🌼 :: 04

744 109 11
                                    

La pareja entró a la habitación del mayor en donde se encontraba tranquilamente descansando.

Jaemin soltó la mano de Jeno y se dirigió hacia la cama para sentarse en la orilla, tomando la mano del Omega y entrelazarla con la suya para darle un ligero apretón. Saber que el castaño estaba bien lo tranquilizaba un poco, pero no era suficiente para quitar la pequeña opresión que sentía en su pecho.

Jeno se acercó hacia él y colocó una mano sobre su espalda para acariciarla; una pequeña lágrima se escapó del ojo del Beta, le dolía tanto verlo en ese estado, tan débil y delicado.

No importaban las veces que RenJun huyera de ellos, las veces que los rechazará o ignorara, siempre estarían para cuidarlo.

Jaemin soltó la mano contraria y giro su cuerpo para abrazar a su novio, escondiendo su rostro en su estómago. Ya no podía soportarlo más.

—Estará bien, Jae. —Jeno trató de tranquilizar al menor mientras lo escuchaba sollozar levemente, pero lo dejó hacerlo, porque sabía que también estaba estresado.

Al cabo de unos minutos, el Beta se tranquilizó, separándose de su novio para limpiarse el rostro con las mangas de su suéter y luego regresar su mirada hacia el Omega.

—Nunca debimos decirle que nos gustaba. —Dijo, recibiendo la mirada sorprendida del Alfa. —Y si no lo hubiéramos hecho, él no estaría así...

Jeno se posicionó frente a su novio, inclinándose para quedar a su altura y con su mano tomarlo de la barbilla, haciendo que lo mirará. Luego colocó ambas manos sobre sus mejillas.

—No, no... No digas eso, amor.

Jaemin no podía evitar sentirse mal y tampoco podía dejar de echarse la culpa por todo lo que le pasaba al Omega. Quizás si no hubieran dicho nada de sus sentimientos esa noche, ellos seguirían siendo buenos amigos, pero fue él quien le insistió e hizo todo lo posible para convencer a su novio de confesarse.

Sus ojitos volvieron a llenarse de lágrimas, impidiéndole ver con claridad y sin hacer nada para retenerlas, dejó por segunda vez que estás cayesen.

Jeno se acercó más hacia su rostro para depositar un tierno beso sobre sus labios y después abrazarlo, comenzando acariciando su cabello.

—Solo es cuestión de tiempo, bebé.

—¿T-tiempo? —Jaemin se apartó bruscamente de él para mirarlo con indignación. —Llevamos un año esperando su respuesta y aún así sigues creyendo que nos va dar una.

Jeno lo miró atónito por la sequedad de sus palabras. Parece que Jaemin ya no lloraba de tristeza, sino de rabia.

—Sí.

—Pues eres un incrédulo, Jeno.

—¿Eh? —El Alfa abrió grandemente sus ojos y boca. ¿Había escuchado bien las palabras de Jaemin?¿Qué le estaba pasando?¿Por qué estaba actuando así?

Antes de que pudiera siquiera responder, escucharon cómo RenJun se removió sobre la cama y después abrió los ojos, sentándose de golpe en la cama, asustado.

La pareja se acercó inmediatamente al Omega, preguntándole si se encontraba bien o si le dolía algo.

—Estoy bien, no sé preocupen. —Respondió, casi en un susurró el castaño. —¿Qué me pasó?¿En dónde estoy? —Preguntó, paseando su mirada por toda la habitación hasta detenerla en ambos chicos.

—Te dormiste y al parecer te dio fiebre. —Dijo. —Nosotros te trajimos a mi casa para que un doctor te atendiera... Él dijo que no has estado descansado bien y por eso te enfermaste. —Explicó.

Don't Run Away [NoRenMin] (Omegaverse) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora