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El sonido de su celular lo despertó de golpe… lo reviso, un simple número desconocido así que solo dejo que sonara un par de veces más antes de porfin ponerse de pie.

Al entrar al baño para hacer sus necesidades se vio en el espejo y aprecio con terror el rojo de sus ojos. Uno a uno cada recuerdo fue llegando a su cabeza y solo pudo soltar unas cuantas lágrimas más.

—¿Fue real?.

—Claro que lo fue idiota, no por nada estoy aquí.

El peor susto de su vida ¿No le podía poner un cascabel a.. esa cosa? No tenía que aparecer así, de la nada.

—Ok, solo iba a decirte que si deseas salvar su vida tienes que trabajar mucho así que, suerte, supongo.

—Gracias..

—Damien, Damien Thorn.

Antes de que pudiera lanzar otra pregunta, el tipo ya había desaparecido de su visión y tal vez de ese plano existencial.

Eran las ocho, por lo tanto tenía doce horas para poner sus pensamientos en orden y pensar en algún tipo de estrategia útil para detener lo que sea que estuviese por pasar. Porque de algo estaba seguro, Tweek era incapaz de atentar contra su propia vida.

—¿Por donde empezar?.

No es como si pudiera buscar en Wikipedia "Como evitar una muerte" sin parar en alguno de esos sitios contra el suicidio, lo último que quería saber era sobre eso.

Todo lo que pasaba no tenía ni un solo gramo de lógica, sin embargo, trabajaría utilizándola.

Podía olvidar el estudio para ese tonto examen que ya había tomado y del cual ya conocía las respuestas pues se había tomado el tiempo de buscarlas en compañía del tal Michael cuando estuvieron en el bar. Que en realidad no lo hicieron pues eso se supone que pasaría en la noche y… jodidas paradojas.

—Dijo que salió a las ocho.

Debía evitar que ese rubio saliera de su casa y no sabía cómo.

Diez minutos de crisis existencial después, llegó a la conclusión de que llamarlo a las ocho sería suficiente. Trataría de entretenerlo por todo el tiempo que le fuese posible.

Cuatro quince y el salón de clases se encontraba casi lleno. Considero tomar asiento al frente para salir lo más rápido posible, pero luego recordó que tal vez Michael tenía sentimientos no correspondidos hacia él y prefirió ir hasta la última fila.

Entendía que nada de eso pasó, aún así, se sentía un poco culpable por no haber detenido ese beso que, analizándolo bien, jamás ocurrió, ni lo haría.

La prueba fue más sencilla, ya conocía parte del contenido así que a las cinco en punto ya había abandonado la estancia con Michael siguiéndolo.

—Eso estuvo pesado ¿Verdad?.

—No a decir verdad, fue sencillo.

¿Podía considerarlo como trampa? No es como si alguien lo supiera de todos modos.

—¿Quieres ir por un par de tragos? Creo que nos lo merecemos.

—Tengo novio.

Se alejó lo más rápido que sus piernas le permitieron, aunque todavía alcanzó a ver el entrecejo fruncido del castaño al igual que su puchero. Puede que no haya sido la mejor de las respuestas pero le pareció la más rápida para declinar.

Al llegar a su habitación no pudo hacer más que esperar con algo de miedo a que la noche llegará, se sentía impaciente y con el estómago revuelto, no era para menos, después de todo, una vida dependería de su actuar, la vida de su novio.

Alive //Creek//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora