La vida nos obliga a hacer sacrificios dolorosos que pueden traer consigo sufrimiento, lágrimas y remordimientos. Sin embargo, estos sacrificios pueden impulsarnos a avanzar hacia adelante en busca del secreto y la victoria de la humanidad. Aunque d...
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"Cuandohuimosenelespiral, elselevantoyyocaí Y ahora la luz de la Luna ilumina este débil recuerdo"
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—Gracias al cielo que estás con vida —Nanaba irrumpió en mi campo de visión, sus manos se aferraron a las mías, temblorosas y frágiles—. ¿Qué pasó? Dime que Mike... que Mike aún está con vida.
—El escuadrón... está a salvo. Pero Flagon... él... —Las palabras se disolvieron en el aire, y su significado se entendió sin necesidad de ser pronunciadas. Los brazos de Nanaba me envolvieron, ofreciendo un consuelo que parecía tan frágil como mi propia compostura.
—Está bien, estás aquí, con vida. Eso es lo que importa. Estamos vivos. Mírame, vamos a estar bien.
Asentí, luchando contra el temblor que amenazaba con consumirme. Al alzar la vista, un arcoíris empezaba a dibujarse en el cielo, un símbolo efímero de paz. Y en ese momento, una verdad ineludible se asentó en mi corazón: a pesar de la tragedia que nos había azotado, el mundo seguía girando, indiferente a nuestro dolor, a nuestras pérdidas.
Pero al girar, vi a los demás escuadrones acercándose, sus miradas cargadas de expectativa. Una chispa de determinación se encendió en mis ojos y, sin perder ni un instante, tomé una pistola de humo y, con un disparo al aire, envié una señal desesperada en busca de ayuda.
