Consejos amorosos del dios Arahabaki

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Chuuya suspira, su mirada está fijada en el techo de su habitación.

-Ane-san, le juro estoy bien-

-Chuuya, te quedas en casa hasta que tengamos los resultados- Básicamente le ordena la mujer pelirroja que se encuentra recostada a su lado en la cama mientras lee un libro.

Chuuya gira su cabeza para mirarla, Kouyou es, tal vez, la única persona constante en su vida, su hermana mayor desde que tenía 15 y por puro milagro, dadas las otras experiencias de Chuuya, no ha muerto o traicionado al pelirrojo de alguna forma; por lo tanto, cuando ella habla Chuuya escucha.

-Si, lo sé, pero no tienen por qué considerarme un peligro para la mafia o para Yokohama- Chuuya baja la mirada algo triste.

-Nadie te considera como un peligro para la mafia- Kouyou suspira y mira a Chuuya -Nos preocupamos por ti, no podemos dejarte salir si eres potencialmente vulnerable chico-

-Pero Ane-san, incluso sin mi habilidad, sigo siendo un artista marcial experto-

Luego de que Mori lo regresó a su apartamento luego de hacer pruebas más concluyentes le dio una orden "No uses tu habilidad a menos que sea tu último recurso" algo sobre que era preferible no arriesgar a Chuuya ni a Yokohama.

Kouyou se levanta de la cama y sale de la habitación, Chuuya mira la puerta hasta que Ozaki regresa poco después con una Katana en manos.

-Sobre eso, hasta que todo esté bien, me sentiría más tranquila si llevas esto contigo-

Chuuya recibe el arma con cuidado, Kouyou lo entrenó en el arte de la espada, pero para el estilo de lucha de Chuuya una Katana no era lo más usual.

Aun práctica con Kouyou cada que tiene tiempo y ambos quieren desempolvar un poco sus habilidades, es divertido, especialmente para Kouyou.

-Claro Ane-san- Dice con una pequeña sonrisa.

-0-

Chuuya pasea por los pasillos de un supermercado, lentes de sol y la katana con la que Kouyou lo obliga a salir lo acompañan, además, claro, de los hombres de negro que lo siguen "sigilosamente" desde que salió de casa.

Probablemente, Kouyou les ordenó que vigilaran a Chuuya cuando dijo que iría a hacer compras.

"¿Creen que eres débil?" Pregunta el Arahabaki, luego de unas horas descubrieron que el dios no tenía que hablar en voz alta para ser escuchado.

"No ¿Por qué pensarían eso?", lógicamente Chuuya tampoco necesitaba hablar pues el Arahabaki tenía acceso a su conciencia.

Chuuya veía injusto que el Arahabaki pudiera leer su mente pero Chuuya no la del Arahabaki.

"Comenzando por lo obvio, hay unos tipos siguiéndote como guardaespaldas y además todo eso de mantenerte en casa"

"No creen que soy débil, creen que mi habilidad pudo haberse vuelto inestable"

Chuuya lee la información nutrimental de dos latas de salsa distintas, tiene ganas de pizza y Higuchi le paso una receta hace unos días, sería buen momento para probarla.

"¡No soy inestable!" Se queja Arahabaki" Igualmente, en caso sé que sea así ¿Qué harían esos tipos si te sales de control? Además de llorar, claro"

"Evacuar a los civiles y llamar a Ane-san o al jefe, obviamente"

Chuuya rasca su nariz sobre un cubrebocas negro, las marcas de corrupción en su rostro se quedaron ahí, Chuuya asume que es porque el Arahabaki ahora es consciente.