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Kannet fue dócilmente a los brazos de Cornian. Ya había leído sobre su falta de interés en el sexo.
Fue con Liam que experimentó por primera vez el deseo por alguien.

Se preguntaba si ella sería tomada tan sólo como una obligación. No entendía de que manera iba a funcionar la dinámica ahora que ya no seguía la misma línea la trama original.

Cornian era un bello depredador que estaba examinando aquí y allá.

Fue desde sus muslos, hasta su nuca, parecía aún no comprender que de verdad existiera una mujer, mucho menos que estuviera frente a él.

—No muerdo, adelante.

La joven murmuró con burla, simplemente se estaba impacientando, él podría ser el protagonista y todo, pero justo ahora no era más que un novato.

—Debo asegurarme.

—¿De qué? ¿Qué no me falte alguna parte del cuerpo?

Cornian le dio una advertencia con la mirada, él no estaba jugando, no le gustaba bromear en una situación tan importante como lo era crear al siguiente sucesor.

Deslizó un dedo dentro de aquella cavidad que tanto había estudiado antes, su libro teórico tan sólo era un libro, pero ahora el sujeto de prueba estaba ahí.

—Húmedo, caliente, un poco viscoso.

—No tienes que decirlo.... Además no deberías hacerlo tan rápido, podrías haberme lastimado...

Le incómodo su torpeza, si ella no estuviera emocionada por su aspecto, quizá la hubiese lastimado al meter tan bruscamente ese dedo dentro.

Cornian no le dio importancia a su comentario, o eso pareció, ya que ni siquiera parpadeó.
Contrario a lo que le dijo, siguió moviendo su dedo y entre más lo hacía, más se estrechaba alrededor de su dedo.

—Si no se dilata, no podré meterlo como se debe.

—No... No sigas, me está doliendo, no tienes nada de delicadeza...

—Bien, parece que tu sabes más sobre ésto, dime, ¿qué es lo que debo hacer?

—Despacio... Toca la parte de arriba y por fuera...

Él tocó aquel bultito que estaba apenas sobresaliendo, ella tembló cuando lo hizo, así que continuó. Su única experiencia era con algunos gigolos y particularmente no lo había disfrutado.

—Esto debe ser...

Sacó su dedo y siguió tocando afuera, cada pliegue y sobre todo ese punto que parecía calentarse mientras más lo frotara. Fue muy meticuloso y suave, la piel de las mujeres era parecida a la de los niños.

—Sigue ahí...

Esa voz tan delgada, estaba sonando diferente, le abochornaba escuchar sus exhalaciones. Su voz estaba provocándole un cosquilleo en los oídos que le recorría poco a poco el cuerpo entero.

Le resultó extraño, no le desagradaba, pero le ponía incómodo.

Kannet tuvo que guiarlo para que no cometiera algún error y convirtiera ese momento en algo incómodo.

Cornian experimentó por primera vez emoción durante el sexo, asumió que se debió a que ella era una mujer, un ser extinto y la experiencia era totalmente casi irreal. Era muy suave y sensible, más que cualquier gigolo especializado en dar placer.
Según lo que estaba escrito, depositó su semilla en lo profundo de esa mujer, tendría que esperar.















Iris estaba adolorida, un extraño había entrado en su habitación y la había levantado del pelo. Al parecer él era la pareja de Liam. Estuvo sorprendido cuando supo que era mujer y que estaba ahí para tener al sucesor de Salvatore.

Regulus, un hermoso hombre de pelo naranja, se encontraba de un humor extraño, sus ojos olivaceos con destellos dorados, estaban clavados en esa criatura, esa mujer, que se decía, estaba ahí para ser la madre de la familia.

Por supuesto que entendía la situación, su familia estaría bendecida con esa llegada, se encontrarían en una mejor posición, pero entonces Liam tendría que pasar con ella todo el tiempo, hasta que lograra dar a luz a un niño.

—¿Cómo te llamas?

Preguntó con un tono glaciar.

—Iris. Ahora suéltame....

Ella parecía estar sufriendo por el brusco tratamiento que le estaba dando. La soltó y tiró de ella, era liviana y no tenía fuerza, ¿estaba enferma?

—Eres demasiado débil y patética para estar junto a él.

—No tengo intenciones de discutir contigo, deberías irte.

Regulus tiró de las cintas del vestido blanco y las rompió, pudo ver una gasa en el hombro y estuvo a punto de arrancarla, de no ser por la repentina llegada de Liam y Patrik.
Los dos entraron sin avisar y vieron la escena.

—Esta es la mujer. Regulus, no seas rudo con ella, ni siquiera Liam la ha probado todavía. Debes esperar tu turno.

Patrik Salvatore, un hombre guapo de cuarenta que se parecía mucho a Liam, pero que siempre pensaba primero en su conveniencia.
Él no estuvo interesado en corregir la actitud de su sobrino, pero si le señaló el tener que respetar su turno.

Iris sintió enojo y miedo, sin embargo, no ganaba nada en esos momentos quejarse o hacer un alboroto. Tendría después su venganza.

—Lo siento tío. Así será, tan sólo me pareció sorprendente conocer a un ser tan especial como este. Me disculpo.

Como si nada, Regulus se alejó y salió. No podía actuar mal frente a su tío.

—Iris, te presento a mi padre, Patrik Salvatore. Él será tu nuevo padre, ya que pronto tu nombre será agregado al registro familiar.

—¿Si?

Liam acortó distancia entre ellos y la cubrió con sus brazos. Parecía una bienvenida calurosa, pero no había que confiarse mucho.

—Iris Salvatore. Ese es tu nombre, recuerda bien.

Dijo Patrik con agrado.

—Si, lo haré.

Ser obediente era mejor si quería sobrevivir en esa casa. Decidió ser una linda persona sumisa, como las protagonistas dulces, sólo así podría sacar lo que quisiera de Salvatore incluyendo poderse comunicar con Kannet.

—Me alegra que lo entiendas. Voy a dejarlos solos, Liam y tú tienen una tarea importante que hacer para esta familia. Él te lo va a explicar. Siéntete libre de recorrer la casa.

Patrik estaba diciendo que debía tener un sucesor con Liam, eso entendió Iris, que ya se esperaba algo así desde el principio.

Al quedarse a solas, Liam la soltó y le sonrió.

—Vas a ser parte de la familia, así que tienes algunas obligaciones que cumplir como Salvatore. Entre ellas, la principal son los descendientes.

—¿Quieres hijos? ¿Conmigo?

—Si, eso es lo que espero de ti, mi querida Iris.

Los labios de Liam se curvaron en una dulce sonrisa. Era encantador, además, resultaba más sencillo portarse dulce con él.

—Yo también quiero. Quiero tener hijos con Liam porque es mi favorito.

Sus palabras fueron dulces y sus gestos de alegría pura. Liam asintió, era lo que quería, una bonita marioneta que lo escuchara.

—Iris, creo que entendiste perfectamente lo que quería. No te castigaré siempre que te portes obediente. Sólo tienes que sonreír y decir "si" a todo lo que yo te diga.

Iris asintió, no le gustaba, pero por ahora era mejor seguirle la corriente, sólo así la protegería de Regulus, y también de Él...












































Era una BL Novel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora