Hermanos Madrigal

3.- Incomodidad

– La verdad, no lo sé – Abraza a Mirabel – Estoy enojado, triste, feliz...¡Estoy confundido! –

– Tranquilo – Corresponde a su abrazo – Ya veremos qué hacer, pero por ahora volvamos –

Camilo asiente y los dos se levantan para ir a Casita.

Al llegar a la puerta principal, Isabela estaba en la puerta, y aunque ellos intentaron pasar de largo, Isabela los detuvo.

– ¿Dónde estaban? Nos asustaron mucho ¿Saben? – Dijo con un tono de preocupación – ¿Qué fue lo que pasó? –

– ¿Aún no lo saben? – Preguntó Mirabel

– Nos mandaron a buscarlos por el pueblo – Responde Isabela – Pero mamá, la abuela y los tíos están discutiendo –

Los, ahora hermanos, no respondieron y subieron a la habitación de su abuela, en donde se encontraban discutiendo los mayores.

Cuando llegaron, se quedaron parados en la puerta viendo esa escena de gritos y acusaciones.

– No estoy contenta con la forma en que lo dijeron, pero Bruno tiene razón. No iban a vivir engañados toda su vida – Habló Alma

– Él nos estuvo para cuidar de ellos – Responde Pepa – ¡No tiene el derecho de venir y arrebatarnos a nuestros hijos! –

– ¡No son sus hijos, son míos! –

– Felix, ¡Di algo! –

– Lo siento cariño, pero apoyo a tu madre –

– Yo también – Interviene Agustín - No podías engañarlos toda su vida –

– ¡Se supone que debes estar de mí lado! – Reclama Julieta

– No estoy del lado de nadie, solo quiero lo mejor para Mirabel –

– ¡Silencio! - Gritó Alma – ¡¿Acaso no ven que Mirabel y Camilo están aquí?! –

Todos voltearon y se encontraron lo las miradas de los menores fijas en ellos.

Estuvieron unos minutos en silencio hasta que Mirabel lo rompió.

– Veníamos a hablar y aclarar las cosas, pero... – Habló Mirabel

– Esto se volvió incómodo - Completó Camilo – Creo que volvemos después –

Camilo sujetó la mano de Mirabel y salieron de la habitación para luego ir a la del chico.

– ¿Y ahora qué hacemos? – Pregunta Camilo

– Ahora que sabemos la verdad, supongo que tendremos que elegir si nos quedamos como hasta ahora o vamos con... – Se queda pensando – ¿Le debemos decir papá o le seguimos diciendo tío? –

– Creo que- –

– ¡Vengan a almorzar! – Grita Alma desde el primer piso

Todos los chicos bajaron y se sentaron alrededor de la mesa, pero nadie decía ni una sola palabra.

– ¿Podrían explicarnos lo que sucede? – Pregunta Isabela

– No han dicho nada y esto se está poniendo incómodo – Dice Luisa

– Se los diremos, pero ahora no es el momento – Responde Alma

Después de eso, la cena transcurrió en completo silencio, uno muy incómodo

●

●

●

●

●

●

●

●

●

Capítulo 3: ✔