Sacame Estos Demonios

CAPÍTULO 4: Cena De Bienvenida

* Las personas que más se preocupan, son las que más daño te causan.*

Point of view: ______

Mi madre hacía la cena de esta noche. Al parecer Ethan le había comentado sobre los vecinos nuevos. Y ella los invito a venir a cenar.

Me obligó a vestirme formal. Con un vestido.

Eso me aterro bastante «Cicatrices en mi ser, no las demostrare» Demi me motivaba bastante.

Y convencí a mi madre para que me dejara usar mis jeans.

Me puse una blusa verde sin estampado, unos jeans negros ajustados. Mis vans negros y un sueter de este mismo color.

A mi madre le pareció inadecuado que yo casi estuviera vestida para un velorio. Lo único que llevaba de color era mi blusa. El verde era uno de mis colores favoritos. Así que convencí a mi madre para que me dejara usar lo que ya tenía.

Algo en mi me decía que sería hermoso volver a ver a Rocky y otra parte me decía que me alejara de el. Que el solo venía a cambiar mi mundo, y no para bien.

La puerta indicó que habian llegado y mi madre me mando para que los recibiera.

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–Así que... – mi madre hizo una pausa –¿todos sus hijos son músicos?– bebió un poco de su bebida de naranja que tenía a su lado.

–Mmm, si, pero Ryland– le sacudió el cabello a un muchacho que estaba junto a ella –Es un Dj– dijo la señora que yo tenía entendido, su nombre era Stormie, demasiado raro si preguntan por mi opinión.

-!Woah!– dijo mi madre –Acá solo mi niña toca el bajo– me sonrió y acarició mi mano.
«Mamá, frente a los Lynch no»

–¿Encerio? ¡Eso es fabuloso!– el rubio hermano de Rocky me miro. Bueno, uno de los gemelos, pero... El que tenía copete.

–Riker también toca el bajo– dijo Rocky

–Es asombroso que una chica también lo haga, eres asombrosa ______– Riker me dedico una sonrisa linda y yo le dedique otra solo levantando la comisura de mis labios.

–Gracias... ¿Antonio cierto?

–Anthony– rio y me miro a los ojos. –Pero dime Riker– sonrió.

Mi padre Arturo se aclaro la garganta y Rocky miro serio a Riker.

El resto de la cena nuestros padres charlaban y se llevaban muy bien.
Pensandolo bien, los nuevos vecinos no eran tan malos, y me agradaban cada vez más.

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Entre a la cocina, yo iba a lavar los platos mientras mis padres seguían hablando con los Lynch «Perfecto»

Sentí como alguien entro a la cocina, pensé que iba a ser mamá pero no era así.

–¿Quieres que te ayude?– Me sonrio.

–No te molestes, yo puedo– le devolví el gesto.

–Vamos pequeña– su rubia cabellera si que era hermosa. Creeo que tenía el cabello más hermoso de todo el planeta.

–Esta bien...

–Rydel– me sonrio.

–Esta bien Rydel– sonreí –pero la que hace el deber aqui soy yo.

–Quiero ayudarte ______.

–Mmm– quería ser cortez, no podía darle deberes a los invitados –Yo lavo y tu secas ¿Va?– y me estaba arriesgando.