a este tonto niño! –

– ¿Y qué vas a hacer? –

– Si no lo quieres tampoco, lo voy a tener y dejarlo al cuidado de alguien –

– ¿Con quién? –

– ¡No sé! ¡Con la primera persona que lo quiera! –

– ¡No! – Reclama – Yo lo cuidaré cuando nazca –

– Gracias...–

– Pero ¿Por qué? – Pregunta – ¿Por qué no me dijiste que estabas comprometida? –

– Estaba aburrida... – Responde – Mi prometido no tenía tiempo para mí, y supuse que nada pasaría si tenía una relación con otra persona – Hace una pausa – Lo siento... –

Los dos se despidieron no sin antes acordar que la próxima vez que se vean sería para que Carolina le de el niño a Bruno y nunca verse otra vez.

Capítulo 4:

Hermanos Madrigal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora