Jimin esperaba acostado en la cama a que Yoongi subiera con "todo" lo que necesitaban para su encuentro. Aunque él le dijo que en sus maletas llevaba protección y lubricante, el mayor prefirió comprar los propios y Jimin sabía que también lo hacía para darle tiempo para pensar —otra vez— si en verdad deseaba que pasaran la noche juntos. Un detalle que al pelirrosa le parecía sumamente tierno y que lo hacía desearlo más.
Evidentemente no regresaron al hotel en el que ambos estaban hospedados, por lo que Yoongi insistió en que se quedaran en el "Encore", el edificio donde se encontraba el "Xs". La habitación era hermosa: decorada en cálidos tonos champagne, muebles color chocolate y elegantes lámparas de mesa que iluminaban suavemente la habitación; lo que más le gustó a Jimin fue la mullida cama de dos plazas que lo hacían sentirse como en una nube.
«Y muy pronto, entre las estrellas», pensó.
El ruido de la puerta abriéndose lo hizo incorporarse. Yoongi entró en la habitación y con una sonrisa le mostró una bolsa de plástico.
— Perdona la tardanza —se disculpó el mayor—. La tienda de conveniencia estaba un poco lejos.
Jimin se acercó a él y lo abrazó por la cintura.
—Está bien. Lo importante es que estás aquí y podemos continuar lo que empezamos en el club.
Yoongi dejó la bolsa en la mesita de noche y tomó a Jimin del rostro para estudiarlo brevemente, buscando algún rastro de duda o falta de lucidez en su mirada; por el contrario, sólo encontró deseo y determinación. Eso lo animó para girar el cuerpo del pelirrosa y pegarlo contra la pared, devorando su cuello con besos húmedos. Jimin le había pedido en el ascensor que no lo besara en los labios.
Las manos del pálido recorrieron el pecho de Jimin sobre la camisa para después desabrochar los botones de la misma, descubriendo con sus largos dedos la suavidad de su piel. El pelirrosa soltó un profundo suspiro cuando Yoongi tocó sus pezones y se le escapó un pequeño grito al sentir como lo retorcía entre sus dedos.
—¿Te gusta? —susurró el mayor en su oreja.
Jimin asintió con la cabeza y Yoongi se animó a bajar sus manos nuevamente, acariciando cada porción de piel hasta llegar al botón de su pantalón que una vez abierto, se deslizó por sus caderas mientras el mayor tocaba con sus dedos la entrepierna del pelirrosa que poco a poco comenzaba a endurecerse.
—Esta noche voy a mimarte como te mereces —declaró Yoongi, dejando un pequeño beso en su hombro.
—Hazme sentir como la persona más importante para ti —jadeó Jimin al sentir los dientes del mayor en su oreja —. Tan solo por hoy.
—No necesitas pedirlo, eres lo único en lo que puedo pensar, Jimin.
Yoongi llevó a Jimin a la cama y lo ayudó a acomodarse entre las mullidas almohadas. El mayor se arrodilló entre sus piernas y lo miró. Se veía hermoso, semidesnudo y con su cabello rosa haciendo contraste con la ropa de cama, su mirada estaba cargada de deseo; por un momento deseó besarlo hasta hacerlo olvidar su nombre pero tenía que respetar su petición; para muchas personas un beso se trataba de algo más íntimo que tener sexo y Yoongi imaginaba que para Jimin significaba algo parecido.
Jimin tembló de placer cuando Yoongi lo despojó de su ropa interior mientras dejaba besos húmedos y pequeñas mordidas en su vientre y muslos, acariciando también sus glúteos. Adoraba la forma en que el mayor lo miraba, como si fuera un felino hambriento que acababa de encontrar a su presa. Y Jimin ansiaba por ser devorado. Yoongi alargó el brazo para tomar el lubricante que había en la bolsa y luego de vertir un poco en su mano, tomó su miembro y comenzó a masturbarlo de arriba abajo, animándolo a que siguiera gimiendo para él. Mordió sus labios con fuerza cuando el mayor metió su miembro en la boca, succionando con satisfacción. Jimin sintió llegar su orgasmo y trató de apartar a Yoongi pero este se sujetó de sus caderas y siguió estimulando hasta que se corrió, dejando atónito a Jimin al verlo tragarse su esencia.
—Yoongi, no tenías que hacerlo —dijo Jimin sonrojado.
— Deseaba hacerlo, quiero probarte por completo —le tranquilizó con una sonrisa pícara.—Yo también quiero comerte —sonrió de vuelta—. Deja que te muestre lo mucho que me gustas.
Jimin se incorporó para quitarse la camisa mientras veía a Yoongi pararse de la cama para desnudarse rápidamente. Su cuerpo, aunque ligeramente más delgado que el suyo, le parecía sumamente atractivo; blanco en su mayoría y de un delicioso tono rosado en zonas como las rodillas, los pezones y la punta de su miembro, el cual lo hizo tragar saliva al ver el tamaño y grosor. Yoongi regresó gustoso a la cama cuando Jimin abrió los brazos para recibirlo y sentirlo sin la barrera de la ropa.
Frotaron sus cuerpos con pasión a la vez que saciaban la necesidad de besar y dejar marcas en el cuello del otro, soltando gruñidos de satisfacción de vez en cuando. Jimin empujó a Yoongi contra la cama y se subió encima de él, aprovechando el momento para jugar con los adorables botones del mayor y no pudo evitar sonreír al escucharlo jadear. Paseó su trasero sobre la erección de Yoongi, dándole a entender que lo quería dentro suyo, que lo llenara por completo. Yoongi captó el mensaje y llevó ambas manos hacía el trasero del pelirrosa, masajeando la carne e introduciendo poco a poco su dedo para dilatar su entrada. Jimin gimió de placer cuando el mayor metió dos dedos y los movió en tijeras, haciéndolo sentir tan bien que se volvió a poner duro. Una vez que se sintió lo suficientemente bien preparado, Jimin abandonó el pecho y los atormentados pezones de Yoongi para tomar uno de los condones de la bolsita y luego bajó hacia el necesitado miembro, mimándolo con un par de lengüetazos antes de colocarle el preservativo.
— ¿Estás listo, precioso? —preguntó Yoongi con voz ronca, acariciando tiernamente sus muslos.— Hazme ver las estrellas —respondió Jimin, dejando un último beso en el pecho del mayor antes de acomodarse.
Yoongi sostuvo su miembro mientras Jimin bajaba lentamente sobre él y ambos suspiraron cuando entró por completo. Jimin mordió su labio mientras disfrutaba la sensación de ser llenado, como si aquella polla fuera todo lo que necesitaba para olvidarse de sus problemas. Una vez acostumbrado al tamaño, comenzó a moverse lentamente, saboreando la oleadas de placer, gozando de la voz de Yoongi gimiendo su nombre, pidiéndole ir más rápido.
El pelirrosa aumentó la velocidad y montó a Yoongi con desesperación, apretando deliciosamente con cada subida y bajada. El mayor estaba por llegar a su clímax y tomó a Jimin de las caderas para poder embestirlo con más libertad, feliz de hacerlo sollozar de placer cuando arremetió contra su próstata. Su orgasmo llegó y se corrió dentro de Jimin, gritando su nombre con satisfacción. Yoongi no paró y siguió golpeando el punto dulce de Jimin a la vez que masturbaba su miembro para que pronto alcanzara su orgasmo, el cual llegó con un gemido que podría volver a calentarlo. Jimin dejó su esencia sobre el estómago de Yoongi y sin importarle mucho lo sucios y sudorosos que estaban, se dejó caer sobre su pecho, cansado y satisfecho de haber recibido dos orgasmos en un corto tiempo.
Se quedaron en esa posición durante un rato, procesando lo que acababa de pasar entre ellos y saboreando lo que quedaba de sus orgasmos. Yoongi acariciaba la espalda de Jimin mientras este le daba tiernos besos en el cuello.
—Si que me hiciste ver las estrellas, Yoonie. Eres un hombre de palabra.
—Me vuelves loco, precioso —sonrió Yoongi mientras salía del interior del menor—. ¿Quieres que nos bañemos juntos?
—¡Si!
Luego de una tranquila y tierna ducha, ambos hombres decidieron dormir desnudos y abrazados, queriendo aprovechar el tiempo juntos, conscientes de que la mañana los regresaría a la realidad.
🍷🍷🍷
¿Qué les pareció este capítulo? tiene mucho tiempo que no escribo algo así, espero que lo hayan disfrutado 7u7
¡Nos vemos en la siguiente actualización y muchas gracias por leer!
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Crazy Night ~Yoonmin~
FanfictionDonde Jimin ahoga sus penas en alcohol tras un desafortunado viaje a Las Vegas y un atractivo chico de mirada felina le invita a tomar una copa. Y tal vez algo más... Historia corta.