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—El tatuaje de aquel conejo—

•🐯•

Solo había pasado un día conmigo, bueno, en realidad no fue ni un día porque él llegó ayer en la tarde a la celda... pero a la hora de comer o de hacer cualquier cosa que implicará salir, él me perseguía, estaba pegado a mí como una garrapata.

Pensé que solo sería la primera vez, pero lo hace siempre.

—Deja de seguirme. Es molesto.

Mencioné mientras caminaba hacia una biblioteca que estaba integrada al reformatorio; habían pocos lugares a los cuales ir de esa manera, incluso si la mayoría de los que terminaban acá eran menores, no dejábamos de ser presos después de todo.

—No me gusta quedarme solo.

Dijo sin más, sin mirarme ni nada. Casi siempre cuando habla no me mira.

Pero era una actitud que resultaba un poco, no sé, pegajosa o algo así, como si quisieras alejarte de alguien, pero la mera existencia de esa persona te lo impidiera, porque sabes que es alguien que resulta más tranquilo teniéndolo cerca.

Ni siquiera sé si es así, verdaderamente no estoy seguro de lo que siento al respecto. Solo sé que me molesta, pero no me molesta que me moleste.

Pero en fin, dejando de lado mis pensamientos enredados, resulta que Usagi estaba buscando algún libro que a palabras de él, fuera algo entretenido, sin embargo ya en la biblioteca se le cayeron algunos libros mientras intentaba alcanzar el que le había interesado y al escuchar el ruido que hicieron al caer se asustó.

No como lo haría una persona al ver un ratón o una película, solo sé que se asustó porque salto en su lugar cuando los libros impactaron.

—Usagi. — Me puse de pie para ayudarle. — ¿Quieres qué te lo alcance?

Él abrió sus ojos e hizo mala cara, luego volteó su rostro a otro lado; no dijo nada.

—¿Sí o no?

Es una biblioteca, no debo gritar.

— Estaría bien, sí, uh... Te lo agradecería.

—¿Cuál?

—El de cartas. — Tosió falsamente, era notorio para mí y para cualquiera que hubiera escuchado eso que estaba avergonzado. — Por favor.

Solo le sacaba como diez centímetros, pero eran los suficientes para hacer una diferencia en las estanterías.

Mientras me daba la vuelta, escuché un tintineo, como el del cascabel del arete que tenía antes de entrar aquí, pero yo no lo tenía puesto, en este tipos de lugares cosas como aretes o anillos son guardados, así que asumo fue mi imaginación escuchar eso.

—Ten.

Le pase a sus manos aquel libro que parecía querer mucho, su rostro demostraba aprecio al ver la cubierta, luego de eso, fue a poner el libro en el asiento de al lado de la mesa en la que yo estaba y de nuevo yendo hacia los otros libros que permanecían en el suelo desordenados, los levantó, los organizó y fue a sentarse; todo en mucho silencio.

Ni siquiera sus pasos hacían ruido.

Mientras estaba sentado copiaba algunas cosas del libro a una hoja blanca.

Tras un suspiro, me senté a su lado a seguir leyendo, no era algo que en particular fuera de mi total interés o devoción, pero podía entretenerme mientras tanto, hacía mi estancia aquí no más agradable pero sí más llevadera.

a little bunny ! 旦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora