—Me odia, definitivamente me odia. -Louis dice, dejándose caer sobre el sofá del apartamento de su mejor amigo-—Estas exagerando -Zayn dice desde la cocina, colocando las galletas que el rizado acababa de regalarle-
—¡No lo hago! -Louis exclama- Le ha regalado esos malditos dulces a todos menos a mi
—Y siento decir que están deliciosos -Niall dice con una sonrisa, dándole un mordisco a la galleta que tenia en su mano-
—No ayudas, Niall -Liam le dice rodando los ojos-
—El chico es nuevo en el edificio, tan solo está siendo amable -Zayn explica, volviendo a la sala-
—¿Con todos menos conmigo?
—Es una tontería Louis -Liam dice, como si nada- ¿Lo sabes?
Puede que sí, puede que sea una tontería y Louis realmente este exagerado. Pero realmente a Louis no le importa.
—Me da igual ¿Que he hecho para no recibir postres gratis?
—Debe ser por tu cara cuando sales a por tu café todas las mañanas
El castaño fulmina a Niall con la mirada, que parece demasiado concentrado en buscar la película que ver en Netflix mientras come una de las galletas que el rizado había traído.
—¿Por que el idiota de Niall si y yo no? -Suspira dramáticamente-
—Harry dice que soy genial -Niall lo mira con una sonrisa-
—Estupendo -Murmura entre dientes, cruzándose de brazos-
—Dale unos días, estoy seguro de que tu también tendrás sus deliciosos dulces. -Zayn sentencia, y Louis asiente no muy convencido.-
***
Pasan unos días, y Louis sigue sin aquellos deliciosos postres.
Y definitivamente Louis no a comenzado a espiar al nuevo vecino, en lo absoluto. Tal vez, y solo tal vez, abre la puerta de su apartamento medio minuto después de escuchar como la de el rizado se abre, tan solo para seguidamente ver a escondidas como toca en las puertas de los demás vecinos para ofrecerles los postres que habían sobrado.
Para seguidamente escuchar la molesta voz de su amigo irlandés gritando un "¡Gracias, amigo! Esto que haces está delicioso"
Es injusto, completamente injusto. Louis quiere salir al pasillo y protestar, encarar al rizado y preguntarle qué había hecho para no merecer aquellos postres que realmente parecían deliciosos.
Y sabe que es una tontería, que quizás esta exagerando, pero ser el único que no recibe postres en diciembre le hace sentirse un poco como el Grinch.
Y Louis ama la navidad.
***
—¿Ves? Sabía que esto te subiría el ánimo -Niall dice con una sonrisa, caminando al lado de Louis por las frías calles de Nueva York-
El castaño rueda los ojos pero sonríe, feliz de haber salido con uno de sus mejores amigos. Niall podría ser el ser más irritante del planeta a veces, pero Louis lo adoraba desde el primer día que se conocieron en la universidad.
—Sabes que un té caliente siempre lo arregla todo.
—Exacto. -Niall asiente, pasando su brazo por encima de los hombros de Louis- Además, que le den a Harry y a sus postres.
Louis suelta una pequeña risa, negando suavemente.
—Te encantan sus postres, Ni.
—Mucho ¿Como los hará? Están demasiado buenos.
Louis pone los ojos en blanco, y a pesar de que sus amigos le han ofrecido probar los postres que Harry les ha dado, el castaño siempre se niega. Tan solo quiere probarlos cuando el rizado se los de a él directamente, quizás incluso entonces sabrán mucho mejor.
—Sigo sin entender porque te los da siempre a ti y a mi no.
—Creo que soy su favorito -Niall dice encogiéndose de hombros-
—Eres lo peor -Pero la sonrisa en sus labios lo delata. Si Niall era el favorito de Harry, Louis realmente no podía culparlo-
Llegan a la cafetería cercana al edificio en el que viven, y al entrar, la sonrisa en los labios del castaño desaparece por completo.
Allí, con una sudadera negra y sus rizos despeinados, se encuentra Harry con un delantal verde atado al cuello. Al parecer, Harry ahora también trabajaba en su cafetería favorita.
—Igual también te quedas sin té -Niall le dice divertido-
—No me lo puedo creer -Es todo lo que Louis puede decir-
Niall, quien parece divertido con la situación, camina alegremente hasta la barra donde Harry se encuentra.
—Hola Harry
—Niall, hola -El rizado clava su mirada en el rubio mientras sonríe amablemente-
Y bueno, tiene hoyuelos. Por primera vez desde que llegó el chico al edición casi dos semanas atrás, Louis lo tiene lo suficientemente cerca como para observarlo. Y es completamente injusto, tenerlo cerca y poder apreciar lo realmente atractivo que era.
Niall y Harry se sonríen mientras hablan, y Louis esta demasiado concentrado en admirar al chico que ni siquiera puede prestar atención a la conversación. Las mangas de la sudadera del rizado se encuentran a la altura de sus codos, dejando a la vista varios tatuajes que Louis no puede evitar observar con asombro.
Siendo tatuador, nadie podía culparlo por apreciarlos.
—Él es Louis, vive en la puerta enfrente de la tuya. -Niall dice, captando de nuevo la atención del castaño, quien finalmente aparta la mirada de los brazos de Harry.-
—Hola -Louis dice en un murmuro-
Pero no recibe nada a cambio, los ojos verdes del rizado se posan en él por lo que parece un rápido segundo y asiente levemente antes de volver a mirar a Niall.
—Enseguida tendréis vuestro pedido. -Es todo lo que dice en respuesta-
—Gracias -Niall dice con una pequeña sonrisa-
Ambos caminan hasta el final de la barra, donde una chica se encontraba preparando las bebidas. Y para ser justos, Louis y Niall se encuentran un tanto confundidos.
—¿Que mierda le has hecho al chico, Louis?
—¡Nada! -Exclama con el ceño fruncido- No entiendo cual es su jodido problema.
—Quizás simplemente no le gustas
—¿Pero por qué?
—Quien sabe -El rubio se encoge de hombros- A veces no tiene que haber un porque
Louis suspira, sin querer seguir hablando del tema. Segundos después sus bebidas ya están listas y ambos salen de la cafetería mientras el rubio habla sin cesar de algo a lo que realmente Louis no le está poniendo mucha atención, demasiado concentrado en pensar en cómo acercarse al rizado.
Porque Louis se niega a dejar las cosas como están, se niega a quedarse de brazos cruzados sin saber que es lo que realmente le ocurre a Harry con él.
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sweet and sour, heart devoured - l.s
FanfictionDonde Harry reparte postres a todos los vecinos menos a Louis, quien empieza a desesperarse al ver como el rizado lo ignora por completo.